Cooperating Volunteers es una organización de voluntariado internacional, que se define por la seguridad, calidad y la comodidad de las experiencias de voluntariado en países en vías de desarrollo de todo el mundo. Realiza un voluntariado en el extranjero con una amplia gama de oportunidades de experiencias en Ecuador, Perú, Islas Galápagos, Costa Rica, México, Uganda, Tanzania, Ghana, Malawi, Etiopía, Camboya, Nepal, India y más.
Nuestros programas de voluntariado internacional: www.cooperatingvolunteers.com/voluntariado
Hemos creado este blog para que nuestros voluntarios puedan compartir sus experiencias.
216 responses to “Testimonios”
África me cambió la vida. Hay algo de mí que se quedó allí y algo de África que se quedó en mí. Fue una experiencia única, increíble e inmejorable. Yo soy profesora y fui de voluntaria como tal. He de decir que ha sido muy enriquecedor para mí el hecho de haber conocido y participado en la educación de este país. Ves cosas que jamás te hubieras imaginado para bien y para mal. Estas personas te contagian su energía, tanto que a día de hoy no consigo sacármela de la cabeza. Además de la experiencia como voluntaria, también está la experiencia de irte allí sola a conocer nuevas personas y a enfrentarte a ello. Te ayuda a conocerte a ti misma, a conocer tus inquietudes y la de los demás, a abrir los ojos y sobre todo, a conocer MUNDO! Solo sé que volvería una y otra vez, y que repetiría esta experiencia sin parar.
Por lo tanto, doy las gracias a Cooperating por haber estado ahí siempre que fuera necesario, ya que sin ellos esto no hubiera sido tan genial.
Durante mi voluntariado, estuve en Tianyar (Bali) durante 2 semanas. Hacía tiempo que estabas
pensando en hacer un voluntariado, y al final me animé a realizarlo, estoy muy contento de
haber tomado esta decisión, creo que es algo que se tiene que vivir al menos una vez en la
vida. Hice el voluntariado con un amigo y escogimos el programa de enseñanza, porque a los
dos nos gustan mucho los niños. Cuando llegamos al aeropuerto uno de los coordinadores nos
vino a buscar y fuimos a la casa de voluntarios, allí conocimos a los otros voluntarios con los
que íbamos a vivir esta experiencia. Por la mañana preparábamos las clases, estábamos 1 hora
aproximadamente pensando actividades y juegos, para que mejoraran su inglés. Aparte,
también preparábamos actividades en las que los niños pudieran moverse, como algún
deporte o actividad física, recuerdo que jugamos a futbol y al “Pillapilla”. Y por la tarde era
cuando estábamos con los niños, y hacíamos las actividades que habíamos preparado. Los
niños con los que tuve la oportunidad de trabajar eran muy amables, se portaban bien y hacían
mucho caso durante las clases. Además durante los fines de semana mi amigo y otros
voluntarios que conocimos allí fuimos a visitar la zona, para integrarnos más en su cultura y
conocer mejor el país. La verdad es que fue una experiencia increíble.
Hace 2 meses que terminé la carrera de medicina y quería realizar una experiencia en la que
pudiera seguir aprendiendo sobre mi profesión. Un amigo me dio la idea de hacer un
voluntariado especializado en medicina, así que busqué los destinos que me llamaban más la
atención y acabe haciendo el voluntariado en India. En la casa donde vivía éramos 4
voluntarios y me llevé muy bien con todos ellos. Aunque tuve más relación con una chica que
también estaba haciendo el mismo programa que yo, por lo tanto, pasábamos mucho tiempo
juntas. Durante el voluntariado, íbamos a un hospital que estaba cerca de la casa donde
vivíamos. Como no tenía experiencia laboral, pero había acabado la carrera pude hacer
algunas tareas como medir la presión o tomar la temperatura. Aparte, seguíamos a los
médicos y podíamos observar como trabajaban. Esta experiencia me sirvió para aprender más
sobre el trabajo de los médicos y sanitarios, además tuve la suerte de conocer gente con la que
actualmente sigo teniendo contacto. Fue una experiencia increíble y me llevo muy buenos
recuerdos.
Si estás pensando en hacer un voluntariado, personalmente te lo recomiendo muchísimo, mi
experiencia como voluntario fue increíble, el programa que escogí fue el de orfanatos. Durante
el programa estuve con niños y adolescentes que no tenían familia o que les habían
abandonado. A pesar de haber tenido una vida complicada, siempre tienen una sonrisa. Tuve
la oportunidad de conocer a muchos de los pequeños y pude jugar con ellos y pasar unos ratos
geniales. Algunas de las actividades que hacía era ayudar a preparar y servir la comida, realizar
juegos y diferentes actividades para que se divirtieran. También ayudé a impartir clases de
inglés y dependiendo de la edad y del nivel, hacíamos unas actividades u otras. Tuve mucha
suerte porque me llevé muy bien con mis compañeros voluntarios y además aprovechábamos
los ratos libres para conocer las ciudades cercanas y durante los fines de semana visitábamos
sitios más lejanos.
Ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido, en gran parte gracias a los
niños del orfanato que me recibieron con los brazos abiertos y muchas ganas de jugar y
aprender.
Quería hacer un viaje diferente, y hacía tiempo que estaba pensando en hacer un
voluntariado. Cuando contacte con la agencia de cooperating me atendieron muy bien, y solo
me pusieron facilidades para empezar esta aventura, así que finalmente me decidí a hacerlo.
Estuve 3 semanas haciendo el programa de guardería con niños de unos 4 y 5 años. Durante el
programa preparaba juegos y actividades junto con una profesora, que por cierto, fue muy
simpática y me explicó cómo debía enseñarles para que entendieran y recordaran mejor la
materia. Les ensañamos los números y el abecedario en inglés a través de juegos para que les
fuera más fácil recordarlo. También hacían dibujos, pintaban y cantábamos canciones. Los
niños nos facilitaron mucho nuestro trabajo, porque tenían muchas ganas de pasarlo bien,
jugar y aprender. Por otra parte, durante los fines de semana y junto con más voluntarios
aprovechábamos para visitar el país y los lugares más famosos. La verdad es que me llevo un
recuerdo increíble del país y de los niños de la guardería.
Decidí hacer el voluntariado de enseñanza en la Isla Mauricio, porque un amigo acababa de hacer un voluntariado y al volver me contó que había sido una experiencia increíble y que no podía perder la oportunidad de hacerlo, porque sería un viaje inolvidable. Hacía un tiempo que estaba pensado en hacer un voluntariado y después de la experiencia de mi amigo me decidí a hacerlo. Mi amigo me recomendó hacer un voluntariado con niños así que decidí coger el programa de enseñanza. La verdad es que no se equivocaba para nada, estuve ayudando a una profesora a dar clases a niños de unos 6 años, tuve la oportunidad de divertirme mucho jugando y haciendo actividades con ellos. Dimos clases de música, de matemáticas y de inglés. Y un fin de semana me fui con otros voluntarios a visitar el país y a bañarnos en una de sus playas paradisíacas.
Fui a la Isla Mauricio como voluntario durante 2 semanas, y como me gustan mucho los niños escogí el programa de enseñanza. Acerté plenamente escogiendo este voluntariado, porque pude trabajar con niños de unos 5 y 6 años, y ayudé a impartir clases junto a la profesora de la escuela. La mayoría de clases eran de inglés, aunque también dimos clase de matemáticas y de geografía, los niños a pesar de la situación que vivían no perdían la sonrisa y tenían muchas ganas de jugar con los voluntarios y de conocernos.
Además durante los fines de semana pudimos ira a diferentes sitios, me junté con otros voluntarios para visitar la ciudad, puesto que había venido solo. Tuvimos muy buena relación con los otros voluntarios desde el principio. Algunos de los sitios a los que fuimos son: El mercado de Port Louis, la roca que llora y la playa de Morne. Me lo pasé genial durante este viaje, ya estoy pensando en volver a hacer el mismo voluntariado el año que viene.
Soy una chica de 27 años y estoy estudiando arquitectura, estoy a punto de terminar la carrera y quería hacer un voluntariado relacionado con la construcción, estuve mirando diferentes agencias, pero cuando contacte con Cooperating me ayudaron mucho y me resolvieron todas las dudas. Así que decidí hacer el voluntariado con ellos en Chile. Estuve 2 semanas, porque no tenía más tiempo aunque ahora me hubiera quedado alguna semana más, porque se me hizo corto el viaje. El día a día consistía en ir cada mañana al lugar donde estábamos renovando la escuela, allí los profesionales nos decían que teníamos que hacer, a mí me toco pintar, colocar alguna ventana y reconstruir una pared que se había caído. Puede aprender mucho de la manera en que se construyen los edificios, también intenté aportar las ideas y los conocimientos que tenía.
Con esta experiencia me sentí muy realizada, ya que pude ayudar a la gente que realmente lo necesita y tuve la oportunidad de conocer a los demás voluntarios con los que me llevé genial y formamos un gran equipo.
Volví hace 3 semanas del voluntariado que hice en Chile, escogí el programa de enseñanza de inglés, porque estoy estudiando educación infantil y quería hacer un programa relacionado con los niños y la enseñanza. Al principio cuando llegué no sabía muy bien lo que me iba a encontrar, pero solo llegar al alojamiento me encontré con varios voluntarios con los que en seguida me llevé muy bien. Durante la semana fuimos todas las mañanas al colegio donde junto a la profesora de la clase tuve la oportunidad de dar clase. Los niños tenían unos 14 años, e hicimos actividades para que las clases fueran más dinámicas y así los niños estuvieran más atentos. Me lo pasé genial durante las clases, jugando con ellos y teniendo la oportunidad de hablar con ellos y conocer sus historias. Estoy segura de que nunca voy a olvidar esta experiencia.
Aparte, durante los fines de semana fui con algunos de los voluntarios de excursión a visitar un poco la ciudad, como me quedé 3 semanas tuve la oportunidad de conocer un poco algunas de las ciudades, visite Santiago de chile y Valparaíso. Seguro que repito esta experiencia.
Hola a todos, mi nombre es Javi, tengo 23 años, y hace unos meses me gradué en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Hace aproximadamente ocho meses tome una decisión que cambió por completo el rumbo de mi vida. Tras un año difícil (creo que en general para todos) pensé que necesitaba un cambio y salir de mi zona de confort. Siempre había deseado hacer un voluntariado, pero el hecho de viajar solo al no ser algo a lo que yo estaba acostumbrado, me echaba siempre para atrás. Fue ahí cuando di el paso; sin dudarlo reservé, compré los vuelos y pagué todo, ya que no dudaba que el miedo y el arrepentimiento llegarían a mi. Todas mis dudas y preguntas iban desapareciendo a medida que hablaba con Cooperating. Me pusieron también en contacto con un grupo de gente que viajaba el mismo día que yo. Eso también facilitó que poco a poco se me fuese quitando ese “miedo” que tenía a viajar solo. Kanan se encargó de recibirnos al llegar y nos ayudó a cambiar dinero y a comprar una tarjeta sim para el internet. Una vez llegué a Fort Portal debo decir que no hubo tiempo de adaptación ninguno y es que desde el minuto uno me sentí súper acogido por todos los voluntarios y gente local. De todos los programas que Cooperating ofrece me decanté por el de deportes. Mi trabajo consistía en organizar juegos, bailar y practicar deporte con los niños de un orfanato. Cuando aún estaba en España, me venían a la mente todas las cosas que podía enseñarles, aunque debo decir que nunca tuve en cuenta todo lo que ellos me podían enseñar y me enseñaron a mí. Estos niños me han enseñado a valorar y priorizar cada cosa que tengo; mi familia, mis amigos, a dar gracias cada día por tener un plato en la mesa y como no de haber podido permitirme vivir una experiencia tan bonita como esta. Sinceramente hasta que no vuelves a casa no eres consciente que aún sabiendo que has dado todo de ti, ellos te lo han devuelto elevado a infinito. Me iba un mes y al final estuve dos, sé que volveré y lo haré tan pronto como pueda. Solo puedo agradecer a Cooperating la oportunidad y la atención recibida en todo momento. No hubo ningún tipo de problema y contábamos con un coordinador por casa para cualquier consulta que nos surgiera para poder así exprimir la experiencia al máximo. Desde aquí ánimo a todo aquel que se esté planteando vivir una experiencia así y es que, sin duda, es una de las cosas más bonitas que puede brindarte la vida
Vamos y venimos; buscando rapidez, inmediatez, experiencias banales. Nos conformamos con sentir que tenemos una zona de confort a la que aferrarnos… y mientras tanto, lo único que pasa es el tiempo.
Cuando decidí irme a África, mi vida se encontraba patas arriba. Necesitaba recordar la razón por la cual hago lo que hago y soy quien soy. Irme con cooperating volunteers a realizar un voluntariado en Tanzania me ha devuelto muchas cosas.
A día de hoy sigo estando ahí. En una escuela con la ilusión fluyendo en las paredes, sentada en cualquier playa de Zanzíbar, rodeada de personas excepcionales -a las que únicamente llegas a conocer en situaciones tan excepcionales-, en frente de alguna hoguera. Sigo en África: y supongo que cualquiera que tenga la oportunidad (y la suerte) de poder vivir una experiencia como la que yo he vivido, seguirá ahí mucho más tiempo. Después de volver.
Tenemos la oportunidad de hacer cosas grandes con nuestra vida, y solamente depende de nosotros mismos coger una mochila y descubrir los millones de maneras que tiene la vida de decirnos: ven!
Jambo a todos!! Soy Sergio de Valencia y he estado 3 semanas en el proyecto de orfanato en Kenia – Likoni (Mombasa ) y sinceramente son tantas cosas encontradas que va a ser difícil explicarlo. Después de 2 años decidí hacer el voluntariado así que en agosto tomé el avión hacia allí, y desde que llegué me sentí muy cómodo en Kenia. La gente es muy amable y lo que he vivido no me daba nada de miedo en este país tan maravilloso , esto lo digo por la gente que habla y te dice que puede ser peligroso. El proyecto de orfanato es increible , cada dia que pasaba mi felicidad allí crecía , desde los niños del orfanato hasta los del cole te dan un cariño inconmensurable que despues hara que te cueste volver a casa. Las cosas allí son difíciles pero incluso así son felices y te das cuenta lo poco que cuesta ser feliz, algo que solo aprendes viviendo esta experiencia. Te aseguro que después de este viaje las cosas materiales te importaran menos. Si estás pensándolo mucho el hacer un voluntariado deja de hacerlo y HAZLO te aseguro 100% que va ser uno de los mejores viajes que puedas hacer. Yo volveré 100% seguro.
NAKUPENDA
Un programa que me cautivó, sin duda una experiencia inolvidable con compañeros que me llevaré para siempre. Mi nombre es Carlos Andrés, y durante dos semanas realice el programa de conservación marina en Portugal. Cada dia en el programa amanecía con la ilusión de ayudar en la conservación del Atlántico, y puedo decir que volví muy ilusionado con mi trabajo diario en los programas.
Soy Roberto, y durante Mayo de 2021 disfrute del voluntariado en Croacia con Cooperating Volunteers. Fue una experiencia mágica, estuve en el programa de conservación marina en Split y no pude volver más contento de esta experiencia.
Como amante del mar que soy, disfruté muchísimo de las labores diarias en el programa. Te llena mucho poder limpiar los mares, aunque realmente es donde me di cuenta de lo poco que le importa a la gente ensuciar cada rincón del planeta. Ojalá podamos seguir ayudando de esta forma para conseguir un mundo mejor.
Una experiencia única. Nunca me había planteado ser voluntaria, pero el momento en mi vida lo requería y fue la mejor decisión que pude tomar. Miré muchos destinos y programas con Cooperating Volunteers pero la cercanía de Portugal con mi ciudad hizo que me decidiera por el programa de Rescate de alimentos en Lisboa.
Gratificante, sería la palabra que podría definir mi experiencia en este programa. Ayudaba cada tarde a personas sin recursos, gente que no tiene la posibilidad de comer cada día.
Gracias al equipo y todos los restaurantes que nos ayudaban con la comida sobrante podíamos repartir comida a diario.
Repetiré, sin duda, fue una aventura maravillosa!!
Me llamo Julia, y puedo decir que participé y, sobretodo, disfruté del programa de Conservación Forestal en el Parque Natural de Sintra. El lugar es maravilloso, desde el minuto uno de mi llegada quedé alucinada con la zona. Pura vegetación!!
El alojamiento en Lisboa me sorprendió mucho, es un hostel sostenible donde además conocí a muchísima gente y compartir la experiencia con más voluntarios hizo que el programa fuera todavía más agradable. Gracias de verdad por dejarme formar parte de Cooperating Volunteers.
Acabo de llegar de mi voluntariado con Cooperating Volunteers en italia, y no puedo estar más contenta con mi experiencia. Soy Sonia, y participé en el programa de agricultura sostenible. Era un programa ideal para mi ya que mi amor por el medio ambiente hizo que mis labores diarias fueran muy gratificantes.
El equipo que hay en Italia, nos ayudó en todo desde el primer momento y consiguen que te sientas como en casa.
Sin duda repetiré en cuanto mi trabajo me lo permita.
Mi nombre es Pedro, y tengo 38 años. Gracias a Cooperating volunteers por ofrecer un programa de este tipo. Llevaba tiempo buscando algo relacionado con mi pasión: la arqueología. Es algo que siempre quise estudiar pero no pude por varias razones, pero al llegar a este voluntariado me sentí muy feliz de poder hacer lo que realmente me apasiona y aprender junto a todo un equipazo.
Además destacaría el alojamiento, compartido con muchos voluntarios y eso hace que la experiencia sea aún mejor.
Soy médico y siempre me ha pasado que allí donde voy, aunque no esté trabajando, por desgracia he tenido que ejercer cómo médico. Así que me propuse que en vez de entender que me iba de vacaciones sin mi trabajo, decidí que ofrecer mi trabajo fueran mis vacaciones.
Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Cómo volver a la facultad o a esos primeros días como residente. Esta vez, aprendiendo de otra cultura, otros métodos y secretos de la medicina oriental.
Me ha encantado,
Muchas gracias.
Ha sido increíble. Estuve pensando mucho en este viaje. Quería ir a esa zona, pero desde España es un viaje muy largo, vamos, en la otra punta del mundo. Escoger un programa de voluntariado ha sido de gran ayuda, sobre todo en el sentimiento de seguridad.
No sé, llegar y tener donde dormir y comer… Además, al estar allí durante unos días, me permitió conocer más a la gente de allí y sus costumbres. Así que cuándo acabé el programas me sentí más segura para viajar por mi cuenta.
Os recomiendo usar un voluntariado para hacer un primer acercamiento.
Rocío
Estuve en Guatemala por 3 semanas. Soy profesora en Valencia y quería “viajar y conocer mundo”, me encanta enseñar con el deporte como eje, así que pensé en ir y conocer otras formas de hacer y a la misma vez, aportar un poco de lo que sé.
Ha sido una experiencia muy bonita. He aprendido nuevas formas de enseñar y aprender. Al final los niños son niños allí donde vayas. Y de la misma manera, todos son diferentes y eso me enc
Estuve de Erasmus en Guatemala, y decidí conocer zonas más desfavorecidas. Por ello, durante 1 semana estuve en el programa de carpintería.
La verdad es que no tengo nada de maña, pero nada de nada. Siempre he sido una de esas personas que en vez de darle al clavo le da a su dedo…
Pero no lo hice nada mal, o eso espero.
Yo aprendí mucho, tampoco era difícil jajajjajaja Pero, enserio, aunque hice tareas más sencillas, la verdad es que las hice bien.
Feliz de haber puesto mi granito de arena, y de haber conocido nuevas personas y lugares.
Holi! Soy Lucía y viajé con Ricardo, mi pareja a Nosy Be. Estuvimos 1 mes en el programa de Lémures y fue increíble. Son animales pequeñitos y la verdad es que son muy divertidos. A los dos nos gustan mucho los animales, y pensamos en hacer algo diferente a las “típicas vacaciones” donde se visita un lugar con animales, queríamos poder interactuar con ellos. Descubrimos este programa y la verdad que nos encantó.
El próximo será un programa con tortugas, y ya estamos esperándolo con ganas.
El programa de construcción estuvo muy bien. Siempre he sido muy mañoso así que decidí ayudar en eso que se me da bien. Además, en mi día a día aquí estoy cerrado en una oficina así que poder trabajar con las manos y al aire libre estuvo genial.
Pase 2 semanas increíbles, logramos mejorar mucho una escuela. Los niños ya tienen una escuela en mejores condiciones, y me alegro.
Estuve viajando por Asia, y al final del viaje cuando ya estaba en China oí hablar del programa de Chengdu y los pandas. Durante el viaje pude estar en diferentes sitios cuidando de animales, pero aún no de pandas. Así que cómo ya era mi parada final, decidí inscribirme en este programa.
Me lo pasé genial, y los pandas… ¡Son adorables!
Estuve durante todo un verano en China, en la zona de Guilin. Soy adoptado de China, e ir y conocer mis orígenes es algo que tenía pendiente. Quería conocer más allá de ir y visitar monumentos, así que pensé que hacer un programa donde poder estar y vivir con las personas de allí podría ser una mejor opción.
Ha sido genial, y gracias a esto, ahora tengo una especie de 2a familia en China. Dos nuevos colegas que son de allí y con los que me llevé genial.
Hola, soy Carmen Lorenzo. Estuve 4 semanas en Zimbabue de voluntaria y después 2 por libre. Me dedico a la logopedia en infantes. He estado pasando por un mal momento, y me fue muy bien poderme tomar una excedencia y marcharme durante un tiempo.
Aunque mi punto fuerte no son los idiomas, y aunque es algo que allí es muy necesario, puedo contribuir con mi inglés (un nivel básico) y con la logo.
Me sanó mucho esta experiencia.
Hola a todos, me llamo Miguel y recién empecé el grado en Trabajo social en Murcia.
Pensé que durante mis vacaciones podía hacer algo más práctico, ya que este primer curso ha sido todo teórico, un rollazo vamos. Y tengo ganas de ayudar y hacer cosas.
Vi este programa, el de comunidad, y tras hablar con mis padres me inscribí.
Cuando estuve allí, conocí a Farai una mujer de mediana edad. Siempre estaba en la puerta de la casa tejiendo. Así que cuando íbamos por las casas, la veía todos los días allí sentada con otras mujeres
Durante los 2 meses que estuve, día sí y día no, enseñaba a Farai un poco de inglés y ella me enseñaba a hacer manualidades.
Espero poder volver,
Gracias Cooperating!!!
Antes de ir pedí a mis amigos que donasen material, pues una de las cosas que se puede hacer es llevar material escolar. Llené una mochila con lápices, gomas, colores, etc. (pesaba muchísimo, iba por el aeropuerto cómo si fuese una tortuga y su caparazón (la mochila) jajajajajaja.
El último día del programa hicimos una gymkhana, donde el objetivo era encontrar unas piezas mágicas. Juntamos a los niños de 7, 8 y 9 años y empezaron las pruebas y la búsqueda. Fue un día estupendo. Fuimos encontrando lápices, colores, pinceles…
Estaban muy contentos, y yo pensaba cómo de felices son con pequeñas cosas. Al final del día hicimos un “mural”, todos pusimos la mano llena de barro en el suelo, a la entrada de la escuela. Por un momento se pudo ver un montón de manos en el suelo.
¡Quiero volver!!!!!
Estuve 4 semanas en Zanzíbar. Pensé que se me iba a hacer duro, pero la verdad es que me pasó muy rápido. Pude hablar con mi familia cuándo quise, ya que solo hay una hora de diferencia y además el equipo de voluntarios fue increíble. No sé si todo el mundo tendrá esta misma suerte, pero yo estuve rodeada de personas maravillosas. A pesar de las frías duchas (no había agua caliente), me levantaba con ganas de ir al hospital y atender a los pacientes.
Tomaba turnos de 5 o 6 horas, depende del día, y cuando volvía a la casa me encontraba con el resto de voluntarios comentando el día, tomábamos algo, jugábamos a juegos, etc.
La verdad es que mientras estuve allí recordé por qué me hice enfermera.
Fuimos dos colegas, Alex y yo. De 22 y 23 años, recién acabamos la carrera. Queríamos desconectar de tanto tiempo hincando el codo.
Una conocida nos recomendó Cooperating, y que crack! Cuantos dolores de cabeza nos evitaron 😉 jajajajajaja
Estuvimos en un programa de deportes. Así que nos pasábamos el día jugando. La verdad es que ser voluntario así es pan comido. Que graciosos éramos, Alex y yo no estábamos acostumbrados a sus normas de juego, así que ya podéis imaginar.
Hicimos un grupo de voluntarios, que era genial, la verdad. Muchas tardes o noches jugando a cartas y tomando algo.
Fue genial
Gracias!!!!
Fui a Sudáfrica con muchas ganas. Me encantó des del momento en que me subí al avión. Fuimos 2 des del aeropuerto de Madrid, así que hicimos el viaje juntas. Y al llegar allí, recuerdo tomar un café con Lisa, la otra voluntaria, mientras esperábamos al resto de voluntarios. Lugo nos llevaron a la casa y dimos una vuelta por la ciudad: ¡Ciudad del Cabo es preciosa!
¿Qué decir…? Des del principio hasta el final fue súper bien. Después de esto, nos llevamos para Madrid algo increíble. ¡Hice un programa con niños y la verdad es que son súper tiernos, bueno jajaja son nichos! Muy lindos.
Tengo ganas de volver a ahorrar e ir a otro país.
Fue una experiencia increíble. La verdad es que iba con mucho miedo, siempre había querido viajar sola, pero me hacía algo de respeto.
Des del primer día que contacté con Cooperating, me atendieron súper bien, y aunque quizás al principio fui algo pesado (estaba emocionadísima y con algo de miedo), se portaron genial.
Solo puede decir que fue increíble. Ayudé a limpiar y mantener las instalaciones, a prepararles comida y bebida e hice de guía turística por el recinto.
Después de 3 semanas, no quería irme, pero tenía que volver por temas de trabajo. Me quedó la espinilla de haber podido formar parte de la liberación de los guepardos.
¡Me queda pendiente volver y participar en la liberación!
Hola, me llamo Sandra, tengo 29 años.
Hace 3 meses vivi una de las mejores experiencias de mi vida.
Estuve 4 semanas en Phnom Penh, en una guardería para niños en situaciones vulnerables.
GRACIAS por dejarme vivir esto, ya quiero repetir.
Ni siquiera se muy bien por donde empezar.
Nunca en mi vida había sido tan feliz como lo fui allí.
Supongo que la decisión de hacer un voluntariado de este tipo nace de una inquietud que a cada uno le despierta en un momento de su vida y que, afortunadamente, y después de vivir la experiencia, se queda contigo para siempre.
Es una decisión que quizás al principio puede dar un poco de vértigo, sin embargo, en mi caso, no me hizo pensármelo mucho a la hora de dar el paso.
Elegí ir con cooperating por la confianza que me dieron desde un principio. Antes de ir, como es normal, te surgen mil dudas que todo el equipo te soluciona con una amabilidad extraordinaria.
Y una vez allí…no quieres volver. La gente de Uganda es de otra pasta. Crees que vas a enseñar algo de ti y solo vuelves con lecciones aprendidas. Ayudas, claro que ayudas, en todo lo que puedes y con la mejor intención del mundo. Y aun así siempre recibes más (que aunque suene a topicazo, no deja de ser verdad).
Yo estuve parte del voluntariado en el Hospital De Fort Portal y otra parte en el Orfanato con los niños. Después de estudiar 6 años de medicina puedo asegurar que nunca me había sentido tan realizado como me sentí allí. Y los niños…no hay un solo día desde que volví que no me acuerde de ellos.
No hubiese sido lo mismo si no hubiese compartido los días con el resto de voluntarios. La casa donde nos alojamos tiene todo lo que puedas necesitar y aun así no te hace falta apenas nada. Todas las personas que trabajan en la casa son encantadoras y te hacen la vida allí mucho más fácil y cómoda.
Abrirte a conocer una cultura nueva te abre la mente en todos los sentidos. Me quedo con todo: con el cariño de los niños, el agradecimiento de los pacientes del hospital, la felicidad que todo el mundo contagia, su forma de vivir, su buen humor, la hospitalidad con la que te acogen, las excursiones y todos los momentos con el resto de voluntarios y con todas las personas con las que me he encontrado.
Y por supuesto, me quedo con todo lo que me ha hecho pensar el ver una realidad tan distinta a la que vivimos nosotros.
Me lo he traído todo de vuelta y lo guardo como uno de los mejores tesoros que tengo.
Animo a todo el que esté leyendo a que de el paso de la que seguro va a ser una de las mejores experiencias de su vida,
Yo en enero del año que viene estoy de vuelta, estoy seguro.
Mi nombre es Guillermo hicimos el voluntariado la familia completa en Fort Portal entre diciembre de 2019 y enero 2020. Lo único que puedo agregar es que todo lo que cuentan en los comentarios anteriores es cierto. Es una experiencia incomparable cualquiera sea la edad que tengas, la alegría de los niños cuando llegábamos cada mañana nos cargaba de energía instantáneamente, eso sí al final del día quedábamos exhaustos de correr, jugar, cambiar pañales etc.; una sola sonrisa de esos niños te compensa todo y les garantizo que verán muchas, todas distintas pero todas sinceras.
Los voluntarios que hemos conocidos fueron todos maravillosos, ellos nos hicieron sentir como en casa, compartimos días agotadores, paseos increíbles y sobremesas eternas e interesantes. Queremos agradecerles a las que compartían con nosotros la casa (Andrea, Mariona, Astrid alias María José y Meri) por su compañía y por habernos hecho sentir en familia.
Cooperating hace un trabajo excelente, está atento a todos los detalles y tranquiliza ante la mínima preocupación que infundadamente suele surgir. Seguramente estaremos de vuelta, quizás en Fort Portal, India, Nepal o donde el destino nos guíe.
Mi nombre es Mónica, tengo 28 años e irme de voluntariado a Uganda ha sido una de las experiencias más importantes a nivel personal que he realizado.
La decisión la tomé a raíz de varias situaciones que la vida me puso en el camino, unas buenas y otras no tanto, pero el motivo más importante por el que decidí hacerlo es porque a pesar de las circunstancias duras siempre me quedo con lo bueno, siempre he dado gracias por lo que he tenido y no hablo de cosas materiales, hablo de todo el amor que he tenido la suerte de recibir y de todos y cada uno de los valores que han inculcado en mí todas las personas que me rodean.
Mi primera experiencia fue tocando las nubes, sentada en un avión durante unas horas tuve nervios e incertidumbre pero jamás miedo, ¿porqué iba tenerlo? Muchas personas me decían que irme sola a un país como Uganda no lo veían muy sensato y sinceramente ahora a todas estas personas les diría que no tengan prejuicios, ni miedos porque si no eres valiente la gente no lo puede ser por ti.
El primer día que llegue al orfanato todo absolutamente todo me abrazo el alma y me cautivo el corazón. Wow pensé!
Porque he tardado tanto tiempo en tomar esta decisión, aquella amabilidad que desprendían en el orfanato, aquellas sonrisas que recibía en cada cruce de miradas me regalaron vida. Cuanta magia tienen las personas que conocí, no tuve ni un solo problema con nadie, todo el mundo tenía interés en mi, en saber de donde venía y que venía a hacer a su país. Uganda me dio mucho más de lo que yo di aunque me robó una gran parte de mi corazón. Cada mañana me levantaba con ganas de ir al orfanato para ver a los niños despertar, darles un abrazo y un plátano para coger energías porque nos pasábamos lo días bailando, corriendo y riendo. Benditas sonrisas. Cada niño tiene algo que le hace ser especial, un alma pura que brilla, cada uno tiene su fuerza interior por las circunstancias que han vivido pero todos juntos son una gran familia que se cuidan y se protegen entre ellos.
Jamás me arrepentiré de haber ido y jamás me permitiré no volver.
Ha sido y será una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, antes sabía valorar mucho lo que tenía y a quien tenía en mi vida pero al volver valoras hasta el más mínimo detalle cotidiano, un saludo de un desconocido me regala esperanzas para un mundo mejor.
Doy gracias a Cooperating Volunteers por darme la oportunidad de realizarme más como persona, por darme la oportunidad de enamorarme de todos estos niños y ojalá podáis seguir haciendo la gran labor que hacéis durante muchísimos años más. Mil gracias de corazón.
Mi voluntariado con cooperating volunteers fue en Uganda (Fort Portal) en un colegio de infantil y primaria (allí se conoce como Kinder y Primary) se llamaba Mukubo.
Desde la llegada hasta el final del voluntariado me sentí segura, ya que tienes apoyo tanto del equipo en España como el de destino. Es más mi compañero, con el que viaje, tuvo un problema y lo pudo solucionar junto con cooperating.
Respecto al voluntariado que hice, me sentí super agusto. Ya que la profesora con la que estaba me acogió muy bien. La labor que hacía con allí era ser la asistente de la profesora, ayudándole a corregir, repasando el abecedario, etc. Además, yo estoy estudiando magisterio, y alguna vez me dejó dirigir la clase. No lleve ningún material, ya que compre todo allí (preguntando antes que necesitaban). Pero sí que es cierto, que me di cuenta que le gustan mucho los globos, asi que quizás, meter un par de bolsas no vendría mal…
En cuanto al alojamiento me sentí super agusto, porque: la familia con la que estábamos (pues era una casa que la llevaba una familia y un trabajador más)era muy atenta y las comidas que preparaba la señora eran estupendas. La casa en la que estábamos era la 3 (ya que allí hay hasta 3 casas que acogen voluntarios).
En definitiva, recomiendo hacer este ya que es una experiencia increíble y tienes siempre asesoramiento por parte de cooperating volunteers!!!
Pd: el gran cariño que recibes por parte de los niños te llegará al corazón 🙂
No sé ni por dónde empezar este testimonio, estoy tan agradecida con la experiencia vivida que creo que no tengo palabras para poder explicarlo como me gustaría. He estado dos meses en Fort Portal, Uganda, en el Orfanato de la ciudad y en la ONG de Volcop ayudando con algunas clases. Durante estos dos meses he conocido otra cultura totalmente distinta a la nuestra y que me ha encantado, tienen una manera de ver la vida con una sonrisa y siempre agradecidos de todo. Desde que he vuelto, intento seguir sus pasos y ver las cosas de otra manera, siempre con optimismo.
No hay día que no eche de menos Uganda, los niños del orfanato te dan muchísimo cariño, más del que tu podrías darles. Cuando llegas allí, todos vienen corriendo a saludarte y a jugar contigo, les encanta que estés con ellos y les des un poco de tu amor. A parte, de los niños del Orfanato, en Volcop también necesitan mucha ayuda, Volcop es una ONG que está en nyabukara dónde la gente es más pobre que la de la ciudad y dónde se deben mejorar las condiciones de vida de las familias que la componen. Allí, yo di alguna clases de informática a niños que era la primera vez que veían un ordenador, las ganas que tenían de aprender son inexplicables, como te escuchaban, como te agradecían tu tiempo, todo eso no tiene precio.
Además de todo eso, en la casa de voluntarios me sentí súper acogida, tanto por las personas que ya están en la casa trabajando como por los voluntarios. El hecho de estar todos juntos en un mismo sitio hace que se haga mucha piña y se creen vínculos muy fuertes con todos.
Estoy súper contenta de haber realizado este voluntariado y se me pidieran de volver diría mil veces que SI!
En mi cabeza está volver pronto, espero que así sea!
Fa aproximadament un mes vaig començar una de les millors aventures de la meva vida. Des de feia anys, perseguia la idea de conèixer món des d’una perspectiva més humana, més real. Arribes a Uganda sense saber ben bé què t’espera, què viuràs, a qui coneixeràs o si t’adaptaràs a un país tan diferent. Però no sé per quin motiu, en qüestió de minuts vaig sentir que ja formava part d’aquell lloc. En el meu cas, vaig escollir el programa d’orfenat de Fort Portal i què dir-ne d’aquells nens? M’han canviat però sobretot m’han ensenyat que la vida no és mesura en diners sinó en somriures. Vaig aprendre a ser conscient del que m’envolta i a valorar el que tinc. És evident que no van ser disset dies de tot rialles, i és que també vam passar moments durs, experiències que et fan més fort però com diuen, de tot se n’aprèn a la vida. Uganda és molt més que els safaris, els plataners o els seus llacs. Uganda té un tresor meravellós i és la seva gent. Mirades, converses, somriures que inevitablement fan que una part de tu sempre es quedi allà.
Hola me llamo Toni y conjuntamente con toda mi familia estuvimos dos semanas de voluntariado en Jaipur. Se suele decir que hay un antes y un después de visitar India cuando haces turismo, pero al estar viviendo con una familia local durante esas semanas y colaborando al máximo con los organizadores, os puedo decir que siempre llevare en mi corazón y en mi mente lo vivido en India.
Tenia dudas antes de salir hacia la India por la adaptación a sus costumbres y a su comida, pero solo me llevo un dia con la ayuda de Shiva (padre de familia) y el resto del equipo a sentirme como en casa, y que tuviera la sensación de estar con ellos desde hacia mucho tiempo.
Tuve la gran oportunidad de hacer el voluntariado de elefantes, pero me dejaron acudir dos dias al de orfanato y un dia al de escuela. A parte de las actividades directamente relacionadas con Cooperating, hemos participado en todas las fiestas locales como uno mas de la familia, y eso nos llevo a que el primer fin de semana pareciese que llevavamos 15 dias alli, debido a la intensidad con la que hacen las cosas en India.
Mencion especial para Kayal y Rinku por cuidarnos al maximo y estar siempre pendientes de nuestros gustos alimenticios. Respecto a la seguridad que es otro punto que me tenia preocupado como padre de familia que soy, teniendo siempre el apoyo de Jitesh y la presencia de Suraj, no tuvimos problema alguno,sino todo lo contrario…parecíamos parte del grupo aunque yo daba un poco la nota por el color medio pelirrojo de mi barba.
Por otra parte, lo que si que os puedo garantizar es que las personas que he conocido, aún teniendo recursos limitados, los comparten contigo antes de utilizarlos ellos, lo cual te hace reflexionar y mucho….
Resumiendo…..si estais pensando en hacer el voluntariado en India, solo os puedo decir que no os arrepentiréis jamas, ha sido una experiencia tan inolvidable, que es como para repetirla (de hecho mi pareja vuelve en Febrero) ya que fue algo que llego a lo mas profundo de mi corazón y al de toda mi familia.
Mil gracias a todo el equipo de Cooperating por la gran labor que están haciendo y por la que podrán hacer para ayudar a muchas personas en la India por un poco de esfuerzo de futuros voluntarios como tu que estas leyendo este comentario.
Hacer un voluntariado en la India ha sido sin duda una de las mejores decisiones y una experiencia 100% recomendable. Desde el momento en que aterrizas, se nota que la India es un lugar mágico. El caos inicial deja paso a un país lleno de alegría, sonrisas y valores que hemos perdido en Occidente. Desde el primer momento, Shiva, Mama y Jitesh te acogen como si fueses de la familia y te acompañan durante todo el voluntariado.
En mi caso, estuve 3 semanas en el Programa de Orfanato y 1 en el Programa de Cuidado de Elefantes. Realmente estar con los niños es un auténtico privilegio y sin duda te aportan mucho más de lo que tú les puedes enseñar: sonrisas, solidaridad y muestras constantes de altruismo a pesar de la pobreza en la que viven. Estar con los elefantes también es muy interesante ya que la calma y paz que transmiten contrasta con el bullicio de la ciudad.
Además, durante el día a día, hay muchos lugares que visitar en Jaipur y alrededores así como actividades que realizar (yoga, por ejemplo). Los fines de semana se pueden aprovechar perfectamente para visitar otros lugares emblemáticos como el Taj Mahal o Varanasi.
Si estás pensando en hacer un voluntariado, ¡adelante! Que los miedos iniciales como viajar sol@ o vivir en una cultura tan diferente como la India no te impidan disfrutar de una de las mejores experiencias que puedes vivir.
¡Muchas gracias a Cooperating por hacer esto posible!
Mi trabajo ha sido enseñar matemáticas en ingles a niños de una escuela con muy pocos recursos llevada por voluntarios.
Para mi ha resultado una impresionante aproximación a un pais tan enorme en muchos sentidos como es la India.
Al salir de mi casa estaba extremadamente feliz y convencida de que aquel viaje había sido una buena decisión e ir sola solo le sumaba emoción a la aventura. Al llegar a Trujillo después de unas 20h de viaje estaba muy confundida y empezaron a aparecer dudas sobre si eso había sido una buena idea pero todo eso desapareció a la mañana siguiente. La gente de Huanchaco, sus calles, el mercado, la playa, absolutamente todo es maravilloso. Estuve en “La Rampa” un proyecto para niños y jóvenes allí jugué, dibuje, corrí, incluso en ocasiones hice de “enfermera” y sobretodo donde me robaron el corazón. El equipo local es maravilloso y aunque mi estancia fue corta me sentí como en casa.
A todas las personas que tengan dudas sobre viajar solas o sobre si Huanchaco es un lugar inseguro les puedo afirmar que nada de eso… Hazlo!! Yo estoy segura de que volveré algún día y espero que sea pronto…
Me llamo Valeria y he realizado un voluntariado médico en Kenya(África).
Es difícil resumir dos semanas de momentos únicos en palabras. Cuando vuelvas, seguirás pensando en esta experiencia increíble y llena de emociones cada minuto de tu vida (lo que llaman “El mal de África” existe de verdad), porque en ningún momento esto se puede definir solamente como un viaje de voluntariado.
Un voluntario que llega a Kenya debe tener en cuenta que va a proyectarse en una realidad totalmente diferente, a partir de el ritmo del día, de la vida. En Kenya es todo “pole pole” (en swahili “despacio”). No hay prisa por nada, tienes sólo que disfrutar plenamente lo que el día ofrece. No existe reloj, no hay horario del matatu (bus local). Simplemente se sale a la calle y se espera que el matatu llegue. Lo único que debes respetar son los momentos de amanecer y atardecer, momentos que es mejor no perderte por las emociones que te regalan. Colores intensos, hermosos que te dejan literalmente sin palabras.
En esta experiencia tienes la oportunidad de enfrentarte con personas de diferente nacionalidad y cultura, y más, de vivir situaciones que normalmente no pasan. A veces me encontré sin luz y por 2 días sin agua caliente, sin Internet, móvil, comiendo la misma comida por 4 días seguidos, porque eso era lo que la tierra ofrecía.
A pesar de esto, la gente en Kenya es muy gentil, curiosa de saber de ti, de preguntarte quien eres y los niños siempre te sonríen, te piden abrazos, chucherías, te tocan el pelo y la piel, porque tú eres algo diferente a lo que están acostumbrados. Y es en el momento en que ese mundo te sonríe que todo se apaga y te sientes llena de amor. Yo, en particular, lo descubrí cuando, como voluntaria enfermera en maternidad, me pusieron un bebé en las manos. No hay cosa más linda que dar la bienvenida de una nueva vida a otros y comprobar cómo gente que no te conoce y no te entiende, confía en ti dándote en tus manos el bebé que han llevado por 9 meses. Hay que decirlo: las mujeres allá son fuertes e increíbles, ellas son el pilar de la familia.
Este viaje fue mi primer viaje de voluntariado y más “sola” pero nunca me sentí o estuve sola!
Gracias a Cooperating Volunteers por el apoyo, el cariño y por haber sido parte de uno de mis sueños.
Si tienes pensado hacer un voluntariado, hazlo sin dudas.
Tutaonana hivi karibuni Kenya
Me llamo Valeria y he realizado un voluntariado médico en Kenya(Africa).
Es difícil resumir dos semanas de momentos únicos en palabras. Cuando vuelvas, seguirás pensando en esta experiencia increíble y llena de emociones cada minuto de tu vida (lo que llaman “El mal de Africa” existe de verdad), porque en ningún momento esto se puede definir solamente como un viaje de voluntariado.
Un voluntario que llega a Kenya debe tener en cuenta que va a proyectarse en una realidad totalmente diferente, a partir de el ritmo del día, de la vida.
En Kanya es todo “pole pole” (en swahili “despacio”). No hay prisa por nada, tienes sólo que disfrutar plenamente lo que el día ofrece. No existe reloj, no hay horario del matatu (bus local). Simplemente se sale a la calle y se espera que el matatu llegue. Lo único que debes respetar son los momentos de amanecer y atardecer, momentos que es mejor no perder por las emociones que te regalan. Colores intensos, hermosos que te dejan literalmente sin palabras.
En esta experiencia tienes la oportunidad de enfrentarte con personas de diferente nacionalidad y cultura, y más, de vivir situaciones que normalmente no pasan. A veces me encontré sin luz y por 2 días sin agua caliente, sin internet, móvil, comiendo la misma comida por 4 días seguidos, porque eso era lo que la tierra ofrecía.
A pesar de esto, la gente en Kenya es muy gentil, curiosa de saber de ti, de preguntarte quien eres y los niños siempre te sonríen, te piden abrazos, chucherias, te tocan el pelo y la piel, porque tú eres algo diferente a lo que estan acostumbrados. Y es en el momento en que ese mundo te sonríe que todo se apaga y te sientes llena de amor. Yo, en particular, lo descubrí cuando,como voluntaria enfermera en maternidad, me pusieron un bebé en las manos. No hay cosa más linda que dar el bienvenido de nueva vida a otros y comprobar cómo gente que no te conoce y no te entiende, confía en ti dándote en tus manos el bebé que han llevado por 9 meses. Hay que decirlo: las mujeres alla son fuertes e increibles, ellas son el pilar de la familia.
Este viaje fue mi primer viaje de voluntariado y más “sola” pero nunca me sentí o estuve sola!
Gracias a Cooperating Volunteers por el apoyo, el cariño y por haber sido parte de uno de mis sueños.
Si tienes pensado hacer un voluntariado, hazlo sin dudas.
Tutaonana hivi karibuni Kenya❤
No hay palabras para explicar lo que viví y sentí en las 3 semanas que estuve en el orfanato, ya no solo en el orfanato, la familia que me acogió allí no pudo ser más increíble. Siempre estaban pendientes de nosotros, momentos muy especialmente divertidos que jamás olvidaré. Te sientes parte de su familia desde el día en el que llegas. De los niños me enamoré. Lo que yo les pude haber dado no es nada comparado con todo lo que me dieron ellos. La alegría con la que te reciben cada día que llegas al orfanato es indescriptible. Desde el primer momento te hacen sentir como en casa, como si nos conociéramos de toda la vida. Conocerás a otros voluntarios que harán que tu estancia allí sea aún mas gratificante y de los que te llevarás grandes amistades. Sin duda, la India y más en especial Jaipur son puramente amor y alegría. Lo único que puedo decir es gracias. Solo tienes que animarte a vivir una de las experiencias, que te aseguro, será la mejor de tu vida.
Probablemente leas este comentario porque estés pensando en ir a India y vivir el voluntariado, y yo, justo un mes después desde que llegué a casa de vuelta, te invito al cien por cien a que vayas y lo vivas con todos tus sentidos.
Un día me entró la corazonada de visitar India, bueno, más bien, de hacer un voluntariado allí, y sin duda, esta experiencia superó mis expectativas por todo lo alto en cualquier sentido. La verdad es que en Europa, o al menos en España, cuando oyes hablar de India, parece que solo existe la suciedad, el ruido, la pobreza… pero nadie te habla de su gente, de la permanente sonrisa y alegría de absolutamente todas las personas por pobres que sean, la intensidad de los colores, atardeceres, el afán por bailar en cualquier momento del día.. a día de hoy solo puedo decir que me enamoré de lo que sentí allí.
En mi caso, soy monitora y trabajo con niños prácticamente todo el año, y cuando fui allí, me morí de envidia al simplemente observar los valores que tienen todos los niños sin apenas darse cuenta. No vi ni un solo gesto de egoísmo, no vi insultos, no vi peleas entre ellos de no ser por bromas de niños pequeños… tenemos muchísimo que aprender de ellos, y sé que es un tópico, pero no hay más que pasar una tarde con ellos para descubrirlo.
Cuando hablamos de países pobres, parece nos nace la pena, pero a mí lo que me nació allí fue la envidia, no puedo explicar cómo me sentí cada rato que estaba con ellos, pero puedo asegurar que nunca fui más feliz que en esas tres semanas.
Para mí fue muy gratificante, tengo 20 años y nunca antes me había ido de viaje sola, pero esta experiencia sentía que tenía que vivirla así, y desde luego no me equivoqué. A parte del voluntariado en sí, la familia me hizo sentir como en casa, es increíble como comparten contigo lo que ellos ni siquiera tienen en sus propias casas.
Así que nada, como les dije a todos los niños antes de irme, si retrocediera el tiempo y me dieran a elegir entre visitar el Taj Mahal o quedarme un día más con todos los niños, no dudaría en ponerme la camiseta de voluntaria y bailar con ellos con todas mis ganas, a eso si se le puede llamar una maravilla. Si vas no pasará un día cuando vuelvas que no recuerdes la sonrisa de todos ellos, y eso te haga creer de nuevo en la humanidad que aunque parezca que no, existe en cantidades incalculables
Hola soy Judith!!
Estuve dos semanas en Jaipur en el programa de enseñanza. Lo recomiendo mucho, des de el primer día nos hicieron sentir como en casa. Nos cuidaron, nos ayudaron en todo. Estuve muy a gusto con los niños en el colegio, son adorables. A parte del programa haces muchas amistades que marcan. La familia que nos acogió era la mejor del mundo, les cogí mucho cariño y les deseo lo mejor. La comida muy buena, nos lo hacían adaptado a nosotros (tema picante). Ojalá poder volver otra vez. La Índia es especial, sin duda acerté.
Muchas gracias Cooperating Volunteers, ha sido una de las mejores experiencias de mi vida!!
MI PUEBLO DE CORAZÓN
En España todo el mundo tiene un pueblo, donde han vivido sus padres o abuelos y donde suelen ir de vacaciones, con la familia o amigos. Pues bien, yo nunca tuve uno, pero con 29 años, llegó a mi corazón.
Todo comenzó un día soleado, estaba nervioso, alegre, me movía rápido como un guepardo al ir de un lado a otro, imagino que sería la excitación…pues ese día cogía un avión y al siguiente me esperaba África, más concretamente KENIA.
Al llegar a Nairobi fui en un coche durante dos horas por las carreteras de este país, donde puede ir observando la naturaleza y la vida de los transeúntes que íbamos dejando a los lados. Ya más adentrado y fuera de la ciudad, me empezaba a invadir una sensación de estar dentro de una película al ver los pueblos llenos de campos verdes y selváticos, la gente trabajando y sonriente.
Después de dos horas de trayecto llegué a KIRWARA. Donde iba a realizar el voluntariado de ayuda social y escolar en la escuela de Gatanga, con más voluntarios, Laura, Sebas, Claudia y Julia que me estaban esperando junto a mi novia Laura y las tres coordinadoras que son un amor, Mónica, Emma y Keli.
Al llegar comimos todos juntos la comida que nos hacía la cocinera, Martha en la casa de voluntarios, que por cierto estaba muy buena. Aquí he de destacar los aguacates que tienen en esas tierras son espectaculares y enormes y sobre todo el puré de calabaza que hacían.
Por la tarde fui a visitar el pueblo, una carretera con negocios a los lados y todo lleno de valles alrededor de plantaciones tropicales. Lleno de gente, niños y niñas nos saludaban y estaban muy contentos de que nosotros estuviésemos allí.
Al día siguiente comenzaría mi voluntariado como profesor y educador del cual voy a hablar:
A la escuela se llega en Matatu, es el nombre que tienen los autobuses en Kenia o andando por una carretera preciosa donde se ve mucha esencia de la vida de los keniatas.
En la Escuela de Gatanga los niños y niñas estaban de vacaciones por lo que nos tocaba hacer a los voluntariados el Summer Camp. Es hacer actividades de ocio y aprendizaje durante cuatro horas al día y media hora para tomar el porrich, que es una bebida batida que toman los niños en el recreo.
Durante las dos semanas que estuvimos de voluntarios hicimos muchísimas actividades: Cantar canciones de Kenia e internacionales en inglés y enseñamos la canción típica española de la Macarena. Jugamos a balón prisionero, a la comba, a bomba, al fútbol, al escondite inglés, al juego de parejas de cartas de los pitufos. Enseñamos a dibujar, les pusimos tatuajes de pegatinas… Les enseñamos la bola del mundo, jugamos a la mímica de animales, en dos semanas no paramos de hacerles ser muy felices y que se divirtiesen constantemente. Podría describir muchas más actividades que jugamos y les enseñamos, pero tres que quería destacar fueron pintarles la cara de superhéroes, les encanto. También el juego de pompas de jabón, se volvían locos corriendo tras ellas para explotarlas y la que más nos gustó fue la de hacer fotos con una cámara Polaroyd en la que se hacían ellos fotos y veían como salía en directo y en papel la foto y luego se las quedarían de recuerdo.
Todas estas actividades y más que se me han escapado contar les llenaba de felicidad a ellos y a nosotros. Después para volver a Kirwara desde la escuela, los niños se agarraban de tus manos y hablábamos cantábamos o corríamos. Era un momento muy entretenido y bonito.
Por las tardes teníamos tiempos libres y lo dedicábamos a visitar zonas cercanas y únicas sin turismo, como los campos de té, las catorce cascadas, la granja de Emma, los valles de Kirwara, alguna ciudad cercana como Tika y la capital Nairobi. También fuimos a visitar a familias muy necesitadas para darles comida y ropa, y uno se siente muy enriquecido al poder ayudarles.
Los fines de semana son libres y yo y los voluntarios nos fuimos al gran Masai Mara de safari, una experiencia maravillosa. El siguiente fin de semana nos fuimos a la zona de la costa, a Diani Beach en tren, otra visita imprescindible en Kenia. Luego Laura y yo que ya acabamos el voluntariado nos quedamos una semana allí de vacaciones.
Por último, quiero hablar sobre los últimos días en Kirwara donde estuvimos con los niños dándoles regalos, chucherías y las fotografías que se habían hecho y lo más triste de todo, la despedida que fue muy bonita dándonos todos los niños y las niñas abrazos y besos. No me quiero olvidar de Mónica, Emma, Kely que fueron “mis ángeles de Charlie”. Chicas súper felices, atentas, nos enseñaron las cosas del pueblo, de Kenia, nos cuidaban en todo momento, jugamos con ellas, nos reímos, bailamos y nos proporcionaban todas las necesidades y seguridad del mundo.
Por todo esto animo a cualquier persona ir a conocer Kenia pero pasando por mi pueblo, porque ahora sí que tengo un pueblo y se llama Kirwara y reciba el amor que yo recibí de los niños de la escuela de Gatanga y ver lo que llena a uno, poder ayudar a personas que lo necesitan y a la vez estas personas a mí me han robado un pedacito de mi corazón.
“¿Cuál ha sido la mejor experiencia de tu vida?” Siempre que me hacen esta pregunta, tengo la misma respuesta: El viaje a la India. No hay palabras suficientes para describir los sentimientos encontrados que se experimentan en la India. Antes de irme tenía tanto miedo como cualquier occidental, que si era una mujer sola, que si es no es seguro, que si la comida era muy fuerte, cuidado con los mosquitos, y con la suciedad! y hasta con el calor…¿sabéis que? Solo eran miedos. Tuve mucha suerte de encontrar con Cooperating Volunteers la familia más fantástica que uno pudiese imaginar. Desde el inicio me arroparon, hacían comidas con diferentes niveles de picante, estaban atentos a todos mis viajes en solitario los fines de semana por si necesitaba ayuda, me enseñaron sus creencias y me abrieron las puertas a sus costumbres. Y sin lugar a dudas, lo mejor fueron ELLAS. Las niñas y mujeres de la ONG con la que tuve la oportunidad de Colaborar. Vineeta es una asociación de mujeres que lucha cada día por darles una vida mejor. Siempre las llevaré en el corazón y se que sin lugar a dudas, volveré a ese increíble país
Soy Laura, mi voluntariado fue en Jaipur . Lo hicimos toda la familia y lo recomiendo.
La gente maravillosa y el monzón divertido!
No pasó nada por beber agua del grifo, ni por comer en puestos de la calle y ni siquiera nos picó un solo mosquito.
Hice el proyecto del desarrollo de la mujer y orfanato y solo puedo decir que gracias a todos por lo que me enseñaron, fue tan impactante en sentido positivo que ya estoy cuadrando fechas para volver. Nuestra familia ahora también son ellos!
Lo que pueda contar se queda corto, hay que ir y vivirlo.
Estuve 3 semanas como voluntaria en Siem Reap, Camboya. Mi programa fue profesora de inglés. Una vez allí, estuve como profesora de inglés dos semanas en un cole y otra semana como profesora de español en un orfanato (ya que el colegio tenía vacaciones). Es una experiencia INCREÍBLE! te metes de lleno en la cultura del país… Camboya, en concreto, es el país de las sonrisas, la gente es súper agradable y cercana, te hacen sentir especial.
Y qué decir de los peques del cole y orfanato… Pues que son PURO AMOR. Yo realmente sentí que recibí MUCHO MÁS de lo que yo di.
Era la primera vez que participaba como voluntaria en un programa y no descarto que lo vuelva a hacer. La experiencia me encantó!
Me llamo Cynthia y he realizado un voluntariado de Educación en Kenya (Africa). Fue una experiencia increíble, impresionante. He crecido como persona, pero lo mas bonito de todo ha sido como crecía cada niño, que cada vez que te veían se te echaba al cuello para abrazarte. Mi intención era ayudar al máximo y es lo que intente en todo momento. Pero lo mejor es, que aprendi mucho mas con ellos. Simplemente ser feliz con lo que tienen, sin pedir nada a cambio. Felicidad es lo que siento ahora al recordar todos estos momentos, fotos…
También fue genial conocer a gente, tanto como de allí del país como de tu mismo sitio. Convivir la misma experiencia juntos y construir momentos increíbles entre todos. Gracias a Cooperating y los proyectos locales por hacer todo lo posible y ayudar en todo momento!!
El voluntariado fue increíble, probablemente la mejor experiencia de nuestras vidas.
Llegué a África sin expectativas y en aquel momento, no era consciente de lo que me esperaba.
Hice el voluntariado de enseñanza. Solo diré que al llegar al colegio el primer día todos los niños salieron corriendo de clase y vinieron diciendo “ Musungu, Musungu”. Tenía a 4 niños cogidos de cada brazo (o más), otros por delante y más por detrás (casi no me podía mover!) y todos querían que fuera a su clase. Me quedé con Middle Class (niños de 4 años) y fue increíble. Les daba una clase al día y luego jugaba con ellos y les hacía compañía. Lo mejor de todo: cada vez que la profesora se iba ya los tenía enzima mío.
Por otro lado, están los voluntarios. El vínculo que creamos en solo dos semanas fue una pasada. Convivir con gente en una misma casa es lo que tiene!! Hicimos excursiones juntos entre las cuales destacar el Safari de Murchinson Falls; vimos una Leona y todo!!!!
Por último, a cualquier persona planteándose hacer un voluntariado, hazlo! Es una experiencia que se tiene que vivir al menos una vez en la vida (yo solo tengo 17 años y estoy segura de que repetiré). Soy incapaz de encontrar las palabras para describir lo que se siente; cómo los niños te hacen sentir y cómo te sientes tú al ver cómo viven. Podría decir sientes que recibes más de lo que das y puedo asegurar que no vuelves siendo la misma persona.
Esta ha sido mi segunda experiencia con Cooperating Volunteers, depués de la experiencia en Uganda, no dudé en volver a contactar con ellos.
Mi programa aquí en Camboya era en Phnom Penh e ir a un orfanato con niñ@s con diversidad funcional. No me adapté muy bien a la ciudad, así que contacté con Albert y en minutos, supo darme alternativas, cosa que valoré mucho.
Finalmente, me fui a Siem Reap dónde allí también había voluntarios españoles y quieras o no, al estar ellos allí, me hizo sentir más cerca de casa.
En Siem Reap, me estrené como profesora de Español. Estuve en una “casa de acogida” con niños que tienen su família lejos y/o pobres y tienen que ir a la ciudad para ir a la escuela y recibir clases extras.
La verdad es que me encantó y me sentí realizada.
En el momento de marchar, te das cuenta de lo que puedes aportarles y enseñarles a estos niñ@s. También se valora mucho la suerte de la vida que has tenido y que algo tan básico para ti, para ell@s es otra cosa completamente distinta.
En conjunto estoy muy contenta con mi voluntariado de este año y pensando en repetir en el futuro.
Hola, em dic Pep i fa un mes vaig tornar d’Uganda (Fort Portal), on vaig estar durant tres setmanes al programa d’ensenyança a Canaan. Estar a Uganda ha sigut una de les millors experiències que he fet mai.
He tornat amb gent al cor, paissatges indescriptibles,sentiments que mai havia sentit abans, valorant molt mes el que tinc, i havent descobert el tresor mes gran d’Àfrica. D’Uganda m’emporto els somriures dels nens i les abraçades que et feien quan arribaves a l’escola mentres cridaven “mzungu mzungu”, les aventures viscudes amb els voluntaris , els viatges en boda, l’amabilitat de la gent i l’amor que et donaven sense tenir res ni voler res a canvi.
Recomano aquesta experiència i la repetiria sens dubte, ja que tot i ser el petit del grup (17 anys)m’he sentit molt a gust. Espero tornar aviat per veure els nens de Canaan, la gent de House 3 i aquest país on he deixat una part del meu cor.
Mi nombre es Lucia y mi verano con Cooperating ha sido en Kenia, concretamente en un pueblecito llamado Gatanga.
Creo que intentaré explicar todo de una forma algo sencilla y rápida, aunque es prácticamente imposible resumir todo lo vivido allí en unas pocas líneas.
Decidí hacer el viaje con mi hermana y una amiga suya y cogimos el proyecto de escuela. He de decir, que debido a que se trataba de un periodo de vacaciones en la ciudad, en el mes de agosto, estuvimos en un programa de campamento, donde hemos podido trabajarlo todo.
Íbamos por las mañanas y estábamos con los peques en clase dos horas, y después teníamos otras dos más para poder jugar y disfrutar de que fueran ellos quienes nos enseñaran todo lo que supieran.
Con respecto a la organización local, que se encarga en Gatanga de cuidar los voluntarios y se preocupa por sus vecinos con actos sociales, ha sido un grupo más que impresionante.
No podemos más que darlas las min Gracias por como nos cuidaron, trataron y acogieron. Hicieron de nuestras semanas una familia grande con la que vivir algo así, ha sido incluso mejor de lo que esperaba.
El poder disfrutar de los peques en el campamento, fuera de él, por las calles, por las tardes, a todas horas, ha sido maravilloso.
Es difícil poder contar todo lo vivido y más cuando estas tan llena de felicidad. Solo podría decir que se, que mi próxima vez será allí, con todos ellos, otra vez.
Dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde amo la vida. Y es que Kenia, su gente, sus paisajes, su risa y su felicidad es eso. Vida.
Estuve en el voluntariado del orfanato de elefantes en Pinnawala, Sri Lanka. Ha sido una experiencia increíble! Tanto el país como su gente son fantásticos. Durante el periodo en el orfanato he podido descubrir el día a día de los elefantes y sus cuidados. También mención especial a Mr. Rasika, mi coordinador, fue muy amable y acogedor conmigo. Además es un excelente cocinero… Experiencia 100% recomendable!
Me llamo Gadea y este verano he viajado a Cabo Verde para colaborar en el nuevo proyecto de educación. Ha sido una experiencia inolvidable, de esas que te cambia la forma de ver y entender a otras personas. Cabo Verde es un país lleno de vida y Tarrafal una ciudad con miles de cosas para descubrir. Sentir que aportas tu granito de arena día a día es muy gratificante, sobre todo con los más pequeños, que son quienes más necesitan nuestra ayuda para salir adelante en un país en el que no disponen de facilidades para estudiar y ganarse la vida en el futuro. Además, estar en contacto con la gente local nos ha ayudado mucho a conocer la cultura y gracias a ello hemos conocido a personas increíbles. ¡Ya estoy pensando en volver el verano que viene!
Una experiencia increíble! Hicimos el voluntariado mi madre y yo en Huanchaco y nos encontramos muy arropadas en todo momento tanto por parte de la ONG como en el hostel. Yo coordine dos proyectos por que uno me parecía poco y no hubo problemas, te dan flexibilidad para compaginar ambos y aún así tener tiempo libre. Por las mañanas iba a una clínica que la verdad en pocos días te haces a sus dinámicas y forma de trabajar y después apoyaba en lo que necesitarán ayuda ( un poco de todo pero sobretodo en la farmacia y digitalizando todos los formularios en papel) y por la tarde iba a la rampa. Allí cuidábamos de los niños que hacían skate y también jugábamos con ellos. La organización también ofrecía actividades sociales muchas tardes y también los fines de semana. Mi madre colaboró en el proyecto de medio ambiente donde entre otras cosas iban a coles a dar clases de medio ambiente que es lo que le gusta hacer y a lo que se dedica profesionalmente. Cómo último apunte comentar que la organización es inglesa y que muchos coordinadores y voluntarios son ingleses o de habla inglesa (sobretodo inconveniente para los españoles que vayan para allá y que no dominen mucho el ingles;)). Además Huanchaco es un pueblin encantador y enseguida te encuentras super agusto y además la super playa que tiene, ayuda.
Llegué a África sin expectativas y en aquel momento, no era consciente de lo que me esperaba.
Hice el voluntariado de enseñanza. Solo diré que al llegar al colegio el primer día todos los niños salieron corriendo de clase y vinieron diciendo “ Musungu, Musungu”. Tenía a 4 niños cogidos de cada brazo (o más), otros por delante y más por detrás (casi no me podía mover!) y todos querían que fuera a su clase. Me quedé con Middle Class (niños de 4 años) y fue increíble. Les daba una clase al día y luego jugaba con ellos y les hacía compañía. Lo mejor de todo: cada vez que la profesora se iba ya los tenía enzima mío.
Por otro lado, están los voluntarios. El vínculo que creamos en solo dos semanas fue una pasada. Convivir con gente en una misma casa es lo que tiene!! Hicimos excursiones juntos entre las cuales destacar el Safari de Murchinson Falls; vimos una Leona y todo!!!!
Por último, a cualquier persona planteándose hacer un voluntariado, hazlo! Es una experiencia que se tiene que vivir al menos una vez en la vida (yo solo tengo 17 años y estoy segura de que repetiré). Soy incapaz de encontrar las palabras para describir lo que se siente; cómo los niños te hacen sentir y cómo te sientes tú al ver cómo viven. Podría decir sientes que recibes más de lo que das y puedo asegurar que no vuelves siendo la misma persona.
Cuando me decidí a hacer un voluntariado, no podía llegar a imaginar lo enriquecedora que sería esta experiencia. Llevaba tiempo con la idea pero también tenía las típicas dudas, que se esfumaron nada más llegar. He hecho voluntariado de enseñanza en una escuela de Gatanga, una zona rural de Kenia, dando clases a los más mayores y jugando con los peques en los ratos libres. Es increíble recibir tanto cariño, compartir sonrisas a todas horas, ver las ganas de aprender de los niños y poder apreciar las cosas realmente importantes de la vida. Ha sido maravilloso sentirme una más de la comunidad cuando todos me saludaban con un “teacher Virginia” al pasear por el pueblo y compartir buenos ratos en la casa con la coordinadora y los demás voluntarios. Gracias a Cooperating Volunteers por hacerlo posible. Y a los futuros voluntarios… no dudéis. ¡No os vais a arrepentir! Para mí ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Asante sana.
Hace unos meses que fui a la India y no hay día que me despierte sin pensar un rato en todo lo que viví allí y en su maravillosa gente. Cuando la rutina se me come pensar en India me revitaliza.
Fue una experiencia tan gratificante y transformadora que un texto nunca será suficiente para describir todo lo que me trajo este tiempo de voluntariado en Jaipur. Solo te puedo decir, lector/a vívelo y sabrás de lo que hablo.
Estuve dos meses en un orfanato. Había más de 20 niños de edades entre 6 y 19 años. Tenían una sonrisa mágica y una mirada que te llegaba a lo más profundo del alma. Eran amor puro, super educados, alegres y siempre dispuestos a aprender, les encantaba jugar al juego del pañuelo y otros de nuevos. Las actividades de manualidades y pintar también las disfrutaban muchísimo.
Unidos formaban un gran equipo y una gran familia. Con muy poco ya eran agradecidos y desde que entré allí ya supe que ellos me aportarían mucho más de lo que yo les pudiera enseñar. Nunca dejaban de sorprenderme y no sólo en el orfanato. Durante mi estancia siento que recogí mucho más de lo que ofrecí. Recibí amor puro y abundantes abrazos.
La familia anfitriona de la casa de voluntarios es sencilla, bondadosa y autentica. Ellos son el pilar fundamental para que tengas una experiencia memorable en India. Su labor es cuidarte y que no te falte de nada. Shiva y Kajal , podrian definirse como los padres de India. Unas personas maravillosas que velan para que no te falte de nada y se entregan a los voluntarios como nadie, la maravillosa pareja joven,Suraj y Rinku, tan monos y serviciales, siempre haciendo la casa más acogedora, Jitesh, el coordinador que te da la bienvendia y el que siempre te distraerá con su gran repertorio de música de youtube y Raja el mejor de los mejores conductores de tuk tuk, con un su gran sentido del humor y una conducción alocada que te deja perplejo desde el principio hasta el fin…Ellos consiguen que te sientas como en casa, con pequeños detalles sin percatarte te integras con su cultura, con su día a día y de repente una parte de ti queda enganchada allí. El amor que les coges es innegable y además cocinan unos platos buenísimos. La India te confirma cada día que no hace falta tener tanto para ser feliz. La gente es cortés y siempre te recibirá amablemente con una sonrisa, mucha curiosidad y posiblemente con una taza de chai. Uno de los “mantras” que me llevo de allí es “don’t think too much, enjoy the present moment” y es cierto, durante ese tiempo te inmersas en una diversión y una improvisación trepidante. Ya no tienes tiempo de pensar porque básicamente pones todos los sentidos en el momento presente. Jaipur es un caos total que acabas apreciando. Es una preciosa obra de arte desordenada.No puedes irte de allí sin cruzar una calle llena de vehiculos o tener la posibilidad de asistir a una boda india, pero lo que mas te recomiendo es que abras corazón y mente y te dejes sorprender.
Durante esos meses yo fui muy feliz. Sin duda volveré. India me ha robado el corazón.
Mi nombre es Mònica y soy de España mi voluntariado duro unos dos meses, en mi caso vivía en una casa que me dio la organización en el mismo recinto que el hogar de adultos mayores en San Jose en provincia de Buenos Aires. Participe de maneras distintas a las distintas actividades que se organizaban.
La casa estaba genial y cuando había un problema la organización lo organizaba y arreglaba, tenia cocina propia, baño propio y 3 habitaciones en mi caso no conviví con nadie pero la casa esta equipada para que vivan 3 personas mínimo y hay otra casa al lado igual. Tenia un jardín enorme compartido con el hogar lo que implicaba que podía ir con los abuelos siempre que yo quisiera y era de lo mejor, siempre que podía iba ahí hablar con ellos y comer, pasamos horas y horas hablando de nuestras raíces, yo les hablaba siempre de lo bonita que es Barcelona y de todo lo que se puede hacer aquí y ellos me explicaban historias super interesantes de su vida, aprendí muchísimo de ellos, sobretodo aprendi que tendemos a ignorar a nuestros mayores e ignorar lo que dicen y de verdad que yo escuchaba una y otra vez lo que me decían y aprendía mas y mas de sus vivencias. Como tenia una relación tan buena y siempre querían hacer actividades propuse la grabación de un video el cual elegimos entre todos el poema que gravaríamos y todo y el resultado me produce mucha ternura os dejo el enlace por aquí https://www.youtube.com/watch?v=YtPWHjU0ufQ
La parte principal de mi proyecto era con niños en protección judicial, esa parte la hacia acompañada de otros voluntarios que se convirtieron en mi familia y grandes amigos a los que les tengo mucho cariño. Nosotros íbamos a su hogar y organizábamos juegos distintos para distraerlos y sacarlos un poco de la rutina que tenían, si necesitaban ayuda en otros ámbitos como en los deberes intentábamos ayudar de la mejor forma posible e igual que intentábamos inculcar un respeto a todas las personas y nacionalidades distintas. Como los niños siempre quieren jugar y aprender intentamos realizar juegos típicos de nuestros países (Alemania, Colombia y España) y aprender juegos suyos. La verdad es que me cuesta mucho explicar lo que viví con ellos ya que veías niños que tenían lo mínimo necesario y eran la cosa mas feliz del mundo y yo aquí que tengo todo lo que puedo desear pensaba que me faltan cosas.
Aprendí tantísimo de todos ellos que solo puedo decirte que vayas y lo vivas, da igual lo que yo te pueda contar por que no será ni la mitad de lo que aprenderás y vivirás, no te arrepentirás
Hace una semana que he vuelto de la India y tengo la sensación de que una parte de mí sigue allí y no quiere volver. Y creo que nunca lo hará. Y hay una razón. La India te da todo pero a cambio se queda con un trocito de tu corazón si vas con la mente y el corazón abiertos de par en par y dispuesto a sentir(la).
Esta experiencia ha sido posible gracias a Cooperating Volunteers, que desde el minuto 0 están para lo que necesites resolviendo todas tus dudas y preocupaciones. Y como no, gracias a la familia, mi familia india, que está allí dispuesta a acogerte como uno más de los suyos, como en casa. En el momento que sientes eso, sabes que estás en el lugar correcto. Pues es lo que he sentido desde el primer minuto hasta el último. Jitesh, Shiva, Kajal, Kunal, Babu, Vanshika (Chotu) os hago responsables de esto. También a ti, Alex, Big Bro. Sóis extraordinarios y os guardo en mi corazón.
En relación al voluntariado he estado durante dos semanas en el programa de desarrollo de la mujer. Actualmente también se trabaja con niños. La duración del voluntariado es de tres horas, por lo que tú mismo gestionas el tiempo para estar con las chicas y con los niñ@s. La verdad es que nosotras dejábamos que fluyera un poco el día, había días que estábamos más con las chicas y otros con los niñ@s. A las chicas les enseñábamos inglés, primeros auxilios básicos, y “chorrti chorrti please” (peinados, les encanta) y con los peques improvisábamos con máscaras, pintábamos en la pared, jugábamos a todo tipo de juegos pero sobretodo dejábamos fluir. El feedback cuando te sumerges con ellos es alucinante, de verdad. Recibes mucho más de lo que puedes dar y agradecen todo lo que haces. Aunque agradecida estoy yo por llenarme tanto el corazón
Y bueno, podría escribir un libro con todos los maravillosos momentos y intrépidas aventuras (porque todo es posible en la India)vividas, pero me esperaré por si hay segunda parte, que no lo dudo mucho. De nuevo, gracias Cooperating Volunteers por abrirme las puertas a un nuevo hogar.
Después de casi dos años escribo mi testimonio sobre el mes que pasé en Jaipur. Hoy por hoy puedo decir que sigo sintiendo que parte de mi se quedó allí, que aquello sigue siendo mi hogar. La gente, el lugar, la energía, todo es increíble. Fui en una época complicada de mi vida y esta experiencia me hizo renacer de nuevo. Crecí como persona, por dentro y por fuera. Siento que fueron todxs ellxs lxs que me enseñaron y ayudaron a mi, y no al revés. Y nunca sabré cómo agradecérselo. Esta experiencia debería vivirla todo el mundo, sin pensárselo, coger una mochila y lanzarse. Ha sido el mejor mes de mi vida, y me encantaría revivirlo una y otra vez. Por lo que si tienes dudas o miedo, HAZLO! no te vas a arrepentir. 🙂
I absolutely loved my time in the Galapagos Islands. I had the opportunity to volunteer for six weeks on San Cristobal Island in the Galapagos. For the first month, I was the assistant teacher in a kindergarten class and had the opportunity to help out in a large class with only one teacher. The kids were so cute! I loved going to work every day. The kids truly wanted to see me and loved playing with me. After working in a school, I did some conservation work. I helped feed the giant tortoises and did some cultivation work. One of the giant tortoises even tried to eat my shoe! In my spare time, I was able to volunteer at a scuba shop to get free diving and tours. I saw amazing animals and wildlife both in the water and out of it. The people of the Galapagos are honestly some of the best I have ever met in my life. I would love to go back!
Hola!!!!
Somos dos hermanas de Barcelona que teníamos la misma inquietud de, mínimo una vez en la vida, realizar un proyecto de voluntariado y juntas.
Con Cooperating, decidimos que el destino sería Perú y colaboraríamos en el programa de Educación.
Nuestras tareas fueron dar soporte en los cursillos de piscina por las mañanas y por la tarde ir a “La Rampa”.
El resultado de esta experiencia ha sido gratificante, nos hemos sentido útiles en todo momento.
Lo mejor de todo ha sido el cariño recibido por parte de los niños y la gente local, nos hemos sentido “como en casa”.
Por lo que al país concierne, la comida nos ha encantado, una cultura sorprendente y desde luego un país precioso, con mucho que dar.
Nuestro equipaje a la ida era dudas, miedos e inquietudes y podemos decir que hemos vuelto muy contentas, superando expectativas y con muchas ganas de repetir sin duda.
Siempre tendremos un bonito recuerdo y animamos a todo aquel que este leyendo nuestro testimonio a que se sume a la experiencia, sin duda NO SE ARREPENTIRÁ.
VIVA PERU!!
Noelia y Andrea
Este verano fui con tres amigas a Camboya (Siem Reap) para hacer un voluntariado como profesoras de inglés a niños de 3 a 7 años. Hasta ahora no he sido consciente de todo lo que vivimos. Estuvimos tres semanas, pero siento como si hubiese sido mucho más tiempo. En aquel momento todo me impacto muchísimo y nos sorprendíamos constantemente. Fue súper enriquecedor conocer una cultura nueva, con hábitos completamente distintos a los que conociamos. Los primeros días que acudimos a la escuela habían muchos niños, todos corrieron hacia nosotras para abrazarnos, cada día al llegar transmitían una alegría que desbordaba. A medida que iban pasando los días empezamos a quedarnos con sus nombres y a conocerlos más. Ahora los hecho muchísimo de menos. Organizábamos las clases con juegos y tocando el ukelele mientras cantabamos, cuando los niños estaban alborotados y oían la musica se calmaban y empezaban a cantar con nosotras. Tuvimos la oportunidad de ir más de un día a un orfanato donde conocimos más niños y niñas de edades muy distintas. Cuando pienso en estas tres semanas las recuerdo como una realidad paralela completamente al margen de la sociedad en la que vivimos, fue una experiencia única, lo que aprendí de estos niños me ha hecho replantearme muchas cosas. Además añadir que tuvimos la oportunidad de conocer a otros voluntarios de distintas zonas de España y ortos países con los que realizamos varias excursiones inolvidables por Camboya.
No hay palabras para expresar con palabras todos los sentimientos que te produce en ayudar a todos estos niñ@s. Hay que vivir la experiencia. Sin duda lo mejor que he he hecho hasta ahora.
Vas con toda la ilusión y las ganas de ayudar en todo. Pero sin duda recibes mucho más tu de ellos que de lo que les puedes dar tu.
Orgullosa, gratificante extraordinario increíble la experiencia.
Gracias a todos desde el primero hasta el último. Sois un equipo fantástico.
Una parte de mi corazón esta en Huanchaco. Con todos esos niños que todo es AMOR
La verdad que decir,,,,, solo puedo decir que ha sido una de las experiencias más maravillosas que he tenido, la gente es excelente estuve compartiendo su casa y me sentí como en la mía, estuve compartiendo a su familia y me sentí tan acogida como en la mía ya forman parte de mi corazón, sinceramente he dejado un trozo allí y me he traído tanto amor… Os animo de verdad a que lo comprobéis por vosotros mismos que no os de miedo nada por ser un país extranjero y mi teléfono para preguntarme lo que queráis lo tiene Mayra de la organización esta a vuestra disposición para cualquier cosa, solo me queda decir que nos vemos allí.
Un abrazo.
Tuve la oportunidad de realizar un voluntariado de 2 semanas en la ciudad de Arusha, Tanzania, donde estuve colaborando conjuntamente en una escuela de futbol y un orfanato.
Se trató de una experiencia super enriquecedora, que me permitió poder ver el mundo con distintos ojos. Al ver la situación en la que se enfrentan diariamente los niños y sus familias, y aún así, el positivismo y alegría que te transmiten con cada juego, broma o abrazo, te ayuda a ver lo que realmente es importante en la vida. Todo el mundo fue muy amable y agradecido conmigo, y el trato con la gente fue siempre gracioso y de buen rollo. Animo a todo el mundo a que se atreva a dar el paso de hacerse voluntario para así poder contribuir a que personas menos afortunadas puedan tener acceso a los derechos mínimos como educación, sanidad, seguridad y al fin, felicidad. Con tan solo una de las mil sonrisas que te regalarán ya es suficiente.
Llegué hace unos meses de Uganda (Fort Portal) y no hay ni un día que no piense en los niños del voluntariado y la gente ugandesa. Me llevo un recuerdo muy grande (que estoy segura que volveré a repetir).
Una vez aterrizas en Entebbe te queda nada largas horas en furgoneta, llegas a la casa con todos los voluntarios y el primer día que llegas allí parece que os conozcáis desde siempre.
Sobre el voluntariado, el primer día, solo abrir la puerta, los niñ@s vinieron a recibirnos con una cara de felicidad inmensa. Nunca había visto a unos niños tan felices como ellos.
Recomendaría a todo el mundo a tener una experiencia de voluntariado como esta. Realmente necesitan a muchas personas que estén dispuestas a ayudar y sobretodo, a dar amor. Vas con el pensamiento de ayudar pero realmente aportas un granito de arena y te vas con el corazón roto y a la vez, enamorada.
Estuve en el programa de Orfanato (Toro babies) y todos los niños son adorables necesitan amor, recibir abrazos, mimos y que estes por ellos. No dudaría en repetir!!!!!!
Hola, mí nombre es Evelin hace una semana terminé mí voluntariado en Huanchaco Perú, dónde colabore con un centro de salud en el trópico, el cual es un pequeño pueblito ubicado entre Trujillo y Huanchaco.
Fui muy bien recibida tanto por los organizadores del programa como por la familia que me alojaba( eran habitaciónes con baño privado. Con un patio hermoso el cual disfrute mucho). Ellos me hicieron sentir bienvenida y ni bien llegué me preguntaron por las comidas, si algo no me gustaba. Hablamos mucho fueron muy amables siempre.
Dentro del proyecto fui muy bien recibida los primeros tres día fui aprendiendo como se manejaban, ya que por cada paciente le exijen muchos formularios. Y dia a día iba haciendo más cosas sola. Las personas que acudían al centro se ponen muy contentas al ver personas ayudado reduciendo su tiempo de espera para ser atendidas. Si bien era un centro de atención primaria se aprende mucho.
Y respecto a la ciudad es hermosa, los findes por la noche uno camina por la calle de la playa y hay muchos puestos. Después muchos locales tienen descuentos especiales para voluntarios, queda muy cerca de Trujillo y tenés mil cosas para conocer y para hacer.
Sin dudas una de las mejores experiencias de mí vida!!
Que les puedo decir! Enamorada! Así volví! Enamorada de África, enamorada de su gente, de su cultura, de sus costumbres.. y más enamorada aún de los bebotes de Toro Babys. ❤️ Fui plenamente feliz !!! Volveré y espero que esta cadena de voluntarios no se corte nunca y sigamos dando y recibiendo amor infinitamente!!!!!!! Gracias a todos!!!!!!
Mi experiencia con cooperating volunteers fue super buena, antes de llegar al destino pude realizar todas las preguntas que deseaba al contacto por email. Y una vez llegue a Camboya me esperaron en el aeropuerto. La residencia esta super guay, en un principio me esperaba compartir con muchisimos voluntarios, pero para nada, viajaba con mi amiga y nos pusieron juntas en una habitacion con baño asi que bastante bien. Respecto al voluntariado, yo hice construcción, hicimos unas letrinas para un orfanato situado a las afueras de la ciudad, para mi fue bastante satisfactorio mi trabajo ya que puedes ir apreciando a lo largo del proceso la evolucion de tu esfuerzo y dedicación. Por otro lado, está bastante bien tener tiempo libre por las tardes, ya que aunque sea un viaje de voluntariado, estás en otro pais y debes visitar lo esencial para conocer mejor el pais y con ese tiempo libre puedes hacerlo. Ademas pudimos organizar algunas excursiones bastante guays con la propia organizacion ya que bastantes voluntarios queriamos hacer la excursion. En conclusion, tuve muy buena experiencia y si puedo volveria a repetirlo.
Una de las mejores decisiones que he tomado ha sido vivir la increíble experiencia de irme con Cooperating Volunteers a Chame, Panamá. Las dos semanas que viví allí fueron irrepetibles; la gente que conoces, las experiencias que vives, los lugares que conoces y sobre todo, lo que te pueden enseñar unos niños de 7 años. Veo necesario vivir una experiencia así por lo menos una vez en la vida, es lo mejor que he podido hacer y no dudo en que volveré a repetir.
“Me llamo Ivan Romeu y he participado en el “Programa de Trabajo con Familias” en Nepal, concretamente en la zona de Chitwan. Mi estancia en Nepal ha sido de 17 días, todos ellos muy intensos y de un gran valor humano por todo lo que el país y su gente te ofrece.
En el programa en el qué he colaborado he podido convivir con una família que acoge niños/as huérfanos, sintiéndome uno más de ellos (“brother” es como ellos te llaman) y pudiendo, de éste modo, ver y sentir desde dentro cómo es su vida, su día a día, qué valores humanos, limpios y puros, les caracteriza, qué priorizan, qué preocupaciones e inquietudes tienen, etc.
Con una mentalidad abierta y con el gran choque, contraste que supone su vida, su entorno, su enfoque con el que cualquiera de nosotros podemos llevar en nuestra mochila, uno termina el voluntariado con muchas imágenes, momentos, situaciones, vivencias qué son de un valor personal enorme y que seguro, generan en quién los vive un empujón hacia el crecimiento personal y hacia una mentalidad, un enfoque de las cosas mucho más sano.”
Saludos,
PD Adjunto unas cuántas fotos de mi voluntariado.
Ivan Romeu Melich
Último propósito en mi lista de 2018: hacer un voluntariado y en México…
Meses antes mi sueño comienza a tomar forma y llega septiembre… Allí estaba yo, subida a un avión, con millones de sentimientos encontrados revoloteando en mi estómago. La ilusión supera a todos ellos…
Mi llegada a San Cristóbal de Las Casas, el recibimiento en la casa de voluntarios, mis compañeros/as que hoy forman parte de mi vida y se ganaron un buen trozo de mi corazón y ese día tan especial en el que llegué a Tlaxcala y vi las caritas de esos/as niños/as… Hay sentimientos que son muy difíciles de explicar con palabras, pero diría que mis 21 días allí se llaman “felicidad”.
Tlaxcala fue toparme con una realidad difícil y a la que no estoy acostumbrada. La educación en España es un derecho, en México es una suerte. Ver esas ganas de aprender, de compartir, de conocer, de investigar, de crear… me emocionaron. Ver a mis niños y niñas esperándome con una sonrisa cada día era mi gasolina para dar todo lo que yo, desde mi humilde sabiduría, podía aportar. Ser parte de este proyecto superó, con creces, mis expectativas, porque ya no hablo de matemáticas, español, inglés, hablo de cariño, de compromiso, de momentos compartidos, de abrazos, de besos, de “gracias maestra”. Aprendizaje en forma de amor, eso me llevo.
Guardo cada momento vivido en mi mochila de experiencias y me doy cuenta que he vuelto a casa llena de muchos sentimientos, todos buenos. Dicen que lo que hace especial a los sitios es la gente y a mí no me cabe la menor duda. Solo puedo decir “GRACIAS” en mayúsculas, gracias VIVA, gracias México por darme tanto en tan pocos días.
Mi nombre es Ivan y vengo de España, tengo 37 años y 2 hijos, Jose de 10 años y Martina de 8 años. Trabajo como policia en Barcelona y siempre me ha gustado ayudar a las personas, por eso el voluntariado me habia llamado mucho la atencion siempre. Por cuestiones de mi vida familiar y mi trabajo nunca habia tenido el momento de hacerlo, pero al fin este año me decidí. Vi por internet un programa de voluntariado internacional que tenia muy buenos comentarios de otros voluntarios que lo habian hecho. Elegí Tailandia para hacer el voluntariado porque es un país que me fascina, me encanta su gente y costumbres, que hacen que cuando estoy alli me sienta feliz. Yo ya habia estado en Tailandia en 2 ocasiones mas de turismo recorriendo el pais de norte a sur, pero nunca habia visto el centro y tampoco habia viajado solo. La experiencia ha sido maravillosa, increible poder conocer de verdad su cultura y costumbres con ellos en su dia a dia. La Coordinadora en Trat, Tailandia, la señorita Meaw es una persona encantadora y hace que el programa y el voluntario se sientan como en casa. Trat es una ciudad pequeña, acojedora y autentica, con muy poco turismo que es lo que la hace mas especial todavia. En la escuela con los niños y profesores ha sido muy especial, me han acogido como uno mas y me han enseñado el dia a dia de la educacion en los colegios en ese país. Los niños me han acceptado desde el primer dia y me han dado a diario muestras de su cariño. Me voy mas enamorado que antes de este país sus gentes. El proximo año seguro que volveré a Trat, donde dejo unas amistades auténticas y donde he vivido una de las mejores experiencias de mi vida.
Me llamo Sandra y realizado un voluntariado de una semana en un orfanato de Budnilkantha en Katmandú. Nepal es un país maravilloso tanto su gente como su gastronomía. Es un país fácil para viajar. Mi estancia en el orfanato estuvo llena de aprendizajes,conviviendo con los peques, viviendo como ellos, y aprendiendo de ellos.Una experiencia muy buena que aconsejo a cualquier persona con interés de aportar su granito de arena y quiera ayudar,y sobre todo jugar y reir con los mas peques de la casa. La acogida en el orfanato fue muy fácil y el contacto con Cooperating volunteers fue tanto al inicio del programa como al final. Están pendientes de que tu estancia sea agradable y abiertos a resolver cualquier Inquietud. Sin duda volvería repetir una y mil veces esta experiencia.
Costa Rica ha supuesto un antes y un después en mi vida. He aprendido sobre la cultura tica, he conocido el país y a su gente y he tenido la oportunidad de trabajar con personas maravillosas que me han aportado mucho en esta experiencia. Cuando decidí hacer voluntariado tenía en mente que podría aportar algo, por muy pequeño que fuera, pero en realidad no es tanto lo que uno aporta sino lo que esa experiencia le aporta a uno. El voluntariado permite conocerte mejor a ti misma, tus límites y valores, te cambia la percepción del mundo y de las personas, te ayuda a ver las cosas desde otras perspectivas y a valorar más las relaciones humanas y otros aspectos que quizás antes no se valoran tanto.
De corazón, os animo a venir a CR de la mano de Cooperating Volunteers. ¡Es una experiencia PURA VIDA!
El 7 de Octubre emprendí camino hacía uno de los destinos más mágicos, un viaje que me iba a cambiar la vida, que iba a sacar mi verdadero yo, mi verdadera esencia. Hace casi 1 mes que regresé de Perú y sigo sin inspirarme para encontrar las palabras exactas que describan mi experiencia, es muy complicado explicar un sentimiento y que llegue a las personas con la misma intensidad que lo sientes tú.
Trabajé de enfermera voluntaria en el puesto de salud del Trópico, un pequeño y humilde barrio de Huanchaco. Diariamente mediamos, pesábamos y vacunábamos a los niños, a la vez que hacíamos una pequeña educación sanitaria a las mamás sobre cualquier duda que les surgiera en el cuidado y salud de sus pequeños. Acudimos a colegios para explicar la importancia de la higiene de manos y los papás y mamás recibieron una pequeña charla en relación a la dieta y su variedad, dentro de sus recursos, para una alimentación sana y equilibrada en la familia.
He recibido muchos mensajes diciendo que me admiraban por ir a ayudar a la otra punta del mundo, pero no es así, se equivocan, cada segundo que pasa tengo más claro que la admiración debe ser para ellos, por su lucha diaria ante la adversidad con una sonrisa en la cara, por esa bondad y humildad que los hace más personas, por darte lo poco que tienen sin pedir nada a cambio…Realmente la mayoría de personas cree que un voluntario va a ayudar, pero cuando regresas a casa te das cuenta que quien ha recibido la mayor ayuda has sido tú.
Un voluntariado es una experiencia mágica, única…que te ayuda a ser más persona, a valorar lo que tienes y a quien tienes a tu lado, a disfrutar de cada segundo de la vida, te enseña a querer, a sentir, así, sin más, y te cambia la vida de una forma que eres incapaz de imaginar.
¡Gracias a todas las personas que lo habéis hecho posible!
Hace una semana que regresé de mi voluntariado en Sri Lanka y todavía lo echo de menos. Me hizo mucha ilusión poder ayudar en el proyecto de Rehabilitación. Es un proyecto todavía muy pequeño ya que sólo tiene un año de vida y lo van llevando los fisioterapeutas voluntarios que van llegando cada mes, a parte de otros voluntarios como terapeutas ocupacionales y logopedas. A parte de eso por las tardes teníamos la oportunidad de trabajar en otros proyectos, como ayudar en las obras de un centro para mayores o enseñar inglés en una escuela de enfermería. También pude disfrutar de la gastronomía y de la hospitalidad de la gente de Sri Lanka, sobre todo la de Janaka y su familia, que junto a los voluntarios con los que compartí la experiencia me hicieron sentir como en casa. Un país y un proyecto muy recomendable.
Ana.
Tras aterrizar y pisar el asfalto de Madrid ha sido cuando he comenzado a ser consciente
de la experiencia que de forma exprés –apenas un mes-, y sobretodo, intensa, he vivido
en Huanchaco, aquel pueblo costero a orillas del Océano Pacífico, en la región de la
Libertad, al norte de Perú, que junto a su gente me ha conquistado.
Sí, he vivido una dura y precaria realidad que me ha enamorado, me ha enriquecido
como persona y me ha hecho valorar y plantearme aquellas cosas banales de manera
diferente, pues no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. Y por
supuesto, me ha hecho recordar el niño interior que todos seguimos teniendo.
Ahora, no puedo evitar acordarme y que se me haga un nudo en la garganta, de aquellos
días en los que a las 15.00 horas subía con ilusión en la famosa “combi letra C” al
Cerrito de la Virgen, -uno de los barrios más desfavorecidos de Huanchaco que se
encuentra inmerso en un plan de canalización de agua, pues a duras penas les llega, así
como la electricidad- toda vez que es allí, en la Rampa, donde he llevado a cabo mi
proyecto durante mi estancia en “el Perú”.
Los primeros días fueron chocantes, un duro golpe con la realidad que nunca pensé que
existiría, con las mil historias que cada uno de los pequeños que corrían y saltaban sin
miedo a la vida, tenían tras sus espaldas. Pero conforme fueron transcurriendo los días,
noté como era una más allí, una más de sus familias; y también, como los niños
empezaban a realizar por ellos mismos diversas buenas costumbres que intente
inculcarles, aquellas que al principio pensé que no servirían de nada, por lo que
comenzó a ser mucho más gratificante para mí.
Y es que resulta increíble como sigo rememorando las miradas de esos “pequeños
maestros de vida”, sus abrazos, su vitalidad y alegría, la amabilidad y dulzura de la
gente y sus ganas de vivir; pues estoy completamente convencida que todas y cada una
de las personas con las que me he tropezado en esta aventura, me han aportado y
enseñando mucho más de lo que yo nunca podría llegar a darles; por lo que ahora, a mis
veinticinco años, he tenido unos profesores de vida ante los que estar absolutamente
agradecida y prometerles que es un hasta pronto y no un hasta siempre.
Por otro lado, pude conocer lugares y tesoros de la cultura y naturaleza peruana que
fueron asombrosos, tanto por su arquitectura y tradición, así como por las majestuosas
selvas y playas que éste gran país posee. Pero sin lugar a duda, me quedo con
Huanchaco, con ese pequeño pueblo de maravillosas puestas de sol, cuna de los
caballitos de totora y reserva mundial del surf, en el cual he podido respirar paz, calma y
sosiego, además de sentirme libre y cargada de energía positiva.
Por lo narrado en dicho escueto relato, y por aquello que resulta imposible describir y
expresar, me siento afortunada y plenamente satisfecha por haber sido alumna de esta
mágica lección de vida que jamás olvidaré.
¡Gracias Huanchaco, gracias Perú! Un pedacito de mí se ha quedado con vosotros, ojalá
pueda seguir aportando un granito de arena en vuestro mundo.
El proyecto ha cambiado mi percepción de muchos aspectos de la vida y me ha abierto los ojos a una situación muy real en Chiapas. El proyecto me dio la oportunidad de trabajar con niños que disfrutan de aprender, de jugar y reír. Vi en ellos un mundo de posibilidades que solo tiene que ser explotado, un sentido de libertad y una autenticidad que poca gente se permite.
En mi experiencia, aprendí más de ellos de lo que me esperaba. Aprendimos a compartir valores y momentos llenos de cariño.
Debo agregar que también tuve la oportunidad de colaborar en aspectos mas administrativos del proyecto, ya que los voluntarios que participaron durante el verano programaron las actividades sin ayuda de coordinación. Al momento de hacer la entrega del proyecto a los nuevos voluntarios, se vio una situación complicada donde los coordinadores querían retomar el orden sin organización ni planificación previa. Ésto provocó una puerta abierta para que yo pueda retomar parte de lo que se dejó en el verano e intentar poner un orden a las actividades. En un punto me quedé sola como voluntaria y fue necesidad realizar u documento con instrucciones y situaciones claves para evitar problemas. Al final, es importante darse cuenta que estamos tratando con niños y que su seguridad está en nosotros durante las horas que participen en el proyecto, había veces que tardaban en venir por ellos hasta 2 horas y no había forma de contactar con el padre o responsable. Detalles como este se fueron considerando para la mejora del proyecto.
La convivencia con los otros voluntarios fue extraordinaria. Un compañerismo entre 10-14 personas dedicadas a un mismo objetivo y un sentido de cooperación que no había visto ni en las empresas que he trabajando. Sin duda esto me lo llevo para toda la vida.
Las amistades y las experiencias de estar en Chiapas por más de un mes me las llevo para siempre. Lo recomiendo a cualquiera que quiera emprender una aventura social y con mucho valor.
Chiapas es un estado lleno de sorpresas naturales, de gente amable y un ambiente de armonía que supera todas mis expectativas. Hay tanto que hacer, gente que quiere lograr cosas importantes y creo que el grano de arena que he puesto sin duda ha marcado una diferencia.
Hola! Pues después de buscar información en diferentes ong’s y organizaciones, me decanté por Cooperating Volunteers por su atención y porque me habían hablado muy bien de ellos. Yo Fui a Pejeng, Ubud (Bali) a realizar el programa de guardería, y fue genial! Realizaba 4 horas al día, 2 horas preparando las clases, juegos, actividades… y 2 horas impartiendo las clases y juegos a los niños. Lo ideal es que tenía tiempo para conocer el país y hacer turismo, y la verdad es que se agradece mucho tener tiempo libre porque el lugar es precioso y la gente maravillosa. Siempre hay cosas que hacer!
Y en cuánto al equipo, mis coordinadores de Bali fueron muy amables! todo era fácil, y el equipo de cooperating también estuvo muy atento desde Barcelona en todo momento.
Así que mi experiencia fue una de las mejores de mi vida y que nunca olvidaré. Y ya estoy pensando el próximo destino al que iré a hacer otro voluntariado!
Para los que dudáis de si lanzaros a la piscina o no, os aconsejo que sí! que os lancéis! Está llena de peces de colores!!!
Todas las experiencias que viví en Panamá dejaron una huella en mi corazón.
Cuando un niño de 4 años corrió hacia mí para abrazarme gritando “Fanny!”
Cuando pasé diez horas en un bus con gente que apenas conocía para ir a visitar unas islas.
Cuando conocí a un grupo de chicas maravillosas en la escuelita que me hicieron reir hasta que me duela el estómago.
Cuando decidí quedarme más tiempo de lo previsto.
Pasear por el pueblo de Chame o ir a la playa del Palmar por las tardes.
Cuando todos los niños de mi clase se abrazaron a mis piernas para no dejarme volver a casa.
Una experiencia mágica, gracias Chame.
Hola, me llamo Jesús, y hace unos días he regresado de Uganda, dónde he estado dos semanas participando en el progama de voluntariado de enseñanza en Fort Portal. Sinceramente estoy convencido de que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Uno puede ver videos, leer libros o escuchar testimonios de otras personas que lo hayan vivido previamente, pero no es lo mismo que acudir tú y participar de algo así. Desde el primer momento te sientes uno más, tanto por la acogida que te da el personal de la organización y el resto de voluntari@s, como los habitantes de Fort Portal.
En el programa de enseñanza, acudíamos dos compañeras más y yo todas las mañanas a la escuela de Cambereke, donde junto con John, el profesor local (una de las mejores personas que he conocido en esta vida), preparabamos las clases de por la tarde, y aparte también ayudamos con alguna labor de organización para la ONG Volcop. Luego, por las tardes, volvíamos a dar las clases a los niños, los cuales se organizaban en grupos por edades, aparte de un pequeño grupo de niños que requerían una atención especial por ir algo más lentos que el resto de sus compañeros. Los miercoles, en lugar de los niños, hacíamos lo que llaman adult class, que consiste en dar una charla sobre algún tema concreto con las madres de los niños y otras mujeres que quieran acudir. Nosotros quisimos compaginar el hecho de que aprendieran cosas nuevas con que se lo pasaran bien tanto los niños como las mujeres, asi que procuramos que se rieran y algún día incluso les llevamos algo de comer propio de España como tortilla de patatas, y creo que les encantó y cumplimos nuestro objetivo. Posteriormente, cuando finalizaban las clases de por la tarde, existía la opción de acompañar a los niños a sus casas, ya que por lo general los padres no iban a recogerles, lo cual era otra manera de conocerles y aprender de ellos sobre los lugares donde vivían, y te das cuenta de que a pesar de ser gente de que materialmente tienen muy poco, pero siempre hablan contigo con una sonrisa, y a todos les encanta acudir al colegio y aprender. Son muy especiales, y les estoy muy agradecido por haberme permitido compartir este tiempo con tod@s ell@s.
En cuanto a l@s demás voluntari@s, que decir, que aunque solo he estado dos semanas, he conocido gente increíble, con una ilusión por ayudar a los demás y unos valores fuera de lo normal, y aunque debido a las circunstancias de la vida tal vez no nos volvamos a ver tod@s, los y las llevare en el corazón siempre (puede que suene un poco cursi, pero es verdad).
Asi que, y para finalizar, como dicen otr@s compañer@s también, no tengas dudas, es una experiencia inolvidable, y muy productiva a nivel personal, donde vas a ver un montón de cosas nuevas y conocer personas excepcionales.
Desde hacía tiempo me rondaba por la cabeza la idea de realizar un voluntariado en el extranjero y tenía claro que quería trabajar con niños en condiciones desfavorecidas y poder aportar mi granito de arena. Navegando por internet encontré la asociación de Cooperating Volunteers, que tras contrastar con otras varias asociaciones de voluntariado fue la que más me convenció para dar el gran paso y lanzarme a la aventura.
Solicité la opción de realizar el voluntariado en el orfanato y me aseguraron que trabajaría de 4 a 6 horas diarias. Tras realizar el pago y una vez haber llegado allí, me informaron que el voluntariado era en realidad en una guardería impartiendo clases de inglés durante 1 hora al día, y aproximadamente tardaría otra hora en preparar la lección. En este sentido no puedo decir que esté satisfecha con el servicio, ya que las condiciones que me plantearon en un principio no son las que finalmente se dieron. No obstante, y a pesar de este incidente, la experiencia ha sido super gratificante y ha merecido la pena.
Los niños balineses tienen muchísimas ganas de aprender inglés y se nota a diario en las clases. En la guardería al ser tan pequeñitos, la manera más sencilla y entretenida para ellos es aprender mientras juegan. Cada día preparas la lección y entre juegos, dibujos, recortables, etc, les vas enseñando el idioma y te lo agradecen muchísimo. En mi caso estuve durante dos semana y fue tiempo suficiente para cogerles cariño a los niños y que te pena tener que despedirte de ellos.
En cuanto a la estancia en la casa de voluntarios fue muy acogedora, conoces a otros voluntarios de diferentes países y puedes hacer planes a diario y el poquito tiempo que tienes de voluntariado al día te permite explorar la ciudad en cuestión. El personal trabajando allí, es muy agradable, atento y dispuesto a ayudarte en cualquier momento. En definitiva, a pesar de que la información que me dieron fue errónea, la experiencia ha merecido la pena y trabajar con los niños balineses ha sido una experiencia muy enriquecedora.
La mejor experiencia de mi vida, una manera de dar aire fresco y limpio a tu mentalidad.
Recomendable a todas las personas, independiente de edad, procedencia o cualquier caracteristica.
En mi opinión debería ser obligatorio hacer este tipo de experiencias una vez en la vida.
Solo puedo encontrar un defecto a esta aventura y el cual me lo aplico a mi, no poder estar mas tiempo en Fort Portal de lo que mi rutina me permitia.
Te vas con la sensación de que dejas un pedazo de ti en Uganda, ellos estaran siempre agradecidos con nuestro entusiasmo de ayudarles pero nosotros nos vamos eternamente agradecidos a ellos por el hecho hacernos sentir vivos.
No tengo más palabras, si estas leyendo esto y tienes dudas de ir, no lo dudes, confia en el equipo de Cooperating Volunteers y no olvidarás jamás esta experiencia, te lo garantizo!
Me llamo Berta y he tenido la gran suerte de hacer mi voluntariado en el orfanato de Mombasa! Desde el primer momento en que llegué a Kenya me sentí súper acogida por todo el mundo incluyendo los niños. Mi idea allí era ayudar en todo lo posible, dar amor y conocer su cultura a fondo. Terminé sintiéndome parte de su família, recibí muchísimo amor y hasta aprendí un poco de swahili! Lo único negativo que tiene este programa es irse de allá porque las relaciones que estableces en Kenya son totalmente familiares.
En particular, lo que más me ha gustado de este voluntariado es el hecho de que vives en las mismas condiciones que los niños por lo que te da una visión muy cercana de como es el día a día en Kenya.
Recomiendo este voluntariado infinitamente a todos aquellos que quieran vivir una experiencia de verdad.
Este verano fui a la India, 1 mes. En ese mes he sentido tantas emociones juntas que cuando me preguntan mi experiencia por el país no sé que responder. El sentimiento que sentí no se puede definir ni explicar con palabras. Lo que si que puedo decir es que me sentí libre, me sentí en casa y a la vez lejos de todo el sistema en el que estaba acostumbrada a vivir. La gente te sonríe y sientes su aprecio por todas partes. En la casa de voluntariados he pasado tantos buenos momentos que es imposible que se borren de mi mente nunca. Shiva y Kajal(su mujer) Victoria, jitesh, Bittu ( mi conductor de tuk tuk favorito ) … hacen un papel fundamental, organizando todo, cocinando, dando todo el apoyo y todo su cariño. Te sientes como en familia, una gran familia. Yo realicé el proyecto de educación, sólo puedo decir que me he enamorado de esos niños, te dan tanto amor, sus rostros llenos de magulladuras muestran su dura vida y a la vez sus sonrisas y su energía te transmiten una felicidad que más de uno querría. Son tan fuertes. Asha, su profesora es un encanto, te abre las puertas de su casa y de su corazón, te lo da todo, sin esperar nada a cambio. Tenemos que aprender mucho de esta gente, dejar los kilómetros a un lado y ver que las fronteras no existen en temas del corazón. Haciendo memoria, jamás he sido tan feliz como lo he sido allí, lo prometo, volveré.
Realicé durante 2 semanas un programa de educación en Lombok. Había participado en otro tipo de voluntariados locales en mi ciudad, pero siempre habia tenido ganas de ir a ayudar a otro lugar donde la cultura, la manera de hacer y las costumbres fueran diferentes a las mías. Tras vivir esta experiencia con Cooperating Volunteers, considero que he aprendido y me he desarollado como persona a muchos niveles. Ha sido muy gratificante poder poner “mi granito de arena” al estar a cargo de niños – sus ganas de aprender, su ilusión… Haciendo juegos o enseñandoles inglés, cualquier cosa para ellos lo suponía todo y lo hacian con un entusiasmo contagiante.
A la vez, me ha servido para valorar y dar gracias por todo lo que en casa y en mi ciudad, doy por sentado. El vivir en un país más desarollado, el tener acceso a una buena educación, el no sufrir por temas económicos o tener unas condiciones de vivienda e higiene más que aceptables.
Por otro lado, he podido conocer gente de diferentes países y culturas – y gracias a eso me llevo grandes amigos con los he compartido momentos increíbles que me costará olvidar. Los coordinadores son gente muy cercana dispuesta a ayudarte com cualquier cosa. Indonesia como destino es una maravilla, su gente es abierta y amable. Además sus playas son preciosas y hay muchas maneras de divertirse.
Estuve en Diciembre realizando el voluntariado en escuelas con niños pequeños y adultos en Hanoi, Vietnam y la verdad que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Llevaba tiempo queriendo hacer un voluntariado pero no me decidía y finalmente gracias a Cooperating Volunteers fue posible. La acogida por parte de Li An y Duc fue inmejorable, ademas me hicieron sentir como en casa. Me ayudaron mucho tanto en los días que estuve realizando el voluntariado, como en los días que estuve haciendo turismo por mi cuenta y eso se agradece mucho tener a alguien con quien contar cuando estás fuera. Compartí voluntariado con 2 chicos españoles y la verdad que me lo pasé genial y la experiencia fue súper enriquecedora. Puedo decir que mas que lo que yo pude aportar, lo que me llevo es lo que los niños y la gente de ese país me aportó a mi, siempre con una sonrisa en la cara. Sin duda volvería con los ojos cerrados. Y por cierto… ¡la comida vietnamita está deliciosa!
Este verano fui una semana a hacer el voluntariado de educación con mi padre. Era la primera vez que viajábamos a la India, íbamos un poco asustados ya que no sabíamos con que nos íbamos a encontrar. Al llegar nos encontramos con Jitesh y Shiva que nos hicieron sentir como si estuviéramos en casa. En la casa de voluntariados conoces a mucha gente que va a ser tu familia durante un tiempo, conoces a personas maravillosas. En el colegio vas a enseñar a los niños, ingles, mates… pero yo aprendí más de ellos que ellos de mi. Parece que estas en un mundo totalmente distinto, pero es real. Jitesh és el que lleva la organización, siempre que necesitas algo te ayuda en todo lo que puede, como Shiva. Te sientes muy protegido. Kajal te hace una comida muy buena. Te sientes como en una pequeña familia. Recomiendo mucho esta experiencia, es inolvidable. Vives y ves cosas inexplicables, conoces otra cultura totalmente diferentes y a personas que nunca olvidarás. Gracias a todos los voluntarios por compartir esta experiencia con nosotros, a Shiva por ayudarnos tanto y por hacernos siempre reir, a Jitesh por preocuparse siempre de nosotros, a Kajal por su comida, a Suratsh por guardar tan bien la casa y gracias India por tu gente, tus olores, tus colores y tus lugares tan espectaculares
Hay personas y lugares que te transforman, y Kenia es uno de ellos. Hace una semana que volví del viaje más bonito que he hecho nunca. Desde el primer momento hasta el último he podido experimentar tantas emociones que las palabras se quedan cortas. Estuve en un colegio de Diani ayudando a pintar las paredes exteriores. Lo que más me sorprendió fue la hospitalidad y humildad de todos los de la escuela, que estaban muy agradecidos con lo que estábamos haciendo. Unos días más tarde, cambié de proyecto al orfanato de Njiru, donde pude disfrutar de la sonrisa y de la felicidad de muchos niños. Fueron unos días mágicos.
Decidí emprender el camino sola aunque, en realidad, nunca lo estás porque te vas encontrando con gente que comparte tu misma ilusión. La actitud con la que vayas y tener una mente abierta lo va a ser todo (o casi todo) para entender cuál es el objetivo de tu estancia. Han sido 3 semanas que me han dejado huella: el caos y el polvo de la ciudad, la amabilidad de sus gentes y sus infraestructuras, sus comidas especiadas, sus paisajes, su naturaleza, todo. Te das cuenta de que la intención de ayudar es importante, y que lo es más todavía la de respetar los ritmos y costumbres de allá donde vas (mi primera palabra en swahili fue “pole pole” que significa “despacio, sin prisa”. Una forma de vida para los kenianos).
He tenido la suerte de poder cumplir uno de mis sueños gracias a Cooperating Volunteers que me lo ha hecho todo mucho más fácil. Si tienes pensado hacer un voluntariado, ¡no lo dudes y vívelo! Déjate sorprender y aprende siempre, porque el tiempo hay que saborearlo. Asante sana, Kenia!
Ya desde pequeña había querido hacer un voluntariado pero por culpa de mi edad (tengo 17), no había podido hacerlo.
Este verano fui 2 semanas a dar clases a niñas y niños de 3 a 4 años en un colegio de Fort Portal, Uganda. Ha sido una experiencia alucinante que repetíria una y mil veces más. Es el encanto del país y su gente, el buen rollo con el resto de voluntarios y cada una de las emociones y sensaciones que hacen tan eriquecedora esta experiencia.
El primer día que llegué allí no sabía como reaccionar, no tenía ni idea de donde me ponía con todo el polvo y el “african time”. Ahora que ya hará más de un mes que regresé, no paro de pensar cuando volveré allí y lo mucho que lo echo de menos.
Suerte que me olvidé de mi edad y los problemas que podía suponer esta. Sino no hubiera disfrutado ni estado tan agradecida por cada sonrisa que me regalaron allí los más pequeñitos, que espero verlos y verlas pronto pronto!!!
Hace mes y medio que regresé tras 3 semanas en Fort Portal, donde fuimos como voluntarios con Cooperating toda la familia a reunirnos con mi hijo Fran y descubrir qué había encontrado en Uganda que le hace tan feliz, pues ya lleva allí unos meses. Ayer, curiosamente encontré una reflexión que escribí el primer día tras la vuelta y que ni recordaba había hecho, terminaba así: Sólo quiero que estos sentimientos tan profundos hagan poso y queden ahí para siempre, no se difuminen con el tiempo…
La verdad es que he estado unas semanas como anestesiada por la magia de Africa… mezcla de felicidad y tristeza por el regreso. Pero pasados los días y con ese poso ya haciéndose he de deciros que en Uganda se me despertaron unos sentimientos y emociones que todos deberíamos “probar” al menos una vez en la vida.
Los paisajes, colores, olores, el modo de vida, la gente tan auténtica, los niños que son un amor, las risas y hasta mis lágrimas (gracias Virginia, gracias Fran, por ayudarme a secarlas…), el trabajo diario en el orfanato con esos niños tan necesitados de amor, la convivencia con otros voluntarios, la labor tan impresionante en la comunidad de Kyamukerege que hace Volcop… Es imposible plasmarlo en palabras, sólo digo que hay que vivirlo, y Africa engancha, ya lo creo que engancha. Nosotros hemos crecido enormemente como personas y como familia.
Gracias a todos los que formáis parte de Cooperating Volunteers y al equipo de Volcop por hacer esto posible. Os queremos.
Ojalá vuelva a repetir, soy Juan de Argentina y estuve dos semanas en la escuela de Chame, Panamá.
Fue una experiencia genial, mi primer viaje sólo, con muchos nervios que fueron desapareciendo con el paso de las horas, desde la llegada al aeropuerto hasta mi último día me sentí muy cómodo, personas maravillosas, niños/as muy cariñosos/as, lugares geniales.
Mi experiencia en el voluntariado de Laos fue magnifica, el pais es impresionante y con el voluntariado tienes la oportunidad de conocer su cultura, ademas de ayudar a organizaciones locales para sacar adelante a pequeños poblados. Los laosianos son personas amables y bondadosas, gracias a los cuales el choque cultural no resulta grande.
La experiencia de voluntariado ha sido, sin lugar a dudas, una de las mejores experiencias de mi vida en todos sus sentidos, superando así todas mis expectativas.
El caos y la suciedad africana te desubicará en tu primer día, te parecerá graciosa en el segundo y acabará siendo parte de tu rutina al poco tiempo de llegar. Irás por la calle y oirás “mzungu” por todas partes, que significa “blanco” en rutooro, y hasta parecerá por momentos que seas alguien famoso de que la gente te salude tan efusivamente por la calle. Iras en ‘boda’ de arriba para abajo, unas moto-taxis donde, como mínimo, iras con dos personas más. Vivirás en casa con otros voluntarios con los que harás planes de turismo local después del voluntariado y durante las comidas y por las noches, compartiréis las experiencias diarias en cada uno de vuestros centros.
Yo estuve en una de las maravillosas escuelas de párvulos y primaria con las que colabora Cooperating Volunteers en Fort Portal, Uganda. Es una de las escuelas más pobres económicamente de la zona, pero ricas en felicidad, ganas de jugar y de aprender, tanto pequeños como adultos, de tu cultura y de tu forma de vivir y ver el mundo. Acabarás cada día exhausto de tanto bailar la Macarena o el Waka Waka, de correr con ellos o de reírte sin parar y aun así te levantarás cada día deseando llegar a la escuela para volverlos a ver.
Si tuviera que cambiar algo sería el poco tiempo que me han parecido las dos semanas que he estado allí.
No es posible describir en palabras esta increíble experiencia que, ojalá, estés a punto de empezar. Así que sólo tengo una recomendación: ¡Ve y vívelo! Eso sí, ve con la mente y corazón abiertos ya que aprenderás de ellos como nunca hubieras imaginado y África y su gente robará un pedacito de tu corazón.
Estuve 6 semanas en Jaipur y creerme se me hicieron cortas, llegue con mucha incertidumbre, por no decir miedo, supongo que como todo el mundo cuando va a un país tan diferente al tuyo en todos los aspectos. Pero igual que se instalan esos nervios antes de llegar a un lugar se disipan cuando te encuentras el material humano que vela continuamente por el bienestar de los voluntarios, y es que no se puede omitir una de las partes fundamentales de esta gran aventura. Me refiero a los coordinadores Vicky y Jitesh, a la gran familia de Shiva y por supuesto el team tuc-tuc, todos y cada uno de ellos grandes trabajadores y enormes personas, desde aquí os vuelvo a decir una y mil veces GRACIAS. Mi principal problema fue el idioma, pero como me dijo mi GRANDFATHER SHIVA “Con el idioma del corazón nos entendemos todos” y así fue…yo realice el programa de orfanato en Manna Children´s Home, al sur de Jaipur, uno de los más pobres donde está presente Cooperating, la situación era la siguiente, teníamos la primera semana a 20 niños y la última semana a 38. Esto se debía a que cada día y semana llegaban de niños que, o bien los usaban para explotación infantil o estaban abandonados por sus padres o no tenían…y es que la India es un punto aparte en el significado de pobreza. Por eso aquí he de decir, que aquel que este dispuesto a sumarse a este proyecto debe llegar dispuesto abrir su cabeza y corazón, aceptar la cultura que se le presenta y sumarse a ellos, para de esa manera buscar la mejor forma para ayudarles a solventar las carencias que presenten en su entorno. Así es como lo hicimos y siguen haciendo todos los voluntarios que están poniendo su grano de arena allí como Pol, Claudia, Camila, Maia, Jassone, y muchos más. Nos encontramos un centro sin color, donde los chicos no se conocían entre ellos, con muchas dificultades en el idioma, con unas condiciones de limpieza que buff…a día de hoy puedo decir que he sido parte de toda esa gente que le esta dando vida a ese centro. Para acabar, solo diré una última cosa, esto cambia la vida y la cambia a bien, que por qué, porque se recupera la visión y el espíritu humano que tan ahogado esta por las cosas banales. GRACIAS INDIA, GRACIAS COOPERATING, YA SOIS PARTE DE MI PARA SIEMPRE.
Hace dos meses que regresé de Uganda y no hay día que no piense en esta experiencia. He conseguido cumplir un sueño y gracias a Cooperating todo ha sido más fácil. Realicé el voluntariado en el Hospital, todavía recuerdo el escalofrío que recorrió todo mi cuerpo la primera vez que pisé el hospital acompañado de motivación y ganas de ayudar. Trabajé en diferentes departamentos y exprimí al máximo cada uno de ellos. En maternidad cada día era emocionante, estoy muy agradecida a todos los profesionales que trabajaron con nosotras y nos ayudaron a sentirnos como en casa. Los pacientes te lo daban todo con una sonrisa a pesar de estar viviendo situaciones duras y de la falta de recursos; recuerdo aquellas mamás que acababan de parir sin anestesia y a las dos horas se iban andando con sus pequeños a casa, todo un ejemplo de lucha y de coraje. La convivencia en la casa de voluntarios fue excepcional conectamos todos como si fuéramos una gran familia y era muy gratificante compartir las experiencias que vivíamos cada uno de nosotros
Despues de haber vivido esta experiencia por segunda vez, puedo asegurar que incluso a sido mejor que la anterior. El año pasado fue increible, pero este año lo ha superado con diferencia. Cooperating Volunteers India tiene una muy buena organizacion por parte de Jitesh, gracias a su dedicación, su esfuerzo y su trabajo constante permite que los voluntarios puedan gozar de una muy buena experiencia de voluntariado. No solo como trabajador, sino como persona, hace que la casa se convierta en tu hogar y nunca deja de transmitir buena energia y valores fundamentales para cada momento de esta experiencia. CV India no seria lo mismo sin Jitesh en cabeza. Logra que cada voluntario sea capaz de dar lo mejor de si mismo..como siempre comentamos en la casa: empezamos riendo pero siempre acabamos con lagrimas… Es increible como en tan poco tiempo te unas tanto con la gente a tu alrededor, conseguir sentirse asi es bastante dificil a veces, pero Jitesh siempre se encarga de hacerlo.
En verano suelen haber muchisimos voluntarios asi que el trabajo no es facil para el equipo local, pero aun asi lo pueden manejar. El trabajo por parte del equipo es impecable, en relación a los programas, la organizacion de los tuk tuks, la casa, la comida, el bienestar de los voluntarios…
Este año el voluntariado fue increible..las mujeres y los niños estan dispuestos a dar muchisimo y también a recibir… Hacemos ingles, bailes, actividades y mucho más, tanto con las mujeres como con los niños, sin duda es un programa totalmente recomendable.
Te abren la puerta a este gran mundo repleto de increibles aventuras, solo tienes que estar dispuesto a sentir, a abrir mente y corazón.
Es una experiencia que vale la pena vivir y a poder ser, repetir! Gracias a Cooperating Volunteers descubrí que India siempre sera un hogar para mi.
Yo he realizado el voluntariado de educación en Jaipur, India. Nunca había hecho un voluntariado en ninguna parte y mucho menos había ido a la india. Tenía alguna idea de lo que me esperaría pero nada superaba lo que viví allí. El colegio al que fui a enseñar era muy pobre con solo dos clases con techo y todas las demás al aire libre pero a pesar de todo los niños eran súper felices y siempre estaban con una sonrisa en la cara. Dábamos clase a niños de entre 4 y 17 años más o menos, todos eran súper educados y estaban muy contentos con cualquier cosa que les enseñases, ellos solo querían aprender y saber más.
Recuerdo el primer día de clases, como todos los niños estaban emocionadisimos de vernos diciéndonos todo el rato, “Didi, didi come to our class”. Los niños tenían unas ganas de aprender que nunca había visto y ademas eran niños muy listos que pillaban todo a la primera incluso cuando no entendían todo lo que decías.
Para mi ha sido una de las mejores experiencias que he hecho y que voy a hacer. El cariño que te cogen los niños, el sentimiento que te llena cuando haces algo bueno por los demás, conocer una cultura tan diferente a la mía…. son emociones que nunca había sentido y lo feliz que estás allí no se puede comparar. Tengo que dar las gracias a los coordinadores, a Jitesh, Shiva, Victoria… y a todos los demás que han hecho que sea una experiencia tan inolvidable.
Para mi ha sido una experiencia única que espero poder repetir el año que viene y los siguientes.
Mi nombre es Pol Claramunt y el pasado mes de Julio empezaba mi experiencia en el voluntariado de deportes en Fort Portal, Uganda. Esta era la primera vez que realizaba un voluntariado y además la primera vez que iba a África, y sin duda, repetiría. Inicialmente vas un poco a ciegas, pues es complicado hacerse una idea de lo que te encontraras una vez estés allí. Sin embargo, puedo asegurar que en pocos días te adaptas a Uganda, tanto sus calles como su gente son fáciles, y a la semana ya me sentía un Ugandés más.
Mi estancia en el programa de deportes ha sido breve, y quizás ha sido la única parte “negativa” de mi voluntariado. A pesar de ello, han sido 2 semanas muy intensas en las que el grupo humano que hicimos en nuestra casa de voluntarios fue increíble. Además, la naturaleza de Uganda te ofrece un sinfín de opciones a realizar en los tiempos libres, como ir a visitar los lagos, cascadas, ir a la iglesia o hacer un safari entre muchísimas más excursiones.
En el programa de deportes, la idea era ir por la mañana entre 1-2h a “Green Circle School” para realizar distintas actividades con los niños durante su hora de recreo. Todos los días jugábamos a fútbol, ya que allí son amantes del fútbol. Otros días jugábamos con pelotas de tenis, bailábamos o hacíamos juegos del estilo “pilla pilla”. Sobre las 12h íbamos para nuestras respectivas casas de voluntarios para reunirte con los demás voluntarios, compartir nuestras experiencias y comer. Por la tarde, sobre las 16h, volvíamos al colegio para entrenar a fútbol durante 1:30h con los niños mayores de aproximadamente 8-10 años. Después, en algunas ocasiones, íbamos al campo de fútbol para entrenar con los más mayores o hacer un partido amistoso Voluntarios vs Volcop Lions. Por la tarde, sobre las 19h volvíamos para la casa para cenar. Una vez cenados, podíamos ir al town a tomar algo mientras jugábamos al billar con los demás voluntarios, o los jueves al “Mountains of the Moon” para tomar algo mientras hacían un concierto.
La verdad es que los días pasan rapidísimo, y para cuando te quieres dar cuenta llevas una semana y tan solo te queda una más. Por esta misma razón y por todo lo que me ha podido aportar esta experiencia en tan solo 2 semanas, mis ganas de repetir e irme allí 1 mes como mínimo son enormes. ¡Una experiencia inolvidable que sin duda recomiendo a todo el mundo!
Viajar a Bali o hacer un voluntariado nunca estuvo dentro de mis planes de vacaciones, pero cuando un amigo mío me pidió que lo acompañara en esta experiencia no me lo pensé dos veces y accedí rotundamente, y sin duda fue la opción correcta.
Como voluntario primerizo no sabía que esperar de mi estancia en Ubud, pero no puedo estar más que satisfecho y agradecido.
Desde el primer día que llegamos a la casa de voluntariado nos sentimos como uno más de la familia, tanto por parte de los coordinadores como por parte de los vecinos de la calle, que como siempre nos acogieron con una sonrisa. Al pasar tres semanas completas viviendo allí pudimos acercarnos como nunca a la cultura y la forma de vida balinesa, que tan diferente e interesante es de la vida diaria occidental.
La gente balinesa es encantadora. No hago más que repetir la misma frase, los balineses son las personas más amables que he conocido en mi vida. Por la calle todos te saludan con una sonrisa, por muy escaso que sea su ingles siempre te dedican un “Good morning” o un “Hello”. ¡ Nuestros vecinos incluso nos ponían ofrendas delante de la puerta!
Otra preocupación que tenía era el programa de voluntariado, en mi caso el de enseñanza. Tenía miedo de no poder controlar a los pequeños ni conseguir comunicarme con ellos, pero estaba completamente equivocado. Los niños son super amables, dulces y con casi tantas ganas de aprender como de jugar. Las clases de casi tres horas se pasaban en minutos de la energía positiva que te transmitían los peques. Son unas bombas de energía y felicidad, siempre dispuestos a colorear, rellenar una ficha o jugar a cualquier juego que les propongas. Aunque seas tú el que vaya a enseñar, debes entender que probablemente seas tú el que más aprendas, sobretodo que la lengua no es una barrera para unir personas.
Sin duda, para el año si tengo la oportunidad, repetiré. Puede que en Bali (donde tanto nuestros alumnos como nuestros vecinos pidieron que volvieramos) o en la otra punta del mundo, quien sabe. Pero es una experiencia que hay que vivir una vez en la vida sin lugar a dudas.
Me llamo Laura y he realizado un voluntariado de Orfanato durante tres semanas en Fort Portal (Uganda).
Esta experiencia ha sido hasta el momento, la mejor de mi vida.
Fui con la intención de ayudarles y aprender a apreciar las cosas a la vuelta, pero sin duda ellos me han enseñado a mi. Me han enseñado lo más importante, que no hace falta tener todo para ser feliz.
Africa me ha enseñado y me ha dado muchas cosas. Me ha enseñado a agradecer lo que tenemos, a ser feliz sin necesidad de nada, a qué hay otras realidades no tan lejos de nuestro país… también me ha dado experiencias inolvidables, las sonrisas de los niños cuando te veían llegar, gente increíble…
Agradecer a Cooperating Volunteers por ayudarme a cumplir esta experiencia, a nuestras coordinadoras por ayudarnos en todo momento, y a todas las personas tanto de Uganda como del equipo de Coop.Volunteers por hacer tan enriquecedora mi aventura.
Recomiendo este país y esta organización a cualquiera que quiera vivir una experiencia parecida.
Pronto volveré, muy pronto.
Webale Muno Uganda!
Ha pasado casi un mes desde que volvimos Nahia y yo de Uganda, Fort Portal, Cagote, Casa 2… 😉 y no hay día que no me acuerde de la experiencia tan increible que hemos vivido allí.
Las dos compartimos los mismos sentimientos de satisfacción y felicidad al recordar cada momeno vivido allí, porque no hemos perdido ni un solo segundo…Mireia (Una de nuestras coordinadoras) es testigo de que no llegabamos a la cena a la hora porque nos liabamos a comprar u organizar cosas para nuestros niños y el tiempo volaba, jijijij.
Hemos disfrutado de cada momento con cada persona de allí, ya que todos tenemos algo que enseñar al de al lado y nosotras eso de relacionarnos con la gente lo llevamos muy requete bien. Tambien hemos coincidido con voluntarios muy chachis con los que nos hemos reido mucho…..pero sobre todo…nos hemos reido de nuestra Felicidad.
Hemos sido felices!
Hemos vivido sin pedir nada a cambio!
Hemos dado y recibido lo que ambos no teniamos!
Hemos recibido y dado amor porque nos sobraba para ellos y nos lo pedian a gritos!
Hemos abierto el corazón de par en par y uganda nos lo ha llenado de flores!
Gracias chicas por haber echo que esta experiencia se sume a nuestra cajita de recuerdos…a mi vida y a mi futuro. Porque experiencias tan enriquecedoras como estas te hacen crecer como persona y te hacen valorar la vida mas de lo que ya la considero!
Webale muno chicas!!
PURA MAGIA. Estas dos palabras son las que más se ajustan a mi experiencia en Costa Rica. Cada momento, cada sensación, cada persona, cada aventura; todo fue mágico.
Desde que salí por la puerta de casa todo empezó a ir sobre ruedas y ahí es cuando aprendí que las situaciones no hay que forzarlas, que no hay mejor manera de vivir la vida que dejando que todo fluya.
Tuve la oportunidad de compartir esta aventura con una amiga maravillosa que, por supuesto, también ha hecho que este viaje fuera más increíble aún, y vivir con ella esta experiencia ha sido una de las cosas más bonitas.
El primer contacto con Costa Rica fue a través de Gaby, nuestra coordinadora. Siempre ahí; dispuesta a ayudar en lo que hiciera falta, haciéndonos sentir tan a gusto en todo momento y aportándonos confianza, seguridad, tranquilidad y el calorcito que se necesita estando tan lejos de casa. Todo lo que puedo decir de ella son palabras cargadas de cariño y estoy completamente segura de que sin Gaby esta aventura no hubiera sido igual de intensa y de mágica. Le apasiona su trabajo y mueve todo lo que está en sus manos para empujarte a vivir la experiencia disfrutando cada momento y lugar. Desde el primer día se vuelca en enseñarte cada rinconcito de la zona, los sitios de interés, la historia del país, recomendaciones gastronómicas,… Y gracias a toda esa información te sientes como si estuvieras andando por tu barrio o ciudad. Nada te hace desconfiar y se vuelve el país más seguro y bonito del mundo.
El programa de voluntariado lo realizamos en una escuela infantil de San Ramón. Echo la vista atrás y se me llena el corazón de nostalgia y amor cuando pienso en esos bichitos de 4 años, tan buenos, inocentes, cariñosos, agradecidos y achuchables, de los que disfruté y aprendí tanto durante tres semanas. Llegas allí pensando en ayudar y en transmitir todo lo bueno que llevamos dentro, y al finalizar el voluntariado te das cuenta de que el aprendizaje ha sido recíproco, que vuelves a casa sintiendo que algo dentro de ti ha cambiado, con la mente abierta y el corazón cargado de amor, y con la certeza de que esta aventura no acaba aquí, que algún día volverás para continuarla. Desde el primer día nos hicieron sentir como en casa; nos dieron toda la confianza y el cariño del mundo, y nos acogieron como dos profes más de la escuela. Realizábamos las mismas tareas que el resto de docentes y en todo momento nos sentimos parte del equipo.
Cuando decidimos emprender esta aventura, teníamos claro que queríamos alojarnos en casa de familia para vivir la cultura desde dentro. Bajo mi punto de vista, es la mejor forma de conocer un país; empapándote de las costumbres y conviviendo con personas maravillosas que te aportan todo el cariño y el calor, y te enseñan su forma de ver la vida. Una vez más, no nos equivocamos; convivimos con una familia con unos corazones enormes que nos abrió las puertas de su hogar para hacernos sentir uno más y tratarnos con amor y respeto.
Ahora que estoy en casa, me paro a imaginar la situación al revés y daría lo que fuera por brindarles la misma oportunidad que me dieron a mí y transmitirles tantas sensaciones bonitas y momentos cargos de magia. Por muchos años que pasen, jamás olvidaré a mi familia costarricense que me aportó tanto y me hizo sentir como en casa.
Sin ninguna duda, ha sido la experiencia más bonita de mi vida, en la que he sido plenamente feliz. Costa Rica es magia, pura magia. Es un país de personas maravillosas y lugares increíbles, en el que te sientes libre, lleno de energía positiva y cargado de sensaciones inexplicables.
Volveré muy pronto para seguir con esta aventura que no ha hecho más que empezar!
Fue durante este curso cuando se me metió en la cabeza lo de realizar un voluntariado en otro país. Pero como estaba en la universidad mi única opción era ir en verano. Una vez mis padres me dieron el ok no me lo pensé dos veces. Se lo propuse a un amigo mío de la infancia, y sin dudarlo emprendimos nuestro viaje.
Escogimos el programa de enseñanza de inglés, y nuestro destino fue Bali (Ubud).
Yo siempre había querido viajar a Bali, por lo que era una combinación perfecta, hacer un voluntariado a la vez que podía visitar este país tropical.
Estuvimos allí 3 semanas, y aprendimñs mogollón tanto de los peques como de la sociedad balinesa (la gente no puede ser más amable ni más agradecida, saludándote en todo momento con una sonrisa en la cara). Todo esto a la vez que hemos visitado lugares espectaculares y hemos conocido a gente increíble de diferentes partes del mundo.
Las clases son súper entretenidas y los niños son encantadores, siempre con una sonrisa en la cara y con muchas ganas de aprender inglés. Hemos intentado hacer las clases dinámicas (ejercicios con dibujos, juegos, bailes y canciones, partidos de fútbol…). Al final de nuestra estancia nos hicieron sentir como a una familia y el último día nos hicieron hasta una pequeña despedida. Jamás nos olvidaremos de nuestros peques.
Además, estoy muy agradecido de haber aportado mi granito de arena, pues para ellos es muy importante aprender el idioma ya que la economía de Bali gira principalmente en torno al turismo.
Durante los fines de semana nos hemos dedicado a visitar toda la isla (los templos, los arrozales, las playas, las cascadas y las islas más cercanas e incluso hemos podido hacer surf y snorkel).
Sin duda alguna ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida, y que nunca voy a olvidar.
Espero poder volver a repetir pronto!
Hace escasamente un mes estaba viviendo la mejor experiencia de mi vida. África fue el continente elegido, Kenia, el país, y Stars of Africa Academy, el lugar. El programa Orfanato – Escuela Gwakangacha me ha hecho vivir en primera persona una de las aventuras más bonitas que he tenido hasta ahora.
He conocido gente increíble que me ha hecho disfrutar aún más de mi estancia allí. La felicidad que transmiten los niños es contagiosa, no me pude quitar la sonrisa ni un segundo. ¡Os aseguro que vosotros tampoco!
El choque de cultura, de hábitos y la confrontación con nuestra manera de vivir te hace aprender segundo tras segundo lo que realmente importa en la vida. Prepárate para desconectar, para hacer las cosas “pole-pole” como allí lo llaman (o lo que es lo mismo, despacito), y disfruta cada instante.
Cooperating Volunteers me ha ofrecido la llave para disfrutar de esta experiencia y me ha ayudado en todo el proceso, por lo que les estaré siempre agradecida. In-situ, la organización también es perfecta. No me tuve que preocupar prácticamente de nada. Durante mi estancia, decidí hacer un safari junto con otros voluntarios y allí mismo el coordinador nos ayudó a contratarlo. Por nuestra parte, no tuvimos que hacer nada. La verdad que es de agradecer, sobre todo si quieres vivir una experiencia 360 grados.
Me llevo una sonrisa de cada uno de los niños, profesores y demás gente que he conocido en el corazón.
Asante Kenya!
Es difícil expresar el cúmulo de sentimientos que se te pueden llegar a acumular en este tipo de voluntariado. Cualquier cosa que diga se va a quedar corta seguro. Al margen de lo complicado que resulta expresar esta experiencia, fue algo MAGNÍFICO. La alegría con la que nos recibían los niños en el orfanato al que acudíamos los voluntarios es impagable y era algo que me hacía sentirme muy orgulloso de estar ahí presente para alegrar sus vidas y ayudarlos a tener cada minuto y cada segundo de lo más alegre posible. Lo alegre que nos sentíamos todos y la felicidad que nos producían era simplemente ESPECTACULAR. Gestos, miradas, sonrisas, el “mañana volvéis?” y mucho más inexpresable que nos daba cada día aún más fuerza para no parar nunca de acudir aquel sitio.
Por último, respecto a la ciudad, nada que decir. La mejor palabra que la define es FELICIDAD. Solo se respiraba felicidad, buen rollo y todos siempre con sonrisas en la cara algo que me dejó impresionado. Ellos con lo que tiene y lo que no tienen son extremadamente felices y lo transmiten a todo aquel que se le acerca.
Un Voluntariado recomendado a cualquier persona que se lo plantee. Y ya le puedo decir que no se plantee nada que diga SI y venga a pasar unas semanas de las que no se olvidará nunca porque esto estoy seguro que no se me olvidará en la vida.
G-R-A-C-I-A-S
Una experiecia que hay que vivir para poder entenderla y saber lo que se siente. A pesar de llegar con miedos e inseguridades todo se esfumó al llegar allí y ver el recibimiento que tuvimos.
Al llegar al aeropuerto nos recogió Gaby, nuestra coordinadora, que nos llevó a la familia donde nos íbamos a hospedar. Durante todo el trayecto estuvimos hablando sobre la vida en este país, lugares qué visitar, los centros donde íbamos a trabajar,…
Al día siguiente tuvimos un tour por la ciudad donde aprendimos a callejear, donde visitamos un museo y un mercado en el que probamos fruta típica,…
Uno de los mejores momentos: empezar en el kinder donde íbamos a estar. Solo tengo palabras de agradecimiento para absolutamente todas las personas que allí trabajan: un encanto. Personas que nos hicieron sentir desde el minuto uno que eramos una más. Y los niños,…tú vas con la mentalidad y la intención de enseñar, cambiar ciertas cosas,…y al final son ellos los que con su sinceridad, felicidad, amor, cariño, en definitiva con su particular forma de ver la vida, cambian algo en ti.
Entre semana teníamos también reuniones con los demás voluntarios, a modo de seguimiento, para hablar sobre nuestra adaptación, nuestros proyectos,…
Los fines de semana era tiempo para conocer y visitar los rincones de este maravilloso país: Tamarindo, Monteverde, La Fortuna, Jacó, Mnauel Antonio, son algunos de los lugares que no te puedes perder.
Escasas tres semanas que multiplicaría por otras tres.
Gracias Costa Rica y a cada persona que se ha cruzado en mi camino.
Uno siempre regresa a los lugares donde fue tan feliz, volveré, estoy segura.
PURA VIDA!!!
Me llamo Helena y realicé el voluntariado de educación durante un mes en Jaipur, India.
Mi experiencia en la India marca un antes y un después en mi vida. No puedo describirla si no son con palabras de agradecimiento, pues no solo me llevo los momentos compartidos con niños y niñas preciosos, sino, también, una familia. Una familia compuesta por 20 voluntarios, por Shiva, por Kajal, por Victoria y por todos aquellos que se han dedicado día y noche a nosotros. Nunca imaginé poder sentirme como en casa a 6000km de mi hogar. Verdaderamente estoy muy agradecida por el esfuerzo de la familia de Shiva, el trabajo que ellos realizan no suele ser reconocido y, realmente, es gracias a ellos que todo funciona. Él está siempre dispuesto a ayudar, a preparar y a coordinar todo lo que sea necesario. No pierde su sonrisa ni su humor, pese a los choques culturales que pueda vivir con nosotros, nos escucha, nos respeta y aprende de nosotros, igual que nosotros de él. Es increíble, nunca le olvidaré. Su mujer, Kajal, es una bellísima persona, la cual nos cocina comida y cena siempre. Un día enfermó y vino a trabajar igualmente, quisimos ayudarla, pues no se sentía con fuerzas para cocinar ella sola. Ahí me di cuenta la dificultad de su trabajo… cocinar para 45 personas dos veces al día es realmente duro. Des de ese momento no pude renunciar a sus platos, a su trabajo. A veces es necesario mirar más allá y apreciar y reconocer el esfuerzo de los demás. Asimismo, es imprescindible nombrar a Victoria, cuya coordinadora se preocupó por nosotros y nos ayudó en todo lo que necesitamos. Era muy cercana, siempre nos escuchaba y trataba que nos sintiésemos a gusto. Sin ella tampoco hubiese sido lo mismo. Por otro lado, también me gustaría recordar a Bittu. Aunque oficialmente fue mi conductor en Jaipur, mi compañera y yo le llamábamos Big Brother. Nos cuidó como si fuésemos sus hermanas pequeñas. Incluso un día nos invitó a su casa con su familia, y nos enseñaron bailes y fotografías suyas. Ese momento fue uno de los que nunca olvidaré.
Por lo referente a la escuela en la que trabajé tengo que decir que estoy SUPER contenta. No todos los voluntarios tuvieron la misma suerte, aunque ninguno de ellos salió insatisfecho de su colegio. Simplemente algunos teníamos más oportunidades de trabajar que otros (yo hice el voluntariado de educación) y esto repercutía en la satisfacción de cada uno. Mi escuela era una de las más pobres, no tenía nada. De hecho, el primer día solo había 4 alumnos, con el tiempo fueron llegando más. Ninguno de ellos paga cuota escolar, no tienen dinero. La escuela es su único vehículo para salir de la pobreza máxima, la posibilidad de cambiar su futuro y aspirar a algo que les dé comida, seguridad. La última semana me enteré que los vecinos de sus alrededores querían cerrarla. No pueden dejar a estos niños sin escuela… ¿qué será de su futuro sin ella? Espero y deseo que no se cierre, que todos los niños tengan la posibilidad de seguir estudiando y formándose. Nunca había visto a niños tan pequeños con tantas ganas de aprender, se merecen tener la oportunidad de recibir tal enseñanza. Por otra parte, conocí plenamente a la profesora principal de la escuela, Asha. Ella es una persona 10. Se dedica a sus niños de verdad, les transmite, conecta, vive por ellos. La conexión que tiene con cada uno es única y verdadera. Ella es una de las personas que más me ha marcado en este viaje, me ha enseñado a apreciar la belleza de su país, me ha mostrado su cultura y ha aceptado la mía. Me ha brindado la posibilidad de enseñar a sus estudiantes y hasta me ha invitado a su casa para enseñarme a cocinar. Hoy en día sigo en contacto con ella, me cuenta cómo están los pequeños y me invita a volver. Tengo ganas de volver.
Finalmente me gustaría hacer una pequeña reflexión. Creo que la gente que se apunta a un voluntariado tiene que venir con la mente abierta, con la conciencia de que puede encontrarse de todo. La gente en India vive en unas condiciones pésimas, terriblemente pésimas, contrariamente los voluntarios vivimos en una casa plagada de “lujos”: tenemos aire acondicionado, ordenador, internet, agua potable con un filtro, nevera, comedor, comida 3 veces al día, habitaciones, ducha, terraza, una familia que vela por nosotros… lo tenemos todo y más. Solo pido que si alguien decide hacer este voluntario lo viva con una sonrisa, tratándose de adaptar a lo que hay, viviendo cada instante al máximo y con una sonrisa, pues así se vive intensamente y no se olvida.
Mi nombre es Rocio, he estado 2 semanas en Fort Portal (Uganda). Llevo poco más de una semana en España y ya echo de menos África. Llevaba mucho tiempo pensando hacer un voluntariado, encontré a Cooperating Volunteers gracias a una compañera de la universidad, contacté con ellos. En todo momento me ayudaron a elegir destino y a organizar todo.
Hasta el momento esta ha sido la mejor experiencia de mi vida. He conocido a gente increíble, la maravillosa cultura africana pero sobre todo he llevado mi corazón de amor, ese amor incondicional que te dan los pequeños. Yo hice el voluntariado de enseñanza, estaba en un cole donde tanto las profesoras, la directora y los peques eran encantadores.
Por las mañanas íbamos al cole y por la tarde a la comunidad (Volcop) que era la ONG. Los niñ@s y trabjadores locales no podían ser más agradecidos ni amables. El momento de llegada a ambos sitios fue una auténtica pasada, los niños corrían hacia los bodas (las motos que utilizábamos para ir a cualquier sitio), se peleaban simplemente por cogerte de la mano…
Los fines de semana tienes tiempo para hacer excursiones, safaris… con lo que enriqueces aún más si cabe la experiencia.
Después de vivir todo esto, creo que todo el mundo debería viajar a África una vez en la vida.
Yo fui a Jaipur, India este verano (2018) y la verdad es que fue una de las mejores experiencias de mi vida. Fui a la Universidad de Rajasthan a dar clase a chicos de entre 5 y 17 años y fue una experiencia muy enriquecedora. El cambio cultural fue chocante los primeros días pero daba gusto ver sonrisas en las caras de todos los niños cuando estábamos por ahí. Ver esta nueva realidad me ha hecho cambiar y tener una mente mucho más abierta a parte de que me ha gustado mucho todo el tiempo que he podido ayudar a la gente de ahí.
Dejando de lado el enorme crecimiento personal, la gente que se ocupaba de nosotros nos ofreció de todo y nos ayudó en todo momento. Cabe destacar que Jitesh Hotla y Shiva Hotla (ayudantes Indios en la casa) vinieron más de un día al voluntariado a ayudarnos con los niños del colegio en el que dábamos clase los voluntarios ya que nos costó adaptarnos y había niños que no entendían muy bien el inglés. Shiva siempre nos ayudó muchísimo a encontrar tuk-tuks cerca para desplazarnos donde fuera y siempre estaba a nuestro servicio intentando que nuestra estancia ahí fuera lo más parecida a estar en casa, y la verdad es que lo logró. Recuerdo una vez que estaba enfermo en la India y Shiva siempre vino a ofrecerme agua, medicamentos o cualquier tipo de ayuda. Por suerte me curé, pero hubo otra voluntaria que tuvo que ir al hospital y él la llevó tratándola igual de bien que a mi. Él también nos llevaba en su coche a los voluntariados o si puntualmente le pedíamos que nos llevara a algún sitio nos llevaba sin ningún problema. También se ocupaba de rellenar los tanques de agua de la casa (puesto que en la India este trabajo se tiene que hacer manualmente) para que en cada momento tuviéramos la posibilidad de lavarnos, cocinar… En resumen, si Shiva no estaba en la casa, no era lo mismo, pues esta no funcionaba con la misma normalidad y no había alguien a nuestra disposición como él. También agradezco mucho el trabajo de Suraj en la casa quien por la noches dormía en el sofa de la terraza para vigilar la casa, aunque lloviera o cayera una tormenta él siempre estaba ahí a nuestra disposición. A parte de eso durante el día estaba algún tiempo por la casa para siempre poder ayudar. En cuanto a las comidas en la casa, tengo que darles las gracias a Rinku y Kajal por siempre estar ahí para darnos de comer e incluso para limpiar de vez en cuando. En especial Kajal estuvo desde mi primera semana en Jaipur hasta la última cocinando comida exquisita siempre con una sonrisa. Ambas se portaron de maravilla con todos los voluntarios y su trabajo en la casa era de agradecer.
Recomiendo totalmente esta experiencia a cualquier persona ya que hará que vea las cosas de una forma distinta, pues el cambio de realidad es notable.
Ya han pasado unos días desde mi regreso de Yanacocha, el centro de rescate y rehabilitación animal, y sólo puedo decir que recordando todo lo vivido me parece que ha sido uno de los mejores sueños que podría haber tenido. El choque de cultura impresionante, el día a día con los animales y el ambiente con los coordinadores y voluntarios es increíble, a los pocos minutos ya sientes que formas parte de todo aquello y se abre una nueva parte en ti que quizás no conocías ni conocerías si no hubieses ido, todos los animales de repente se convierten en parte de ti y todos los sonidos que te rodean te sumergen en un ambiente único. Al final, animales de todas clases por todos lados, el sonido de las lluvias torrenciales de la selva por la noche, las botas de agua llenas de barro, el olor a fruta en todas partes, y el tacto diferente de cada animal se convierte en tu día a día y es apasionante. Los últimos días tuve la oportunidad de ir a la reserva natural, donde se liberan a los animales ya rehabilitados, a conocer mas acerca de su habitat y de las culturas indígenas de la zona y ha sido fascinante, para mi, uno de los sitios mas increíbles que he visitado nunca. Me hubiese gustado estar mas tiempo pero tenía que continuar mi aventura por el resto de Ecuador, pero volveré sin duda alguna. Sólo puedo decir que la experiencia a sido un antes y un después, y que si realmente vas con ganas y abierto a descubrir te llevas cosas inimaginables.
Hacía años que quería hacer un voluntariado, y ahora puedo decir que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Chame, la Escuela Rafael Maduro, los niños y niñas con los que compartí mis días de voluntariado… todas las personas que me acogieron… serán siempre uno de mis mejores recuerdos!!Gracias a Evelyn, la coordinadora del proyecto, por su amabilidad, por su amistad y por vivir esto con tanta ilusión!!
Repetiré seguro!!!
“Escribo esto desde mi avión Jaipur-Delhi, de vuelta a casa. Sin nisiquiera haber llegado a España, se que me llevo conmigo un recuerdo de la India que jamás olvidaré.
He hecho mi programa de voluntariado durante el mes de junio, durante 3 semanas. Cuando pise Jaipur por primera vez en el aeropuerto al salir del avión, la primera cosa que me impactó fue el calor agobiante que hacía; una temperatura que rozaba los 50 grados. Yo ya sabía el calor tan impresionante que había en la india, e incluso me había imaginado lo que debía ser dormir por las noches. Sin embargo, al llegar a la casa me encontré con aire acondicionado en cada habitación. Además del aire, toda la casa está perfectamente preparada para alojar a cualquier persona, no existe queja ninguna para ella. Durante mi estancia allí, la casa cambió bastante, ya que decidieron pintar las paredes de blanco, cambiar los sofás a unos más amplios y cómodos, y redecorar las habitaciones, preparándose para la temporada de verano en la que llegan muchos voluntarios todos los años.
En cuanto al personal, nada más llegar al aeropuerto, aunque estaba nerviosa, me recibió Jitesh, el primer coordinador, con una gran sonrisa. Fue súper abierto conmigo, y todos mis nervios se disolvieron rápidamente. Allí, fuimos a esperar a que nos recogiera el coche para ir a nuestro alojamiento. El conductor del coche era Shiva. Que decir de Shiva… ha sido mi padre alli, mi mayor apoyo, y una de las personas a las que sin duda voy a echar de menos. A pesar de la clase social y pobreza en la que viven el y su familia, es la persona más feliz, agradecida y bondadosa que he conocido en toda la india. Siempre ocupándose de todas nuestras dudas, inquietudes, etc, pero sobre todo, siempre haciéndonos reír con sus bromas y trucos de magia. Sin el, este viaje no habría sido el mismo sin ninguna duda. Su mujer también es parte del programa, la cocinera. Al igual que su marido, es una mujer amable y sonriente, siempre dispuesta a agradarnos y a hablar con nosotros, y a contarnos sus historias a pesar del poco nivel de inglés que tiene. Al llegar allí, teníamos comida preparada y nos impresionó lo buena que estaba, ya que nuestras expectativas sobre la comida india no eran precisamente las mejores. No sólo lo pensé yo, sino todos y cada uno de los voluntarios que la ha probado.
Pase mi primer fin de semana allí visitando los monumentos principales de Jaipur, y acostumbrándome a la esencia de la ciudad. (El segundo fin de semana, lo aproveché para ir a agra y visitar el Taj Mahal, una de las maravillas del mundo, un título que tiene el palacio muy merecido)
El lunes era mi primer día de trabajo, en el orfanato. El orfanato se encuentra en la parte antigua de la ciudad, el “pink city” como se llama allí. La pobreza y suciedad que lo rodean me impactaron la primera vez que llegue allí. El alojamiento de los 30 niños que viven ahí está formado de una serie de habitaciones divididas en 3 pisos y una pequeña aula de juegos en el piso de abajo. Las camas de los niños no son más que un trozo de madera cubierto con 4 mantas para que no sea tan duro, y las habitaciones cuentan con una especie de taquillas a las que se podría llamar armarios. Las infraestructuras son, por supuesto, básicas y muy simples. A pesar de la pobreza en la que se encuentran estos niños, uno no puede evitar sonreír al verles recibirte con una gran sonrisa. “Hello M’am!” decían cada vez que nos veían entrar por la puerta. Todos nos extendían la mano para saludarles y venían a recibirnos corriendo, sobretodo los más pequeños, que con el tiempo cogieron mucha confianza con nosotras. El trabajo allí se trata de jugar e intentar enseñar a los niños algún tipo de inglés básico, nada muy complicado. Pero sobretodo, lo que mas necesitan es el amor y el cariño de una figura materna, que es lo principal que les falta en sus vidas. Son todos muy educados, siempre queriendo agradarnos y hablar con nosotras a pesar de su dificultad con el inglés. Una cosa que nos hacía mucha gracia, es que yendo a cuidarles nosotras a ellos, todos los días nos daban algún tipo de comida o bebida, ya fuera te indio, una ración de la merienda como si fuéramos uno más de ellos, o cualquier tipo de comida que ellos también estuvieran comiendo en ese momento. Eran todo alegrias y risas, hasta incluso los niños más pequeños, de tan solo 5 añitos, estaban perfectamente educados para recoger sus cosas cada vez que jugaban con ellas. No se les oía ni una sola queja cuando uno mas mayor les quitaba su juguete, o cuando alguno le agobiaba. Nunca había visto un niño tan pequeño llorar y quejarse tan poco como estos.
En nuestro último día, todos nos daban las gracias por nuestro tiempo allí, y los pequeños nos abrazaban, una muestra de gracias para ellos. Y nosotras lo único que podíamos pensar era, “gracias por que? Si sois vosotros los que nos habéis dado una experiencia enriquecedora para nuestras vidas! Sois vosotros los que nos habéis dado una lección, un ejemplo de vida y de felicidad.”
Estas tres semanas han sido un viaje increíble y lleno de nuevas experiencias, tanto en conocer la cultura de la india, sus calles y personas, como la capacidad de los menos privilegiados de reír y disfrutar la vida como si no les faltara de nada.
Sin duda, un viaje y experiencia recomendable para todo el mundo.”
La idea de realizar un voluntariado surgió haciendo un trabajo del instituto, un mes mas tarde ya estaba en Marruecos. Han sido diez dias que han pasado volando y si algo he aprendido es que para la próxima vez tan poco tiempo se queda corto. Este viaje ha sido la mejor experiencia de mi vida hasta hoy y no solo por lo vivido ahi, sino que también por todo lo que me he llevado conmigo. Solo por el hecho de llegar cada mañana a la escuela y ver la bienvenida de los niños y las niñas, vale la pena, nunca había visto tantas ganas de aprender en tan pocas cabezitas y es que es ahí donde esta la riqueza de ese pueblo, Tiswuit, del que me voy enamorada. Quiero agradecer a Cooperating Volunteers esta oportunidad y otras mil gracias por hacer las cosas tan faciles des del primer dia, me he sentido muy agusto. Recomiendo esta experiencia mil veces y no voy a dudar en repetir!
Siempre describo mi voluntariado con esta frase: De las personas más pequeñas, se aprenden las cosas más grandes. Pura Vida. Para mi la mejor experiencia que he tenido por el momento. Me he llevado muchos recuerdos, mucho cariño y he crecido como persona. Los niños, las profesoras, el resto de voluntarias, los coordinadores, etc, un 10. Volvería a repetir sin pensármelo.
Al llegar al aeropuerto coincidí con cuatro voluntarias más de Barcelona que no conocía, yo iba sola, y de hecho era mi primer viaje sola, pero des de el minuto uno congeniamos muy bien todas. Al llegar a la casa, en San Ramón, había otra chica, a la cuál amo con locura, me he llevado buenas amigas. La convivencia fue muy buena y fácil, la comida me gustó, como no…arroz con habichuelas a mansalva jeje. Ronald, nuestro coordinador, nos preparaba comidas muy ricas, creo que nos fuimos con unos kilos de más.
El camino a la escuela cada mañana era agradable, la vuelta no tanto ya que cada día llovia.
Las profesoras muy buenas, en especial, Lourdes, con la que yo estaba cada día, me cuidó muchísimo y mis niños….que decir, me enamoré de ellos.
Vine con nostalgia, pero con una sensación de plenitud que nunca había sentido.
Tuve suerte de poder trabajar en Laos durante 3 meses, de enero a marzo. Ha sido una experiencia que ha marcado mi carrera personal y profesional.
Fui a Laos para llevar a cabo el programa de desarrollo del proyecto de ONG, pero al final también me convertí en profesora y es la mejor opción que podría haber tomado. Los niños de la escuela son personas especiales, te dan la energía que necesitas y te ayudan a saber cuál es la cultura en Laos y los principales valores que tienen y que cada niño debería tener.
La vida allí es simple y relajada, vida que define la cultura Lao.
Recomiendo esta experiencia a las personas que necesitan volver a conectarse con los valores básicos y que quieren abandonar su zona de confort. Adaptarse a una nueva cultura siempre es un desafío, pero con la compañía de otros voluntarios y todo el equipo ¡Se vuelve muy divertido!
Añadir que vives una experiencia de 360º, ya que vives en una típica casa lao, comes comida hecha por una chica local (¡es deliciosa!) y compartes tu día a día con personas de la comunidad y la escuela.
¡Ya estoy deseando volver!
Mayo/ Junio 2018
Sumamente agradecida por la hermosa y transformadora experiencia de vivenciar el voluntariado en ISLAS GALÁPAGOS!!!!!
Con el apoyo permanente e incondicional de Eduardo y Carlos, con su calidez, además de su vasta experiencia en la región.
También disfruté del exquisito y variado menú de Lucía.
En un marco natural Virgen con increíble variedad de especies de flora y fauna.
LOS GUARDO EN MI CORAZÓN!!!!
GRACIAS
APAPACHOS!!!!💝
MARU de ARGENTINA
Y el anhelo de un sueño, quizás también de una necesidad, se volvió tan real como la Pura Vida.
Con una maleta cargada de ilusiones por encontrar la Esencia, me encontré de repente en San Moncho, donde Ronald, coordinador de voluntarios, me acogió y cuidó tan bonito, que ya desde el primer alba la esencia de los ticos y ticas tocaron mi alma. Gracias por mostrarme la música y el colorido que mueve cada rincón del corazón de sus gentes, jóvenes con arrebato de cambio social y ganas de conectar con la simplicidad y fortaleza de cada instante,… que fluye, que crea, que cambia por dentro.
Mis compañeras de hogar cálido, Isabel y Nuria, momentos de cocina a fuego lento, de nuevos sabores y aromas, acompasando nuestros sentires por exprimir lo bello de cada minuto ”único en su especie”, compartiendo aprendizajes que calan y tertulias de reflexiones que hacen fuertes las entrañas.
Carolina, Andrea, Shirlye, Bea, Karla…y todas las personas, profesionales de corazón de la escuela y del proyecto, que tomaron mi mano para acercar con tanto cariño y devoción sus realidades sociales; su amor de lucha por conquistar mares más justos, donde surcan todo tipo de barcos y cuyas brújulas se guían por las sonrisas de pequeños y pequeñas. Gracias por abrirme las puertas de sus hogares y compartir la vida haciéndome sentir mi casa.
Pequeños y pequeñas valientes, de grandes corazones con ansías de cariño, comprensión, de espíritu aventurero, de rebelión incandescente…. Cuan adentro tocan y remueven montañas de arañas. Y, de repente, las piezas cobran sentido y pequeñas manitas construyen un puzzle de Esencias de Vida que te atraviesan el alma con las flechas de sus multicolorìsticas sabidurías.
Y mi maleta ahora repleta de ellas, continúa un rumbo diferente, anclada en mi Esencia llena de fortalezas y mimos; aprendiendo a disfrutar de la paciencia de la reflexión y del instante, haciendo único y grande el más pequeño detalle; valorando la incertidumbre y la sorpresa en el fluir del camino como puertas de oportunidades a mundos infinitos; cuidando y empoderando siempre los talentos de las personas que nos acompañan y quieren, exprimiendo en calidad el tiempo que une voces; y, agradeciendo la belleza de cada despertar de palabra dicha que construye momentos significativos y descarga energía positiva en ti mismo, en tu Pura Vida.
Gracias Cooperating Volunteers por hacerlo posible.
Idaira
Ya han pasado varias semanas desde que llegué de mi viaje en Sri Lanka. Fueron sólo un par de semanas pero suficientes para enamorarme de ese maravilloso lugar. Cuando sales fuera de tu zona de confort es cuando te das cuenta que estamos rodeados de sitios increíbles. Mi voluntariado consistía en ir por las mañanas a un centro con niñas y por las tardes, a un colegio de enfermeras. Mi idea era ayudarlas, pero me ayudaron más a mí y eso es algo que nunca olvidaré. La gente es encantadora, la comida riquísima (Daglas es mi cocinero favorito), los paisajes alucinantes,…y muchas otras cosas.
Por otro lado, quiero agradecer a todo el equipo de España y Sri Lanka por falicitarnos muchas cosas, sin ellos no hubiera sido tan fácil.
Ha sido una experiencia inolvidable que espero poder repetir algún día, eso sí con mejor nivel de inglés.
Siempre en mi corazón, Pepi.
Hacer un voluntariado en África es un sueño que tengo desde que tengo memoria. Hace menos de un mes que volví de Fort Portal y dejé atrás las dos semanas más lindas de mi vida, con expectativas superadas con un margen gigantesco.
Desde el primer día en el que fui a la escuela-orfanato donde era mi voluntariado y fui recibida por más de sesenta niños que corrían a abrazarme, supe que ese era mi lugar. Y desde el momento uno, supe que iba a extrañarlo muchísimo, porque mi corazón quedó allí en Uganda con las sonrisas y saludos de los chiquitos en las calles, con los abrazos y risas de los niños de la escuela, con las clases de baile de Albert junto a los VolCop Lions, con la increíble familia de voluntarios que formamos en tan pocos días con los que compartí tanto risas como momentos muy fuertes, con la calidez de Florence 1 y 2, Vicky, Murungi, Sarah, Cathy y todo el equipo de Cooperating Volunteers, con las locuras de Nasta y la alegría de ver un sueño cumplido y poder compartirlo con mi padre. No me alcanzarían las palabras para listar las infinitas alegrías que supo darme Uganda.
Si tienen la posibilidad de hacer un voluntariado, no lo duden. Es sumamente gratificante y llena el alma de amor y enseñanzas; una de ellas, que se puede ser feliz y hacer feliz con realmente muy poco.
Webale muno, Uganda.
#imagine
Gracias,
Chiara
Me llevó un largo tiempo pasar la experiencia por el cuerpo y poder decir algunas palabras sobre lo que se siente.
Participar de un hermoso grupo, cruzarme con bellas personas es una parte de la experiencia del voluntariado.
Poder entender al otro y no juzgar, son algunas de las cosas que uno tiene que tener todo el tiempo presente.
Y poder compartir una sonrisa con esos niños que tanto amor te dan, y si a mi me modificaron tanto espero haber podido hacer algo por ellos.
Enamorada de África, encantada con Uganda y extrañando el lugar diariamente.
Después de un mes de voluntariado en Jaipur (India), solo me quedan ganas de volver a este maravilloso país. Formar parte de un voluntariado de empoderamiento de mujeres y enseñar inglés a niños ha sido una experiencia muy enriquecedora para mi. Ver esas sonrisas a la hora de llegar, ese amor incondicional que te proporcionan cada vez que te ven, esas ganas de compartir todo contigo, sus ganas de celebrar la vida, los bailes de bollywood, el talento que desprenden y la pasión que le ponen a todo… no se me va a ir de la memoria. Ha sido todo un acierto para mi haber elegido India como destino. Me llevo muchísimo cariño de este país. Cultura, paisajes, monumentos, espiritualidad, comida y sobretodo y lo que hace a India un país asombroso; su gente.
Mil Gracias a mis papas indios: Shiva y Kajal, y a mi hermano indio Jitu. Son impresionantes y hacen que tu estancia sea inigualable, su hospitalidad, su humor, sus ganas de compartir contigo su cultura, su apoyo.. hace que te sientas como en casa. No olvidaré esto y recomiendo firmemente a las personas que estén interesadas en hacer un voluntariado en India que no lo piensen más y decidan hacerlo, les cambiará la vida.
Namasté
Después de varios años meditándolo, llegó el momento de poder realizar este viaje. Mi estancia de voluntaria la realicé en Uganda y puedo decir que ha sido la mejor experiencia de mi vida… Fueron 6 semanas muy intensas como voluntaria, como amiga, como fisioterapeuta, como compañera de casa, como mzungu…
Pude aprender de los niños del orfanato, de las mamás de éste… Pude aprender a lidiar con el día a día, sus penas y alegrías, el compañerismo entre ellos y ellas y el cuidado personal y profesional. De los profesionales del hospital entendí que la falta de infraestructura lo complica todo y que la falta de material sanitario dificultaba la mejora de sus pacientes pero no por eso iban a ofrecerles menor atención. Y sus pacientes… Los pacientes son el claro ejemplo de lucha, fuerza y coraje.
Cooperating Volunteers nos ofreció el 100% de cada uno de ellos y nos hicieron sentir como una gran familia. Nos sentimos como en casa des del minuto uno y también a ellos me los llevo como parte de mi.
La cultura africana cala hasta los huesos cuando te das cuenta de lo poco que necesitamos para conocer la felicidad. Viaja a Uganda como voluntario/a y sé feliz.
Ya de vuelta de mi viaje por Camboya.
El voluntariado fue de lo mejor, y el viaje en general perfecto.
El orfanato en el que estuve y en especial el trabajo con los niños especiales fue impresionante y muy enriquecedor. Muchos mas voluntarios deberían elegir ese programa por que necesitan mucha ayuda, son muchos niños con necesidades especiales y los pobres trabajadores no pueden dar mas de si, es un no parar de trabajo con estos niños.
El trabajo que hacemos los voluntarios en mi opinión esta muy bien, es mas entretener a los niños como se pueda, sobre todo dándoles paseos, dándoles de comer, y cantar canciones, la verdad que es muy llevadero y si quieres hacer mas cosas, los trabajados te dejaran hacerlo si les parece bien.
Es muy duro ver a niños tan indefensos y pequeños en esas situaciones pero la verdad merece la pena dedicar nuestro tiempo a estar con ellos, bueno como digo ha sido una experiencia maravillosa.
En la casa de voluntarios también muy bien, había muy buen ambiente con el resto de voluntarios, y conocí a Brem muy amable y atento.
Este viaje a la India (JAIPUR) ha sido una de las experiencias más bonitas que he vivido.
Estuve en el programa de cuidado de ELEFANTES. Son criaturas inocentes, buenas y graciosas, con una personalidad muy marcada y a la vez, muy inteligentes. Me ha fascinado conocerlos en profundidad durante 3 semanas y repetiria la experiencia sin duda. Vijay, el responsable del programa de elefantes, fué muy atento durante todo el programa y se encargó de que aprendiera y tuviera una sensación de satisfacción y paz que me hacía llegar al programa con una gran sonrisa y volverme de la misma manera. A las elefantas se las veía muy felices y lo mismo con los chicos que se encargan de cuidarlas. Todos formaban una família y me integraron muy amablemente.
Es una experiencia de contacto con la naturaleza y los elefantes muy especial y aunque aporté todo lo que estuvo en mis manos, siento que ellos me aportaron mucho más a mi.
En cuanto a la casa de voluntarios el recuerdo y la sensación que me quedan son muy tiernos. Las otras voluntarias, Shiva, Jitesh y su família… Todos formamos una família también y eso permitía que te sintieras como en casa.
Mi voluntariado lo desarrollé en dos centros educativos Las Lomas y San Carlos ubicados en Huanchaco, Perú una ciudad ubicada a orillas del océano pacifico en la región de La Libertad, actualmente forma parte de la ruta moche y es uno de los balnearios mas visitados.
Cada momento que viví fue una gran aporte en mi ámbito personal como profesional, desde el primer día de clases me acogieron de una manera muy alegre, los niños me hicieron recordar que tenemos un niño en el interior, cada experiencia que tuve en esos días fue un regalo que nunca olvidare, y el mejor momento es cuando puedes dejar una semillita que va a tener frutos más adelante, y en este voluntariado fue y será inolvidable.
Por otro lado, pude conocer lugares y tesoros de la cultura peruana que fueron asombrosos por su arquitectura y tradición.
Finalmente, cada sonrisa y abrazo que brindaron los niños lo recordaré y llevaré en mi corazón siempre.
Los invito a quienes lean estas palabras para que vivan esta experiencia de ser voluntaria porque nunca se arrepentirán de vivirla.
Hoy, justo un mes después de volver de un país cargado de magia, Uganda. Impregnada de la esencia que esta bonita experiencia me ha regalado.
Estuve de voluntaria en uno de los orfanatos de Fort Portal.
Que deciros, que si el sueño está en tí y de verdad lo sientes… LA EXPERIENCIA MÁS MARAVILLOSA DE TODAS.
Una maravilla hecha SONRISA CADA DESPERTAR, una oportunidad para crecer un poco más, para descubrir otra cultura, para conocer a personas que marcan tu vida y vivir mil aventuras.
Vine enamorada, no hay día que no me acuerde de ellos. Tienen tanto que enseñarnos… Deseando volver, me robaron el corazón.
Ya ha pasado un mes des de que volví de mi experiencia de un mes y medio en Uganda con Cooperating y aún sigo echándolo en falta.
Poder viajar a africa era el viaje de mis sueños y encima de voluntariado era una experiencia que llevaba mucho tiempo queriendo vivir y aunque las expectativas estaban muy altas Uganda las superó de lejos.
Pasé el mes y medio en el orfanato con mis pequeños y aunque al principio fue chocante el cambio, con las semanas fuí disfrutando y aprendiendo muchisimo con mis pequeños.
En cuanto al trato con Cooperating ha sido increible la organización y todas las personas que lo hacen posible des de Sarah, Sam o Florence hasta las coordinadoras que hacen que nuestra vida allí sea muy fácil.
Solo tengo palabras bonitas para describir lo que ha significado este voluntariado para mi y lo mucho que he aprendido. Es por esto, que estoy segura de que volveré.
Ya de vuelta de mi experiencia por Ecuador…
Quisiera transmitir que he estado muy muy bien por allá… Esto ha marcado un antes y un después… Me he sentido acogida., arropada, y muy querida por la familia y por los miembros de la fundación y centro en el que estuve trabajando.. Los niños me dieron mucho más de lo que yo les di a ellos que fue bastante además.. Por supuesto que no será el último voluntariado que haga…
Mi nombre es Mireia y durante el mes de septiembre fui con mi hija aina de voluntariado a Jaipur (india). Fue una experiencia inolvidable, nuestro programa era el de enseñanza y fuimos a la escuela con las profesoras Shefali y Aisha. Era una escuela pequeñita con unos 15-20 niños de entre 4 y 12 años. Alli les ayudabamos con la enseñanza basica de matematicas e ingles. No tengo mas que palabras de gratitud y recuerdos imborrables de los dias pasados en la escuela, los niños siempre contentos, siempre agradecidos y siempre con la sonrisa en la en la cara. Las profesoras dandonos una leccion diaria de vida, lucha y altruismo, no pueden ser mas encantadoras….
Estuvimos 15 dias en la casa de voluntariado arropadas por Jitesh, Shiva y su mujer Kajal. Nos cuidaron, nos ayudaron, nos aconsejaron y nos integraron en la vida de la india. Gracias Shiva por ser tan gran persona y por dejarnos entrar en tu familia compartiendo con ellos grandes momentos y grandes experiencias.
Volvimos a casa con la sensacion de haber aprendido mas que haber enseñado. Volveremos algun dia porque os echamos de menos
No puedo dejar de mencionar a mis compañeras de la casa de voluntarios: Alejandra, Meron, Estel, Cristina, Ana y Alba, personas entrañables con las que vivimos y compartimos el dia a dia y que nunca olvidaremos. También os echamos mucho de menos.
Gracias
Mireia
Mi experiencia en el centro de atención diaria en San Ramón con Cooperating Volunteers fue
muy gratificante para el alma. En un principio pensé que tal vez no fuera a estar capacitada, ya que
me asignaron el grupo de bebés y no tenía ninguna experiencia con niños de tan corta edad.
Los primeros días fueron un proceso de adaptación sobre todo para conocer a cada bebé y entender
sus necesidades sin que sepan expresarlas con el habla, y para habituarme a la rutina diaria (horarios
de las 4 comidas que se ofrecen a los niños, las clases didácticas, recreos, etc)
Las compañeras fueron muy cooperativas y amables en todo momento mostrándome como y
cuando se realizaban las actividades en el centro. A todas ellas y a todos los niños del centro, los
llevo en mi corazón para siempre.
Las tres semanas pasaron finalmente demasiado rápido y a pesar de que al final del día estaba muy
agotada, me iba a la cama feliz y con ganas de volver al día siguiente y dedicar mi tiempo a los niños.
Recomiendo a todo el mundo que contrate el voluntariado por lo menos 4 semanas porque no se van
a arrepentir.
El soporte de nuestro coordinador, fue muy importante y de gran
ayuda en cada momento. Sobre todo la reunión semanal es muy útil para los voluntarios ya que
Ronald nos indicaba como viajar al lugar que fuéramos a visitar ese fin de semana.
En cuanto a las comidas (desayunos y cenas) que se ofrecen como manutención, tengo que elogiar a
mi querida Virginia porque cocina delicioso. Tanto los desayunos como las cenas eran riquísimos.
Los dormitorios están muy bien equipados con todo lo que se necesita, incluida cuenta de Netflix
para ver películas, aunque con paciencia, ya que la conexión de internet en Costa Rica no es tan
rápida como a la que estamos malacostumbrados. Estos están situados en una zona
residencial muy tranquila de San Ramón. San Ramón es un pueblo seguro, pero sin pasos de cebra.
En definitiva, volvería a repetir la experiencia sin ninguna duda. Costa Rica es un país impresionante
bello, muy seguro, con una naturaleza maravillosa y personas de gran corazón.
Nicaragua ha sido una experiencia inolvidable. Pensaba que mi objetivo en este viaje era ayudar a los demás pero resulta que yo también he aprendido mucho de todos ellos.
Al comienzo tenía un poco de miedo y me venían a la cabeza preguntas como : “¿y si me pasa algo?”, “y si tengo que ir sola y es peligroso?”… pero todas aquellas dudas y miedos desaparecieron cuando ví que la organización me tenia totalmente controlada y se preocupó en todo momento de mí.
Me sentí muy cuidada no solo por la organización sino también por la familia en la que me alojé. Me trataron como si hubiese sido un miembro más de la familia y hoy día seguimos teniendo contacto.
En definitiva, decir que pensaba que iba a ayudar, a conocer gente nueva, a tener una nueva experiencia… pero he vuelto con la sensación de haber ganado mucho más que eso. He conocido a gente que se ha convertido inolvidable para mí y experiencia que jamas podré olvidar.
Ha sido sin duda una de las mejores decisiones de mi vida.
Hace más o menos 15 días, volví de una experiencia que no olvidaré jamás, pues estuve colaborando en una guardería en Quito (Ecuador).
Para qué mentir, el primer día lo pasé bastante mal, pero simplemente por el hecho de que era un cambio abismal en relación a mi cultura (española). Tuve una acogida magnífica, la familia con la que viví me hizo sentir como en casa, en ningún momento me pusieron malas caras, y eso que me acompañaron varios días a visitar el centro de esta ciudad y varios barrios… que por cierto, todo increíble!!
En la guardería otro tanto de lo mismo. Desde el minuto 1 me integraron de maravilla y los niños… creo que si pudiera me hubiese traído a todos. No tiene precio ver la cara de felicidad en cuanto les das una mínima muestra de cariño, te pones a jugar con ellos o les lees un cuento.
Creo que todo el mundo debería hacer, por lo menos, 1 viaje así en la vida, es una experiencia tan bonita y enriquecedora… Sin duda alguna que repetiré en algún otro país, pero esta vez me gustaría ir acompañada, ya que en este viaje fui sola y bueno, pues todo se disfruta más cuando vas con algún amigo o conocido.
Era la primera vez que hacia un voluntariado y lo recomiendo al 100% a cualquiera que pudiera estar pensando en hacerlo, porque da igual a lo que te dediques si te gustan los niños.
En la escuela todos eran un encanto, era imposible no entrar en clase con una sonrisa cuando vienen corriendo a abrazarte, son muy cariñosos y estoy encantada de poder haber sido su maestra por un mes.
La gente del pueblo es genial. Todo el mundo te regala un “Buenas” por la calle, sin conocerte. Es gente amable y muy buena, con ganas de hablar y compartir tradiciones nacionales. Anécdotas, era difícil no acabar cogiéndoles cariño. Por eso la estancia de un mes se te hace corta y los últimos días querrás alargarlo otro mes más. Sé que si puedo volveré, ya que fue una experiencia increíble.
Cada día en India es una nueva oportunidad para crecer como persona, para descubrir su cultura y sus valores, para conocer a personas que te marcan, para vivir mil aventuras!
Estuve en una escuela dónde los niños eran adorables y tenían muchísimas ganas de aprender. Ellos, sin dar-se cuenta te dan pequeñas lecciones cada día…Es increíble lo mucho que reconforta estar con ellos día a día.
Fui allí con mucha ilusión y gracias a Jitesh, Shiva, Kajal, los conductores de tuk-tuk, los niños y mis compañeros han hecho única esta experiencia.
Poder convivir rodeada de gente como ellos me ha enriquecido y me ha hecho muy feliz. Adoro el hecho de que allí aún tienen muchos de los valores de los cuales aquí ya no todos les dan importancia, la forma en la que te abren las puertas a su mundo de forma incondicional, la manera en la que continuamente se preocupan por que tengas todo lo necesario y estés bien, me brindaron la oportunidad de crear maravillosos recuerdos con ellos y estoy muy agradecida.
No puedo evitar añorar todo aquello…
Sin duda India siempre estará en mi corazón.
El mes pasado hizo un año de mi experiencia como voluntaria en Jaipur, India. Es verdad que mi comentario llega ligeramente tarde, pero como dicen: mejor tarde que nunca.
Si no he comentado antes no es por falta de ganas, ni mucho menos, sino de palabras para expresar la experiencia que viví durante el més que estuve allí. Para mí fue y un año más tarde lo sigue siendo una de las experiencias que siempre recordaré y que seguro repetiré algún día.
India es un país completamente diferente a lo que uno puede estar acostumbrado cuando nace con el privilegio de vivir en una ciudad como es Barcelona. Podría estar todo el comentario hablando de las diferencia entre los dos países y las culturas que se encuentran en ellos pero en mi opinión la palabra que define India como lugar es lleno. Es un país lleno, lleno de vida, de color, de olores, de ruido y, sobretodo, de contrastes. Y la gente no iba a ser diferente, también están llenas. Las magníficas personas que trabajan allí y se ocupan de que tu estancia sea lo más agradable y placentera posible, como son Jitesh, Shiva o Raja entre muchos otros, lo consiguen con grandes creces. Son gente llena de vitalidad y hospitalidad. Gente que en seguida te hace sentir como en tu casa.
Por mi parte, participé en el proyecto de mujeres (Women Impowermen). Iba allí con la intención de enseñar y dar todo de mí a aquellas mujeres que pasan las tardes, mañanas y días juntas y creo que al final fui yo la que aprendió y recibió más de aquella experiencia. Gracias a todas por compartir vuestro tiempo y costumbres conmigo.
Si bien empecé tan solo con ese proyecto, a mis últimas dos semanas les añadí también el proyecto de la escuela, dónde compartí agradables y entrañables mañanas con los niños de la escuela de la misma ciudad y las profesoras que se encargan del lugar.
No cabe la menor duda de que es un voluntariado que recomiendo totalmente y que animo a todo el mundo a considerar como opción.
Thank you so much for everything and keep doing what you do because you’re doing an amazing job!
¿Qué decir del voluntariado? repito seguro, es una experiencia única. Me llamo Irene soy de Barcelona y estuve de voluntariado en Chame, Panamá, con el programa del voluntariado con niños con discapacidad.
Es una de las mejores experiencias que he realizado, el cariño que te dan los niños, la gente del pueblo que te da lo poco que tiene, y es más de lo que puedes pedir. Levantarte temprano para ir al colegio o a las casas a dar refuerzo y ver esas sonrisas al verte entrar por la puerta, recibir el abrazo más fuerte que nadie te puede dar, tu vas a buscar una experiencia y recibes otra completamente distinta nada de lo que estabas esperando, vas pensando que pasarás dos semanas ayudando a gente que lo necesita, enseñándoles lo que sabes… pero a la hora de la verdad son ellos los que te ayudan a ti, te demuestran lo mucho que puedes hacer con lo poco que tienen, las ganas de vivir y de aprender que tienen con apenas 5 años, la forma de luchar por un sueño, te enseñan a apreciar la vida desde otro punto de vista, sin duda sacan lo mejor de ti, y te dan más de lo que esperabas. Es una experiencia que hay que vivir mínimo una vez en la vida. Gracias por todo!
Mis tres semanas en Camboya han sido extraordinarias. Estuve en un orfanato dando algunas nociones básicas de castellano a niños y niñas de entre 5 a 17 años, pero la variedad de edades no supuso ningún problema ya que era solo una base y tenían bastante nivel de inglés, cosa que hacía todo más fácil. Nada más llegar me sentí de lo más acogida por quienes llevaban el centro, y todos los voluntarios que llegábamos conectábamos de forma instantánea con los niños, que son de lo más cariñosos y desprenden diariamente una energía de lo más enriquecedora.
Además, todos los voluntarios que coincidimos en la Guesthouse hicimos mucha piña, haciendo que la experiencia fuese aún más enriquecedora, y que aún se me haga difícil no seguir allí con nuestros niños y descubriendo este país tan maravilloso.
Antes de empezar el viaje, leía en todas partes como Camboya se caracteriza por ser un país donde la gente es de lo más encantadora, y después de haber estado puedo afirmar totalmente que como su sonrisa y amabilidad constante hacen que sea un país tan recomendable de descubrir.
Solo puedo decir que ha sido la aventura más maravillosa del mundo, desde el momento en que llegué a Siemp Reap me sentí en casa. Pensando un poco egoistamente este mes me ha cambiado la perspectiva y la forma de ver las cosas, he recordado qué es lo importante, que a pesar de las circunstancias siempre se puede ser feliz y que contra todo pronóstico si uno le pone ganas, fuerza y valor se pueden hacer las cosas de una manera diferente. Todo el amor que puedes darles es poco, porque para los niños con los que he trabajado en el orfanato una simple sonrisa es vida, todos y cada uno de ellos consiguen quitar lo mejor de ti. Siem Reap enamora y su gente no puede ser mas agradecida.
En mi caso realicé un voluntariado en Costa Rica con el proyecto de atención diaria, que se encarga de ayudar a niños de familias desestructuradas o con escasos recursos en alimentación, educación, ambito social, etc…
Desde el comienzo del viaje tuve apoyo por parte de mi coordinador para enseñarme la ciudad y sus costumbres y adelantarme mi trabajo en el proyecto, lo cual me permitió que durante toda mi estancia pudiera desenvolverme sin ningún problema por San Ramón, así como integrarme con su gente.
En el proyecto traté de ser util en cualquier aspecto en el que se requiriera ayuda, ya fuera realizando actividades con los niños, ayuda en la cocina, limpieza de instalaciones, preparación y participación de eventos…
En cuanto a la casa donde habitamos los voluntarios puedo destacar que coincidi con dos voluntarias, ambas de otro pais de origen diferente al mío con las que pude entablar una bonita amistad, puesto que compartimos buenos momentos tanto dentro de la casa como haciendo actividades en nuestros momentos libres.
Durante el fin de semana que tuve libre me dedique a visitar los paisajes de La Fortuna ( recomendable visita a los volcanes) y hacer actividades de aventura en Monteverde ( zipline desde 200 m de altura disfrutando del verde lienzo del país).
Lo más duro de esta experiencia fue tener que finalizarla y despedirme de tantas personas que me acogieron como una más, me enseñaron otro estilo de vida y otra realidad. Ademas de todo el cariño que me llevo, me voy con la mente muy abierta y dispuesta a ser otra persona diferente, mas humilde y mas dispuesta a los demás.
Espero que te sirva a modo de resumen porque me podria pasar horas escribiendo la cantidad de cosas que he aprendido y experimentado en tan poco tiempo. Adjunto algunas fotos, en algunas sale mi hermano también ya que realizamos juntos el voluntariado.
Viajar a Jaipur este verano para realizar un Voluntariado de Enseñanza ha sido una de las mejores decisiones que he tomado nunca. Desde el primer día Jitesh, Shiva y Kajol me abrieron las puertas de su casa y me acogieron como una más de la familia. Ha sido sin duda una experiencia muy reconfortante, en la que recoges más de lo que das. Unos días muy intensos, llenos de emociones, intercambio cultural y de aprendizaje.
Los niños con los que he trabajado son un amor, muy alegres y llenos de ilusión. Hicimos matemáticas, inglés y dibujar y pintar con colores, que les encantó!
Dos semanas se pasan volando y desearía haberme podido quedar más tiempo, sobretodo cuando estás rodeada de gente tan buena… les voy a echar de menos…Espero poder repetir el año que viene!
Hola! Soy Júlia de Barcelona y tengo 22 años. Este verano he estado 3 semanas de voluntariado en Cambodia dando clases de Inglés en un orfanato junto con dos amigas y con mi madre. Es el tercer año que me voy de voluntariado con Cooperating Volunteers, hace dos años fui a la India (Jaipur) a hacer de profesora también y el año pasado a Uganda a un hospital. La experiencia de realizar un voluntariado me encanta y por este motivo lo he realizado durante 3 años seguidos y ya me estoy pensando donde realizarlo el año que viene ! Este año en Cambodia como profesora ha sido una experiencia increíble porque los niños eran super cariñosos y con muchísimas ganas de aprender. No sólo dábamos clases de inglés sino que también jugábamos con ellos, les ayudábamos a la hora de comer, con los deberes, etc. En sólo 3 semanas creamos un vinculo super estrecho con los niños que no sólo necesitan a alguien que les de clase sino también alguien que este por ellos y les de cariño, y la verdad es que el último dia no queríamos irnos. Sin ninguna duda es una experiencia super recomendable porque conoces una cultura nueva desde dentro, y aprendes muchísimo del mundo real. No sólo ayudas a la gente que vas a ayudar sino que ellos te ayudan mucho a ti y te enseñan mucho. Sin ninguna duda espero poder repetir el año que viene !
Para mi, este voluntariado ha sido una gran experiencia. Puede quedar muy cursi, pero las niñas y los niños del voluntariado y todos los que he conocido por las calles de Siem Reap me han robado el corazón.
Me ha encantado Asia y su gente.
Otro año repetiré en otro país y en otro continente.
Pero estoy segura que voy a volver a Siem Reap, Camboya, porque este país me ha enamorado.
Mi nombre es Unai tuve la oportunidad de poder estudiar en Ciudad de México durante 6 meses y aprovechar el último para colaborar con el Centro de Agroecología y Sustentabilidad.
Es un centro con casi 9 años desde su fundación, el cual esta asentado en lo alto de un cerro sobre el pequeño pueblo de Tzimol y esta formado por un gran huerto, cabañas de adobe y de madera con capacidad para 6,7 personas,aseos secos(no se usa agua, se utiliza ceniza),duchas solares y comedor.
Los fundadores y el equipo del centro son personas muy simpáticas, luchadoras y comprometidas con el medio-ambiente. Por lo normal suele haber entre 15-20 personas viviendo allí pero en Verano, al llegar estudiantes mexicanos que vienen a realizar su asignatura de Servicio Social, alcanzamos casi las 50.Todas las personas tenían asignada sus responsabilidades
El centro ofrecía desayuno, comida y cena. Realmente buena, saludable y nutritiva. En la noche la cena se hacía por equipos
.
Mi colaboración se centró en el área de la agricultura. Desde las 6:30 hasta las 14:00 el trabajo era constante y a veces pesado y cansado. Las actividades son las habituales que se llevan a cabo en el campo como: abonar, regar, plantar,cosechar, fabricar maceteros con objetos reciclables… El resto del día y los fines de semana eran libres. Hay lugares naturales espectaculares muy cerca que no puedes dejar de visitar como: La Laguna de Miramar, cascadas, cenotes…
Este mes ha sido una gran aventura para mí. Por una lado el hecho de salir de tu zona de confort te permite crecer a nivel personal tanto psicológicamente como emocionalmente. Nunca había trabajado en el campo, por lo que pude aprender mucho de esto y entender la lucha, la paciencia y el optimismo que se necesita para trabajar aquí. Por otro lado, descubres un lugar totalmente diferente. Un pueblo sencillo y humilde donde todos se conocen y con una cultura y costumbres muy tradicionales.
Recomendaría este lugar si te gusta la naturaleza y el medio-ambiente, podrás aprender técnicas para respetarlo y cuidarlo y estar en contacto con él. Además, Chiapas es una zona de México muy especial y hermosa que te encantará cuando la conozcas
Un fuerte abrazo a todo el equipo!
Hace una semana que volví de Kenya y todavía no me creo que ya no esté allí. No se puede describir con palabras el cariño que he recibido por parte de todos los niños del orfanato, la sonrisa que nunca borran del rostro, la alegría que desprenden, las ganas de vivir que tienen… Son ejemplares en todos los aspectos. Sin querer, día a día, te dan una lección de vida, pues son niños que no tienen nada y te lo dan todo.
Creo que realizar un voluntariado es una buena oportunidad para ponerse a prueba a uno mismo, saber dónde están tus límites y, sobre todo, valorar realmente lo que tenemos. Si te lo estás pensando, no dudes dos veces en dar el paso; te aseguro que no te arrepentirás!!
Sin duda, es una experiencia que me ha dejado huella y que no voy a olvidar nunca. Cada persona con la que me he encontrado en este viaje, me ha aportado algo nuevo. Granito a granito, se construye una gran montaña de arena.
Gracias a Cooperating Volunteers por haber hecho posible que se cumpliera uno de mis sueños.
Hace casi tres meses que volví de Etiopía y aún me despierto muchas veces pensando que sigo ahí.
Mi nombre es Ada, tengo 20 años y estudio Filología Inglesa en la Universidad Autónoma de Barcelona. En febrero de este año sentí que debía hacer un cambio en mi vida, ya que estaba muy agobiada con los estudios y necesitaba sentirme útil. Al tener una hermana adoptada de Etiopía, era muy consciente de la situación en la que se encuentra este país y pensé que si quería hacer un voluntariado, este sería el mejor lugar.
Encontré la página de Cooperating Volunteers muy rápido, y la verdad es que no puedo estar más contenta del trato que recibí y de la experiencia que viví gracias a ellos. La principal labor de la ONG en Etiopía, es proporcionar tres comidas al día a los niños, así como ayudarlos proporcionándoles material escolar, ropa etc. Yo me alojé en Casa Ankelba, situada en Holeta a unos 40 km de Addis Abeba. Un pueblecito lleno de niños que necesitan ayuda y llenos de amor. Desde el primer día todo eran sonrisas, abrazos y mucho mucho amor. Ya que estudio Filología Inglesa para ser profesora, intenté ayudar a los niños con los deberes y enseñarles todo lo que pude. Aunque los mayores tenían mucha vergüenza! Pero creo que al final algo hicimos!
Además de estar con los niños, darles las tres comidas, mirar películas y jugar, a veces íbamos con las demás voluntarias y algunos niños al pueblo a tomar batidos y dar una vuelta por el mercado, a ellos les encanta. También hacíamos excursiones al río y por los alrededores de Casa Ankelba. Aunque es una experiencia dura, ya que la realidad de ahí lo es, repetiría el año que viene sin ninguna duda. Es una experiencia que no se te olvida, y que pase lo que pase en tu día a día, os bien aseguro que os acordareis de ellos en cada momento! También tengo que decir, que yo personalmente tuve un problemilla con el visado, pero por eso mismo estoy súper agradecida al equipo de Cooperating por la ayuda y por solucionarlo todo lo más rápido que pudieron. Como ya he dicho, espero volver el Abril que viene otra vez.
Así que un abrazo al coordinador Ficru, a las dos cocineras y a todos los niños, nos vemos pronto!!
Soy Laia, ya hace unos dias que volvimos de Kenia. La experiència no pudo ir mejor.
Ya echo en falta estar rodeada de niños todo el dia y contagiarme de su alegria y vitalidad. Más que aprender ellos de mi, yo he podido aprender de ellos cosas mucho más valiosas y importantes para aprender a disfrutar y aprovechar la vida y todos sus pequeños momentos.
La gente muy cercana y dispuesta a ayudarte en todo momento, siempre alegres y con ganas de aprender de tí.
El país otro mundo aparte, con las comodidades justas para aprender a valorar las muchas que tenemos en casa y tampoco hacen tanta falta.
Aquí te dejo unas pocas fotografias del viaje que pueden ser de tu interés!
Un beso y hasta la pròxima aventura!
Laia.
El verano pasado decidí realizar un voluntariado en la Índia. Después de buscar por Internet varias opciones decidí que por la organización, el tiempo de voluntariado y por la seguridad que despertó en mi esta organización, ya que viajaba sola, Cooperating Volunteers era mi mejor opción y no me equivoqué.
Llegué a la Índia a Jaipur concretamente, muerta de sueño y conocí a mi querido coordinador y a mi querido conductor que me llevaría todos los días al orfanato dónde realizé mi voluntariado. La pronunciación del inglés era rara y hacía mucho calor, pero des del minuto uno me sentí como en casa, aunque estaba a muchos quilómetros.
Ha pasado ya un año pero aún recuerdo las caras de los niños cuando llegué el primer día al orfanato, tenían muchas ganas de aprender, de saber, de conocer, sus caras y sonrisas eran totalmente sinceras y transparentes. Hacíamos inglés, “english letters”, matemáticas y jugábamos mucho. Me preguntaron como me llamaba, cuando les dije Lidia, no sabían ni cómo lo podían pronunciar, aunque lo aprendieron a escribir y, mi último día se lo escribieron en el brazo y en sus mochilas.
Las personas que tejen la organización en la Índia son las que realmente llevan a la práctica el espíritu de la propia organización y la hacen tan especial. Tanto el coordinador como el conductor del proyecto me hicieron sentir tal y como decía, como en casa y parte de su familia y compartimos muchos momentos que todavía recuerdo, muchas charlas y, su actitud respecto a los voluntarios es impecable.
Es muy difícil narrar todos los sentimientos y sensaciones que la Índia despertó en mi y todas las personas que conocí despertaban en mi una complicidad mágica. Después de vivir este voluntariado cambiaron muchas cosas en mi pues, pienso que la Índia es un país mágico que saca lo mejor de cada persona.
Recomiendo a todo el mundo que haga un voluntariado en su vida, da igual qué país escoja, personalmente recomendaría la Índia, pero yo ya me estoy mirando el próximo, por supuesto con la misma organización ya que, aunque viajaba sola no me sentí sola en ningún momento porque tanto allí como des de aquí estuvieron pendientes de cómo estaba en todo momento.
Muchas gracias por todo a todas las personas que forman parte de Cooperating Volunteers.
Buenas a todos! Quiero expresar que realizar este Voluntariado en mi caso en Uganda, Fort Portal fue una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. ESA GENTE LLENA EL ALMA! Donde la humildad y sencillez abundan y es lo que tanto nos hace falta a todos o a muchos! Recomiendo 100% !! y Agradezco a Coop. Vol. por ser la intermediaria de esta fantastica experiencia y que no nos hizo faltar nada y nos atendieron como uno mas de ellos! GRACIAS POR TODO!!
Mi voluntariado fue en el orfanato de Fort Portal, Uganda, es una experiencia que recomiendo 100%. Hacía mucho tiempo que quería hacer voluntariado, y África me llamaba especialmente la atención, tenía muchas ganas de conocer su cultura, su gente… pero estas son una de las decisiones que o te lanzas o no te lanzas, y yo me lanzé, al mes ya estaba en el aeropuerto de Barcelona, era la primera vez que salía de España y sola, pero no le hize caso al miedo y me fuí a disfrutar al máximo de todos los momentos que me daría ésta aventura que viví en dos semanas. Fuí con la idea de ayudar y de al volver a España, valorar todo que tenemos y que el día a día no damos importancia, y para mi sorpresa no fue así! A la que ayudaron fué a mi, y aprendí que no se necesita tanto para ser feliz, y que el mejor saludo es una sonrisa.
Durante el viaje, que era lo que me dava más apuro, puedo decir que no se me hizo nada pesado, porque ves tantas cosas por el camino y todo tan diferente a lo que estás acostumbrado a ver que no te das ni cuenta y llegas a tu destino.
Lo único negativo que puedo decir es que le cojes tanto cariño a los peques que luego cuesta tener que asumir que tu tiempo allí ha acabado y les tienes que decir adiós…
Pero bueno, me quedo con todo lo vivido y con las personas maravillosas que conoces.
Galápagos, un templo de la naturaleza… Ideal para amantes de la flora y fauna, terrestre y acuática.. Los conocimientos adquiridos, la experiencia ganada, observar la fauna en su propio hábitad natural, ver como se mueven, como viven, como se alimentan, como duermen, no existen palabras para describir semejante experiencia de vida…
Los trabajaos a diarios para contribuir a a la conservación de la isla, fueron muy bueno, y con un grupo muy unido, lo que genera que los dias laborales sean mas lindos aún..
La familia que nos albergo, Lucía, Eduardo, Daiana, muy buena gente, simpatica,humilde,solidaria y muy compañera.. Todos los dias nos servían su comida tipica del lugar, entrando en su cultura gastronómica exquisita.
Hola!
Yo escribo aún desde Vietnam, aún me queda una semana para terminar mi programa de voluntariado y la experiemcia está siendo increíble.
La acogida ha sido fabulosa, aquí tienen mucha iniciativa por el voluntariado. Llevan a cabo varios programas, tanto para gente de aquí como para la de fuera.
Yo estoy compartiendo voluntariado con otra chica española y con tres chicas de Vietnam, que pasan con nosotras el día. Es un lujo tener la compañía de gente del país, que conoce los lugares, te ayuda con la comunicación y te enseña su cultura. La verdad es que son unas chicas encantadoras y divertidas, y nos han dado mucha confianza de por dónde ir, qué comer, hasta de cómo elegir la fruta.
Respecto al programa en sí, ¡qué decir! Estoy dentro del programa de cuidado de niños con necesidades especiales. El tiempo con ellos es increíble, siempre te reciben con su sonrisa, dispuestos a jugar, a bailar, a cantar,… a reir y compartir esa alegría contigo. Cada uno a su manera, participando en aquello que puede y sorprendiéndote a cada momento.
En resumem, una linda experiencia con mucha calidad humana.
Gracias por hacerlo posible!!!!
Besos
Ánimo Chic@s, si queréis vivir una experiencia inolvidable, no dudéis e ir a la India. Yo estuve en Jaipur, y como a casi todos, esta experiencia te marca y te cambia de por vida. Jitesh, Shiva, Raja…entre todos hicieron la estancia muy facil y amena. Desde mi vuelta, que hace ya casi seis meses, no hay día que no me acuerde de la india, de aquel orfanato..donde la humanidad recobra de nuevo sentido, y digo humanidad porque allí donde apenas nada tienen, tienen un corazón enorme y mucha humanidad, algo que hoy en dia en occidente..cada vez es menos común. Durante mi estancia en Jaipur, todo fue una enorme y grata sorpresa, así como una experiencia muy enriquecedora. Yo me fui solo, y la semana que estuve, prácticamente estuve solo, pero en ningún momento tuve la sensación de soledad, ya que tanto Jitesh como Raja como Shiva y toda la familia, estuvieron muy atentos a mi. Después de mi estancia en Jaipur, me fui a recorrer el norte de la India yo solo, y os puedo garantizar que fue increíble!! Conocí lugares maravillosos, gente increíble y me fascinó cada uno de los momentos que recorrí la India. Si te animas a hacer un voluntariado, luego puedes recorrer también parte de la india..y lo fliparas!! Yo cogi mi mochila, salí de este mundo donde creía que teníamos de todo, y después de mi estancia en la india, me vine tan lleno, tan cargado de bellas emociones, que todo lo que me traje no cabe ni en una maleta, ni en una mochila. Recomendable cien por cien
Mi experiencia en Jaipur se ha convertido en un punto de inflexión en mi vida.
Es raro que uno se sienta en casa en el otro lado del mundo tan solo unos días después de aterrizar. Shiva y Jitesh se convirtieron en hermanos y confidentes e hicieron mi estancia fácil, llena de cariño y mucho humor, pero mucho mucho. Sus familias son increíbles, llenas de alegría, muy dulces y siempre acogedoras. Tengo la intención de volver para visitarles y darles unos cuantos achuchones más que me quedaron pendientes.
Y qué decir del orfanato en el que estuve. Me enamoré de cada uno de los chavales con los que pasé todo aquel tiempo, jugando, bailando y riéndome. Son encantadores, tienen una fuerza tremenda y muchas ganas de compartir. Te reciben con los brazos abiertos y te rompen el corazón cuando te dejan marchar.
Me siento afortunado por haber vivido esta aventura, bien bonita y cargada de mucho amor.
También, mencionar a mis compis de viaje con las que compartí momentos inolvidables, gracias chicas: Angie, Ana, Inma y Anita, entre motherchoc, chochones y amore, mucho amore.
La experiencia que viví en la India sin duda me cambio la vida! Ya mas de un mes que termine mis cuatro semanas en el voluntariado pero aun recuerdo todas las sensaciones, personas y experiencias desde el primer día.
Desde la llegada Jitesh, Shiva (su familia), Baba y todos nos hicieron sentir como en casa y nos trataron como parte de su familia! me parecía tan increíble como apenas con unas horas de llegada y me encontré con gente tan linda sencilla y de buen corazón! Durante toda la estadía (y aun después) están siempre ahí con una sonrisa y esforzándose para que la experiencia sea aun mas linda.
Algo muy cierto es que los primeros días y las primeras impresiones en la India son tan fuertes e intensas, imposible de explicar verdaderamente! Todo es bastante diferente, nuevo e intenso pero realmente bastan unos días para acostumbrarse y encariñarse con la loca rutina de allá.
Mis cuatro semanas las pase en el orfanato y aunque al principio pensé que seria difícil comunicarme o hacerme entender con los niños (ya que su nivel de ingles es bajo o nulo) resulto siendo algo natural y espontáneo pues son seres con tanta ternura y alegría que no hacen basta palabras para entenderlos y sentirlos.
Su felicidad es pura y solo el hecho de ver que alguien vaya ahí por ellos les alegra y motiva. Con las otras chicas tratamos de ayudarlos y enseñarles lo mas posible pero sin duda ellos nos enseñaron mas! Cada día nos asombraran con algo nuevo.
Definitivamente recomiendo esta experiencia! La India es un lugar que se ganó mi corazón en todas las maneras posibles. Creo que nunca había conocido gente tan sencilla tan feliz y humilde. Aprendí muchísimo de cada persona que conocí, donde sea que íbamos nos sonreían nos hablaban y se abrían en un par de minutos. Además, tuve la suerte de pasar otras 3 semanas después del voluntariado viajando por India y aun así ese tiempo no se me hizo suficiente para disfrutar de todo lo que este país ofrece.
Agradezco a todas las personas que fueron parte de mi experiencia e hicieron que esas semanas allá se volviera en las mas lindas e impresionantes de mi vida!
Extraño mucho todo y Espero lograr volver pronto!
Hace unos pocos dias que se acabó nuestra aventura en la India y se echa de menos en muchos sentidos.
Hace ya un tiempo que tenía muchas ganas de hacer un voluntariado y cuando fuimos a ver a Angie nos animo para ir a India! Gracias Angie por hacerlo ☺
Desde el primer momento que llegamos Jitesh, Shiva, Raja… y todos, nos han hecho sentir como en casa y nos han ayudado en todo momento! Y la organizacion es excelente. Han sido nuestra familia india jejeje
Uno de nosotros enfermó y estuvo ingresado dos dias. No tengo suficientes palabras de agradeciemiento para Shiva y Jitesh que se portaron MARAVILLOSAMENTE en todo momento. Y gracias a Albert y Angie que desde España se preocuparon.
La experiencia en el orfanato ha sido increible! Los niños desde el primer momento te ofrecen todo su cariño y aunque haya barrera idiomatica, pero con una sonrisa y una mirada te lo dicen todo.
Recomiendo vivir una experiencia así!!
Varios días después de volver de India aun tengo la sensación extraña de no estar allí, todo es tan diferente y al vez tan especial que siento que en mi siempre habrá una parte India y de Jaipur. Realicé mi voluntario durante el mes de Mayo (pleno verano allí, con unas temperaturas bastante elevadas; sin embargo la casa de voluntarios cuenta con aire acondicionado y wifi) Desde España, en Barcelona, nos pusieron en contacto a los voluntarios que íbamos en las mismas fechas incluso para cuadrarlas y sacar los billetes de avión. En seguida nos hicimos más que compañeros de voluntariado, hecho nada difícil teniendo en cuenta que todos mis compañeros eran maravillosos. Nada más llegar a Jaipur vinieron a recogernos Jitesh (el coordinador) y los “tuctuc-eros” como los llamábamos nosotros, Rasha, Baba y Umar en seguida empezaron a formar parte de nuestro pequeño grupo. Nada más llegar a la casa allí esta Shiva, en ese primer momento casi no se notaba su presencia, prudente y espesante para todo lo que pudiéramos necesitar. Yo realicé mi voluntariado conviviendo con 9 más, un total de 10 que íbamos juntos a todas partes, pasamos a ser una familia. Empezamos los programas de orfanato, colegio, mujeres y yo el médico durante la primera semana, posteriormente realicé orfanato. Tanto en uno como en otro me sentí genial. Los niños del orfanato dan la vida, sin duda recibes mucho más de lo que puedes dar, son ejemplo de vida y de felicidad. Cada día me levanta con una sonrisa en la cara pensando que iba a ir a verlos. El baile y la música es un hilo conductor en todos los niños y mayores, aprendimos a sentir la música y a expresarnos a través de ella. Me enseñaron que solo con mirar a alguien a los ojos sabes si está bien o mal y sientes el “good feeling”. In INDIA ALL IS POSSIBLE, es la frase que más hemos escuchado y repetido en este tiempo allí, y era verdad, y tanto que era verdad… Es muy difícil expresar con palabras todo lo vivido allí, cada paciente que te mira y sonrie, cada niño que te dice no te vayas, cada gesto verdadero.
Nada de esto habría sido igual sin la gran familia que no cuidaba y acogía en Jaipur. Papa Shiva siempre pendiente de todos, incluso me llamó en mitad del voluntario por un pequeño incidente el día anterior, para comprobar que todo estaba bien. Cada mañana venía con su mujer y ver que estamos bien, la comida era correcta, y nos llevaba a los programas. Nos aconsejaron en todo momento donde ir y como en el tiempo libre, incluso nos facilitaron los medios. Nos sentíamos como en casa, siempre respaldados y cuidados, el good feeling era más de evidente dentro de la casa. Incluso nos invito a todas las voluntarias a cenar a su casa con su familia, fue muy especial.
Jitesh se encarga más de aspecto logístico y organizativo pero siempre con una sonrisa y buen trato. Baba y Rasha siempre disponibles para llevarnos donde hiciera falta con sus canciones y bailes, intentando hablar con español no tenían desperdicio.
El día de la despedida fue uno de los bonitos allí, los niños del orfanato incluso se emocionaron, nos daban las gracias por el tiempo empleados, por los juegos y las clases, y nosotras no podíamos dejar de pensar: gracias de que? si sois vosotros los que nos habéis llenado de vida¡ Cada niño con su historia, cada niño con su sonrisa… Aún me emociono al recordarnos Deepak, Pawam, Jurasic.. y tantos más.
Sin duda ha sido una de las experiencias de mi vida y que volvería a repetir una y mil veces más.
Siempre había tenido curiosidad y una atracción muy fuerte por ir a la India pero con un sentido. Cuando encontré a esta organización todo se dio de una manera muy fácil, donde me sentí muy acogida desde el comienzo.
Fui en enero de este año al programa de orfanato y al de elefantes por un mes, y hoy tras 3 meses de mi estadía allá puedo decir es que es lejos la mejor y más maravillosa experiencia de mi vida. Todos los días me acuerdo de los niños de sus caras de alegría, de su cariño y entre, a pesar de sus contextos de vida muy difíciles. Para mí “mis angelitos” que me enseñaron lo importante de la vida, la alegría, la humildad y el amor que trasciende a pesar de lo que sea. Realmente me hicieron muy felices y espero haber ayudado a que pudieran seguir soñando. Escribo esto porque realmente me siento muy afortunada de esta experiencia y espero que muchas personas más puedan ser ser voluntarios y vivir esto que es realmente increíble.
Quiero dar las gracias infinitas al equipo de Cooperating Volunteers, a Angie que desde el comienzo con mails y en toda instancia estuvo preocupada de que con Mili( la otra voluntaria de Argentina, que nos llevamos increíble) nos sintiéramos bien y no nos faltara nada, a Jitesh el coordinador de India que también nos hizo sentir muy cómodas, y sobre todo a Shiva quien nos invitó varias veces a su casa a comer con su familia, lejos la mejor comida del mundo! jajajaj Realmente un papá para mí, nunca olvidaré cuando me acompañó al hospital y me espero en la camilla hasta que me dieran todos los medicamentos por vía venosa y me sintiera mejor. También quiero dar las gracias a Raya que era quien en su tuk tuk nos mostraba el encanto de la India. Gracias totales por permitirme vivir una experiencia que siempre tendré en mi corazón. un abrazo a todos!
Voluntariado en India
Al principio no tenía claro que destino escoger, finalmente decidí la India, y no me arrepiento.
Ha sido una experiencia única, gracias a Shiva y Jitesh, me he sentido como en casa.
He podido aprender muchas cosas sobre la India y su cultura, junto a ellos y su familia.
Mi proyecto era el médico, con una furgoneta íbamos por zonas rurales y zonas con menos recursos. Los componentes son muy buenos profesionales y hacen un gran trabajo.
Siempre recordaré muy positivamente este voluntariado, me ha hecho crecer y conocer a personas extraordinarias.
Me llevo un pedacito de la India conmigo, así como las ganas de volver.
Ana
My experience in Jaipur, India.
Although I decided to go to India as a volunteer I must recognize that I was afraid. I had a lot of prejudices from India and I didn’t feel excited before going there. But when I arrived there, all changed. I could see the real life and all my fears vanished. I don’t have words to explain how is this country and also how is the local people. They are very hospitable and very good people. They opened the doors of their houses and you become a member of their family without doing anything. In India family and friends are very important.
I worked in two projects. I made a programme in a school and another in an orphanage. Both projects were different but at the same time very useful. In the morning I went to a small school with a group of six or seven children from different ages. We studied and also we played games, sing songs, made gymnastics, and other activities.
In the afternoon I went to an orphanage. This group was bigger, about 30 children and were older, between ten and eighteen years old. In this group also we studied English, maths, geographic, and also played different games, dance, and make gymnastics inside the class because the couldn’t go out. On day, all the volunteer prepared an excursion to go to the zoo and they enjoyed a lot. I invested a lot of energy because the group didn’t have a good level of English but we always were able to understand each other.
The balance of the experience is very positive. I have learnt a lot things, from the children and also from the culture. I think I have taken more profit from it than the children. What I really most admire from them is their hospitality. In India is impossible to feel alone.
I want to mention all the local people that make me to fell as if I was in my own house: Chiva, Jithest, Suraj, Asha, Shephali, etc. I will never forget you. Thanks for all and see you soon.
Finally I want to say some words to the other volunteers;Jessica and Juan,without them it would not have been possible. THANKS!!
Mi Voluntariado en Nepal
Para mi siempre ha sido un sueño hacer un voluntariado internacional y yo quería hacerlo en Asia. El miedo de ir, el desconocido… pero hay que partir. Ahora.
Yo ha estado en Nepal por 3 semanas en un orfanato y en un centro de discapacitados. Algo que fue especial.
Todas mis inseguridades cuando llegué, las diferencias culturales y de hábitos se cayeron en un día en el momento que mi sentí integrada con todo. La vida en el orfanato fue como llegar a casa, acogida por todos con mucho cariño y amor. Me sentí como parte de esa familia, participando en todas las tareas del día a día: cocinar, limpiar, hacer los deberes con los niños, jugar con ellos… estar con ellos y con la familia.
El trabajo en el centro de discapacitados fue un placer. Yo traté de ayudar los profesores y los ayudantes con los niños en todas las tareas del día a día del centro. Toda la gente es muy amable y es muy fácil quedarse enamorado por los niños.
Estoy muy agradecida por esta viajen y por la experiencia. A Cooperating Volunteers lo agradezco muchísimo por todo lo apoyo, antes, durante y después. Es muy importante sentirlo, mismo que lejos.
Si tienes dudas en partir?
No tengas… te va a combinar muchissimo toda la experiencia, para siempre.
Tenía muchas ganas de viajar a la India y además de participar personalmente en un programa de voluntariado, como forma de aportar mi pequeño granito de arena en la ayuda de personas allí necesitadas, además de conocer en primera persona la realidad de aquellas tierras. Creo que tuve suerte al tener la oportunidad de ir en noviembre a Jaipur: El tiempo en esta época suele ser y fue genial, no hizo ni frio ni calor y tampoco nos llovió ningún día. Por otra parte en la casa donde nos alojábamos por ser temporada baja sólo estuve con dos personas más, Jessica y Cris de Barcelona que como era de esperar enseguida hicimos buenas migas formamos un buen equipo y, por lo que a mí respecta, la experiencia del voluntariado en general fue muy buena.
Me apunté a dos programas simultáneamente: el de TEACHING por la mañana y el del ORFANATO por la tarde. Quería aprovechar al máximo mi tiempo. Jessica y Cris también hicieron un tanto de lo mismo. Además los niños son muy agradecidos y te compensan con creces el esfuerzo y estrés que conlleva combinar ambos programas.
Todo ello fue posible gracias al equipo de Cooperating Volunteers… Aquí en España, antes de salir, Angie con muy buena predisposición me fue asesorando y despejando todas las dudas que me surgieron durante la preparación del viaje. Estuvo pendiente de mi, hasta el momento en que aterricé en Jaipur, y cuando lo hice, allí estaba esperándome Jitesh, el coordinador, junto con Chiva encargado de los transportes. Luego también conocí a Raja, Omar que forman parte del equipo de transportes… También a Mira y Behadur, nuestros cocineros… Todos ellos, se encargaron de todo para que sólo tuviéramos que preocuparnos de nuestro trabajo en los programas. Estuvieron pendientes de nosotros y nos trataron como amigos… Incluso nos invitaron una noche a cenar en sus casas… y también a una boda de un familiar de ellos, que se celebró en un lugar en medio de la nada a 60 kilómetros de Jaipur. Asistir a esa boda fue una experiencia muy singular y genuina… Fueron 15 días en los que aprendí más que lo que enseñé…
Sin duda alguna, el voluntariado que he hecho durante cuatro semanas en un orfanato de Ghana ha sido la experiencia más especial de toda mi vida.
Llegué sin saber muy bien con qué me iba a encontrar y al principio experimenté un shock cultural bastante fuerte, terminé mi estancia sintiéndome como una ciudadana más del país. Lo que más me llamó la atención fue la simpatía y la alegría que desprende la gente, sin tener prácticamente nada están mucho mas a gusto consigo mismos que en el primer mundo. Los niños del orfanato fueron muy cariñosos y me aportaron mucho más de lo que les pude dar, pues me dieron una lección de humildad y felicidad que jamás olvidaré! El personal de la casa, Annette y Naomi, fueron encantadoras en todo momento y se portaron genial con todos los voluntarios.
Muchas gracias Cooperating por esta oportunidad que me habéis dado!
El voluntariado forma parte de un intercambio cultural en el que ellos te enseñan cosas a ti, y se sienten fascinados por nuestra cultura, por ser tan diferente a la suya, y tu también aportas tu granito de arena. Bailes, manualidades, maquillaje, masajes… Cuando estás con las mujeres, e inglés y dulzura cuando estás con los niños.
Es una buena experiencia para aquellos que quieran ponerse a prueba a si mismos, y realmente aprendes a valorar lo que tienes, y ves que allí ellos con mucho menos que nosotros, son mucho más felices.
Así pues, pasar un mes en Jaipur ha sido una de las experiencias más increíbles de mi vida, sin duda. He conocido gente maravillosa, que es lo mejor que me llevo. Allí tienen un equipo estupendo que te hace sentir como en casa y te ayudan si tienes cualquier problema, cosa que se agradece muchísimo cuando estás tan lejos de casa. La gente de allí es tan cercana y tiene unos valores, que deberíamos de trasladar hasta aquí.
Yo he vuelto con una sensación de haber dejado una vida allí y unas personas que nunca desapareceran de mi corazón.
Miss you all.
Hace apenas 5 días que he vuelto a España en cuerpo, pero no en alma. He estado durante un mes en india, en Jaipur y no puedo describir todo lo vivido en palabras, lo intentare pero es dificil. La primera semana me costo un poco adaptarme por el gran xoque cultural, no sabes donde estas, te sientes deshubicado, pero esta sensación se va igual que viene. Todo es muy diferente, las calles, la comida, la gente y la vida en general. Estoy muy agradecido con cooperating porque me llevo muchas cosas, siento que he crecido que eso que dicen es cierto; me siento mucho mas rico interiormente. Jitesh es como mi hermano pequeño de allí, era el que te solucionava los pequeños
Problemas que podias tener, siempre estava sonriendo y siempre estava con nosotros igual que Shiva i Raja. Quiero darles las gracias a estas tres personas enormes de corazón no se como agradecerles que mi estancia en Jaipur haya sido el mes mas feliz de mi vida, todo se me queda corto. Shiva como
Mi hermano mayor, o padre, no podia mantener su corazón en en el
Pecho, me ha hecho sonreir en todo momento, ojala estuviera allí aun con ellos, los hecho mucho de menos. Raja, el mejor conductor de tuck-tuck no de la india, sino del mundo. Su conducción era la mejor que podias tener, todo el mundo queria ir con el, el más divertido, tenias que dejarlo fluir dejarle ser el. Me tratava como si fuera su hermano pequeño, me lo llevo en el corazón, cuando estavas con el estavas como en casa. Gracias a los tres porque me haveis hecho muy feliz, mi estancia en jaipur a sido perfecta. Hecho de menos ir andando por la calle, cerrar los ojos y oler todo tipo de olores, buenos y malos, el ruido, lo hecho de menos!! Cruzar sus calles locas la gente humilde invitandote a sus casas a conocer su familia darte de comer, no hay gente mas humilde, GRACIAS. Hablando del programa de mi voluntariado ha sido perfecto también, he estado un mes en la elephant village y no tengo palabras para describir los sentimientos que surgen de ese
Sitio mágico, doy las gracias a la gente de allí por dejarme estar en su casa con sus elefantes intentando ayudar en lo que se podía, los elefantes son los animales más inteligentes del
Mundo, y se tienen que cuidar y allí me han enseñado o me han recordado cosas que en mi sociedad ya se me habia olvidado. Recuerdo el tacto de su piel, ponerle la mano arriba d la trompa y que se comunique contigo temblando. Ha sido un viaje especial, el
Viaje de mi vida, no se como mas agradecer todo, a cooperating i a la gente que estava allí con nosotros, lo recomiendo a todo el mundo, porque me hubiera quedado un mes mas para sentir mas hacer mas chocarme mas culturalmente, era como una bofetada de cultura de vida totalmente diferente a la nuestra. Me los llevo a todos en mi corazón y pienso repetir no me cansaré de ver mundo pero volviendo donde empezó todo, en Jaipur, india. GRACIAS por dejarme vivir todo esto.
Me parece precioso todo lo que has escrito!! Estoy esperando mi confirmación de plaza para hacer el mismo programa que tú solo que durante dos semanas. Qué ilusionada estoy! Espero poder escribir este año en Agosto todas mis experiencias allí… que no serán pocas seguro! En Elephant Village también hay muchos niños y niñas? Sería ya estupendo!!!!!
Muchísimas gracias, un saludo.
Hace sólo tres días que volví de un voluntariado de un mes en India y volvería a repetir la experiencia una y cien veces, con los momentos buenos y los no tan buenos que me han acompañado. Y yéndome mañana si hiciera falta. Así de intenso es lo que he vivido allí.
El choque cultural puede asustar un poco al principio, todo es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Pero los coordinadores siempre están allí para ayudarte y hacerte sentir como en casa. Jitesh, comprensivo y ‘solucionador de problemas’, ha sido el puente entre coordinadoras de los centros y yo. Shiva, siempre disponible, atento, generoso, abierto: me faltan adjetivos para describir como de integrada me he sentido por él y su familia, los llevo en el corazón. Raja y Baba son los conductores más divertidos que te puedes encontrar, te dan un trato tan familiar y cariñoso que se te olvida que no son tus parientes. Y me dejo a Billu, Umar, Rama,… Todos muy solícitos y agradables.
En cuanto al voluntariado, yo hice mujeres y enseñanza. Las mujeres con las que estuvimos eran la mayoría muy jovencitas, de los 16 a los 20, y tenían avidez por saber: inglés, español, talleres, maquillaje,… Sin duda es buena idea ir con materiales y proyectos para hacer, y aún así, seguro que consiguen acabar con vuestras propuestas iniciales.
En la escuela todo es fácil. Están justo aprendiendo lo básico y hay muchos niveles diferentes, pero todos progresando. Los niños son una pasada, te los llevarías a tu casa de lo amorosos y simpáticos que son.
En definitiva, recomiendo mucho esta experiencia a las personas que quieran aportar su granito de arena. Y aunque dejaréis allí mucho, no será comparable a todo lo que os llevaréis vosotros, os lo aseguro.
Yo ya estoy echando de menos a mi familia Hotla.
No se ni por donde empezar… Es difícil resumir la increible y maravillosa experiencia vivida en Camboya.
Hace unos meses decidí hacer un voluntariado pero no tenía muy claro el destino, hasta que al final entre una cosa y otra, me decidí por Camboya y creo que es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Ha sido una experiencia única e inolvidable, tu visión de la vida cambia cuando ves la pobreza que hay en estos países y lo felices que son todos. Yo hice un programa de enseñanza 3 semanas en un colegio a las afueras de la capital, daba clase de ingles y matemáticas a niños entre 4 y 15 años. Yo creo que me enamoré de todos los niños el primer minuto, la felicidad que transmiten sus caras de alegría al vernos todos los días es algo que no se olvida.
En cuanto al país, en Camboya hace mucho pero que mucho calor y esta plagado de mosquitos, creo que he llegado a España con 20 picaduras por lo menos. Sobre la seguridad, pues yo tuve la mala suerte de que me robaron el bolso con el pasaporte y la cartera. Estaba en el tuc-tuc el (vehículo tipico de ahí) paso una moto y me llevo el bolso, entonces fue todo un poco caos entre policía embajada e inmigración se me pasó el tiempo volando. De todas formas decir que Camboya no habría sido lo mismo sin todo eso. Por lo demás es un país bastante seguro, la gente es super agradecida y muy sonriente.
En todo momento me he sentido super apoyada por cooperating volunteers en especial por Angie Toro que ha estado pendiente de mi todo el tiempo, ha sido genial.
Los miembros de la organización allí también han sido super atentos e hicimos muy buenas migas. Además tuvimos la suerte de coincidir con mas españoles haciendo voluntariado allí e hicimos muy buen grupo.
Si alguien se esta planteando irse de voluntariado a Camboya que no se lo piense dos veces porque va a ser una de las mejores experiencias de su vida.
Todas las grandes aventuras empiezan con un sí, y así empezó la mía. Cuando me apunte a formar parte de este proyecto no tenía muy claro como iba a ser todo. Era la primera vez que me iba sola, tan lejos y durante tanto tiempo. Nervios y miedo era poco comparado con el sentimiento de inseguridad que tenía. No paraba de darle vueltas a todo de cómo seria, si me gustaría, si lo disfrutaría, etc. No era ni consciente de que el día 1 de julio ya estaría a mil millones de kilómetros de mi casa en Barcelona, para llegar a mi destino, en este caso Panamá.
Sinceramente muchas personas me han preguntado cómo definiría este viaje con una sola palabra o con que me quedaría de la experiencia, únicamente me sale contestar INCREIBLE y con TODO. Ha sido una experiencia apasionante, des del minuto 1 que pille el avión dirección Panamá.
Cultura, lugar, personas maravillosas que hacen que te sientas como en casa, con ganas de disfrutar cada segundo de tu estancia allí, los proyectos en los que estuve tanto en escuela, hogar y tortugas todos han sido una experiencia enriquecedora tanto profesionalmente como personalmente. Aquí en España soy educadora social y trabajo con colectivos en riesgo de exclusión, por ese motivo el valor que le he dado a esta experiencia ha sido triple, al descubrir nuevas formas de hacer, trabajar y pensar.
Es una experiencia completamente obligada para las personas que quieran descubrir nuevas realidades, llevaba años queriéndolo hacer hasta que me decidí y ¿porque no? Y con esa pregunta empezó mi runrun.
En verdad nose cómo resumir todo lo que he vivido durante este tiempo, ni cómo explicarlo para que no parezca que he escrito una biblia, simplemente me resumiré en decir que ha sido una de las experiencias más impresionantes de mi vida, que los miedos al final son solo eso, miedos a lo desconocido y temor a la decepción, pero ya digo de ante mano que es imposible decepcionarte y no disfrutar de la experiencia. Esto me ha hecho superarme personalmente en tener más iniciativa y a comenzar a dejar las inseguridades a un lado para comenzar a disfrutar todo lo que venga.
Solamente decir que todavía me siento como si hubiera sido un sueño, hace dos días que estoy en Barcelona y tengo una sensación tan increíble que no me parece real, simplemente lo repetiría una y mil veces más y tengo claro que este solamente ha sido el principio de las miles de aventuras que me quedan por descubrir y a las cuales voy a decir SI e ir a por ellas.
Panamá siempre significara un lugar muy importante para mí, gracias cooperating volunteers por hacer posible esta gran experiencia!
La mejor experiencia de mi vida. Realizar un voluntariado en Costa Rica…durante un mes…participando dos semanas en el Proyecto de Construcción y dos semanas mas en la escuela con niños con Necesidades Especiales.
Trabajo duro el de la Construcción, compensado muy gratamente por el soporte y cuidado que recibimos de la familia a la que tuvimos el placer de ayudar a crear su nuevo hogar…te fortalece la mente y el alma.
Que decir de los niños de la escuela con necesidades especiales…recibes tanto dando tan poco…lo que para ti es darles un granito de arena….para ellos es una montaña…sus sonrisas…sus abrazos…su atención….son la manera mas increíble que tienen de agradecimiento…solo dedicándoles tiempo…jugando con ellos…ayudándolos a dibujar…a comer…se les abre un mundo y a ti…un universo!!! Tanto amor recibido es indescriptible.
Un placer el haber convivido en la casa con tantas personas tan especiales, haber trabajado con los coordinadores locales, haber conocido a la gente del país, a esas pedazo de profesionales como son las Educadoras de la escuela…a todos…absolutamente a todos los llevare siempre en mi corazón…
Gracias Cooperating Volunteers por brindarme esta oportunidad de volver a sentir tanta vida. Estaré eternamente agradecido! Gran Organización que te proporciona mucha seguridad y seriedad en todos y cada uno de los proyectos que desarrollan. Mayra…Albert…grandes entre los grandes!!!
A todo aquel que duda en hacer cualquier tipo de voluntariado, estas cosas no se piensan…sólo se hacen…simplemente…no encontrareis experiencia similar en la vida…
Queréis sentiros vivos? Queréis realizar una acción humanitaria única? Dejaros llevar y poneros en acción…no os arrepentiréis…jamas!
“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa…” Mahatma Gandhi.
Este es el lema con el que uno vuelve luego de realizar un voluntariado en India. ¿Y por qué evaluar “la victoria” en el esfuerzo sin expectativas de triunfo o derrota? Si lo que nos enseña nuestra sociedad es que a través del esfuerzo se consiguen resultados y los resultados “deben” ser buenos…
Es que en la India se aprende que NO siempre el resultado esperado será el que nos hará felices. No siempre las cosas saldrán como se las planificó sino que a veces es necesario improvisar para lograr algo mejor, aunque esa improvisación no sea lo que más nos guste. La India es un país muy diferente que obliga a abrir la mente en todos los aspectos.
Al momento de elegir mi voluntariado en la India supe que no iba a ser fácil la adaptación a una cultura totalmente diferente a la mía. Allí la religión es la que rige sobre los valores y estos están ligados al modo en que la gente lleva adelante el diario vivir. Es importante conocer bien esta realidad ya que será lo que ayuda a poder salirse de los estereotipos que tenemos arraigados. En la India para poder aportar algo es necesario meterse primero en la piel de las personas a las que se quiere ayudar.
La llegada a la India es algo fuera de serie, la diversidad socio-cultural, religiosa y espiritual es inmensa. La desigualdad está presente por todos lados en las grandes ciudades, por lo tanto hay que saber sobrellevar esa permanente imagen, la cual con el cabo de los días se constituye como algo propio del país. Y claro que es fuerte el contraste!!! Pero es parte de la experiencia.
Mi voluntariado consistió en asistir a un centro de enseñanza para niños, allí asisten a la tarde para aprender inglés, manualidades, y tener un espacio donde poder SER niños. Algunos de ellos trabajan y van a la escuela y el momento de ir al centro es una alegría ya que allí están los voluntarios esperándolos a diario. Al ser niños que en ocasiones sufren maltrato, uno ve que entre ellos también interactúan de manera violenta, y es allí donde el rol del voluntario debe ser enseñar sobre el cuidado y respeto por el otro, y ellos aceptan con ilusión hasta lo más mínimo que se les pueda brindar.
También asistí, durante una semana a un centro de nutrición y programas de empoderamiento de la mujer. Ellas asisten todos los días ávidas de aprender, escuchar y compartir todo lo que uno pueda brindar, desde conocimientos de idioma ingles hasta bailes y modos de vestir. Es de estas mujeres que se aprende sobre la generosidad y la hospitalidad de la cultura hindú. A pesar de que muchas veces son subestimadas dentro de su sociedad, ellas hacen valer su voz o al menos lo intentan, como dice la frase de Gandhi.
Sobre COOPERATING VOLUNTEERS de nuevo debo decir que son una organización ideal para acompañar en este tipo de experiencias. La casa de voluntarios se vuelve la real familia que uno necesita en ese día a día. Tanto para compartir experiencias en los trabajos como también las visitas que uno realiza dentro de la ciudad, que es como estar dentro de un cuento con mezcla de ficción y realidad en escenarios incomparables unos de otros, ya que la India es un abanico de paisajes, etnias, vestimenta, sabores y sonidos por donde sea que uno camine.
Recomiendo este voluntariado a todos los que busquen adentrarse en un mundo totalmente distinto. Sabiendo que la gratificación final estará en la tarea, mas allá del propósito final. Por lo tanto citando de nuevo a Gandhi: “La mejor manera de encontrarte a ti mismo es perderte en el servicio de los demás…”.
Nacemos para vivir con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mas de lo que suponemos…
Mi experiencia como voluntaria fue en India, Jaipur. Al principio tenia muchas dudas por hacer el voluntariado en ese destino ya que el idioma era una limitación para mi, después de varios skipe con cooperating y Lucia la persona con la que compartí mi viaje, el idioma paso a un décimo plano y me zambullí en esta increíble experiencia de vida, que si dudas marco mi vida para siempre… Todo un desafío para mi, mi primer viaje y al otro lado del mundo!!!! … nada menos.
COOPERATING VOLUNTEERS es una gran familia uno se siente como en casa, siempre están ante cada detalle que pueda surgir, y para mi fue una caricia a mi alma tenerlos.
Al llegar a India uno se encuentra con el caos!!!!! Tienen un sexto dedo…tocan bocina todo el tiempo, el tránsito es caótico, es muy divertido… pero hay que tener mil ojos te da la sensación que te van a chocar de todos lados pero no pasa nada!!!!!. En india se rompen todos los esquemas, nada tiene lógica de lo que seria la lógica para uno, parece un cuento surrealista, el mundo del revés.
Yo soy Licenciada en Nutrición participe de dos programas en los cuales tome datos de pesos y tallas de los niños para hacer evaluaciones nutricionales. Ademas de colaborar en enseñanza y juegos. Los niños son muy alegres, extrovertidos, dispuestos a todas las actividades que se planteen, aman bailar, aman su música y su cultura. Es increíble, indescriptible la de sensaciones y emociones que uno vive. Es algo que si uno tiene la oportunidad no se lo puede perder.
Recomiendo esta organización sin lugar a dudas, ademas como dije antes!!! Uno la siente una familia, la contención es a cada instante, y la gente es maravillosa con un corazón grande como el universo.
Mi nombre es Joana y estuve 5 fantásticos meses en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. Gracias a Cooperating Volunteers pude participar como voluntaria en un proyecto precioso llamado Tierra Roja, y vivir la experiencia de la mano de otros voluntarios de la organización que nos acoge allí. Chiapas es preciosa, pero más bonita es su gente, sus niños y niñas, tan llenos de alegría y de cosas buenas. El voluntariado fue fantásticamente bien. La organización que te acoge te ayuda en todo lo que puede estando allí y los proyectos que se llevan a cabo y en los que puedes participar te llenarán de recuerdos y experiencias positivas. El proyecto en el que estuve yo, era un espacio, o como ellos lo llaman, un centro comunitario en Cuxtitali, un barrio de la periferia de San Cristóbal, dónde algunos niños y niñas no tienen la posibilidad de ir a la escuela “normal” ya sea porque tienen que ayudar a sus familias trabajando, porque dejaron la escuela muy temprano, o simplemente no pueden acceder a ella porque no estan censados. Este proyecto les da apoyo a esos niños y niñas enseñándoles a leer y a escribir, les da un rico desayuno y comparten actividades lúdicas y divertidas a la vez que pasan el rato en comunidad. A parte de estos niños de las mañanas que vienen como “alumnos” al centro comunitario, también se imparten clases de apoyo escolar a los niños del barrio por la tarde, a esos que sí que van a la escuela diariamente pero que no tienen acceso a pagar un profesor de repaso o clases de apoyo. Allí, se les apoya con su tarea del colegio y se les ayuda a hacer las manualidades que los maestros les mandan para casa, ya sea un volcán o un mapa conceptual, siempre hay lugar para ayudar a los más pequeños. Además, los fines de semana se dan talleres a las mujeres del barrio, clases de escritura, zumba, o simplemente un rato de charla entre amigas.
Sinceramente, los meses que pasé allí no los cambiaría por nada. Conocí a gente maravillosa, voluntarias y voluntarios geniales, amigos y en sí, una familia que no era de sangre.
Me llamo Conny, soy Alemana y voluntaria en Buenos Aires, Argentina. Yo estaré aquí por un año, pero también existe la oportunidad de hacer un voluntariado de menos tiempo. La organización Argentina mantiene 4 hogares en Buenos Aires Capital y el la Provincia. Asistimos a ancianos que están viviendo en una residencia o van a un comedor público. Igual trabajamos con niños en situación de vulnerabilidad. Como circulamos entre los hogares hay una gran variedad de tareas para los voluntarios: acompañar a los beneficiarios, charlar, jugar y prestar nuestra atención a los mismos, ayudar a preparar la comida y apoyar a los empleados de la cocina, participar en talleres, organizar talleres, apoyo escolar y mantenimiento de los hogares. A veces cosas pequenas hacen sonreir a la gente que cuidamos.
Siempre estoy hablando en la forma de ”nosotros” – es porque trabajamos en un grupo de voluntarios internacionales que es, sin duda, una de las partes más enriquecedoras del voluntariado. Aparte de la experiencia del trabajo que compartimos vivimos juntos en la llamada ”casa del mundo”, un lugar como un hostel familiar. En este grupo internacional compartimos todo, como una familia, una experiencia fenomenal que me ayudó mucho a crecer y que nunca voy a olvidar.
Según mi experiencia, voluntarios que tienen experiencia en trabajo social pueden apoyar más al objetivo del programa. Si tienes ideas de talleres y experiencia de como realizarlos y no te dejas desmotivar fácilmente puedes ayudar un montón. Lo mismo va para gente licenciada en marketing o administración de empresas que entonces podría hacer otro tipo de voluntariado.
El voluntariado”normal” además del acompañamiento implica mucho trabajo físico en la cocina o el jardín, que a veces es muy agotador. De momento estamos organizando más oportunidades para los voluntarios para que conozcan la Argentina y para desarollarse a nivel personal y para integrarse más a lo que significa ser voluntari@.
En total puedo decir que vivir en Buenos Aires, ver los lados feos de una sociedad que sufrió mucho en los pasados años y sigue sufriendo económicamente es una experiencia muy enriquecedora para mi.
Estoy aprendiendo muchas cosas sobre el funcionar de una sociedad que me interesa mucho. Nunca voy a olvidar mi tiempo en Argentina. Eso es obvio, che.
Dear world,
Last Christmas I travelled to the heart of Africa to experience a different honeymoon. We spent 3 weeks (including my best Christmas Day and New Year’s Eve in my life) with other volunteers, Sam, Roger, Jacob, Murungi, Nasta, Florence, the children from the orphanage, the kids from the football school and the community at Kabarole. They all showed my wife and me a different life, full of obstacles that people avoid with the minimum resources, without hesitation. We had the privilege of sharing our time with brave children, women and men in a colorful fertile land. They opened our eyes.
Our idyllic big plans to help children in Uganda turned unrealistic when we faced the reality. Then, at that moment, thanks to the cooperation of the volunteers and staff, we came up with new ideas, activities, and opportunities to return to Uganda a bit of their generosity and kindness.
Do not hesitate to come and participate in such a beautiful experience.
Webale muno Uganda, webale muno Cooperating Volunteers.
UNA IMAGEN, VALE MAS QUE MIL PALABRAS….
Dopo aver deciso di sposarci, da subito abbiamo avuto chiaro in mente che la nostra luna di miele sarebbe stata differente con tanta voglia di condividere la nostra felicità. È stato così come mio marito ed io abbiamo deciso passare le vacanze di Natale in Uganda collaborando con Cooperating Volunteers. Siamo stati 18 giorni a Fort Portal, una città a circa 4 ore dall’aeroporto Entebbe. Sono stati 18 giorni magici, speciali, unici….in soli 18 giorni abbiamo costruito dei legami fortissimi con gli altri volontari, con i collaboratori di Cooperating e soprattutto con i bimbi e tutti gli ugandesi che abbiamo avuto la fortuna di conoscere.
Mentre scrivo questa testimonianza mi tornano alla mente le immagini e le emozioni di quei giorni. Abbiamo partecipato a vari programmi, come l’orfanotrofio e la scuola estiva in collaborazione con un’associazione locale di donne vittime dell’AIDS. Durante le mattine andavamo all’orfanotrofio dove offrivamo il nostro aiuto alle mamme (le signore che si occupano dei bambini): lavare i panni, lavare i bagni, cambiare i bambini, dargli da mangiare, giocare con loro. Durante i pomeriggi, andavamo presso l’associazione locale e passavamo qualche ora con i bambini di lì, cercando di coinvolgerli in diverse attività ludiche ed educative.
Fin dal primo giorno ci siamo sentiti come in casa, grazie soprattutto all’organizzazione di Cooperating Volunteers. I ragazzi e la signora che lavorano nella casa dei volontari sono meravigliosi, sempre pronti ad aiutarti e ad accompagnarti in ogni momento. E poi ci sono i bambini che fin dal primo momento ti abbracciano e ti sorridono e ti regalano tante di quelle emozioni impossibili da descrivere…guardando nei loro occhi si capiscono tante cose e soprattutto che l’importante è dare e ricevere amore….e qualche caramella e succo di mango 🙂
Nella mia vita c’è un prima e un dopo Uganda. Dopo Uganda, non passa un giorno senza che pensi a questa esperienza e mi tornino alla mente i sorrisi, i giochi e gli occhi dei nostri bimbi…….e conto i giorni per poter tornare di nuovo e vivere un’altra esperienza Cooperating Volunteers!!
Grazie e Webale Muno Uganda!
Este pasado mes de Noviembre participé en un programa de voluntariado en Addis Abeba, Etiopía, impartiendo clases de desarrollo de negocio en una academia de formación profesional. Siempre había querido colaborar en un programa de este tipo fuera de Barcelona y gracias a Cooperating Volunteers tuve la oportunidad de trabajar en una ONG local e integrarme en su propia comunidad.
A nivel personal es una de las experiencias más recomendables que se pueden vivir: conocer otra cultura, una gastronomía totalmente diferente, una región del mundo clave en la historia de la humanidad y sobretodo una gente excepcional, hospitalaria y con la que se hacen buenas migas desde el primer momento. Además es un país donde se pueden encontrar desde increíbles paisajes naturales hasta monumentos históricos y religiosos únicos en el planeta.
Pero lo mejor de esta experiencia es la oportunidad de salir de la propia zona de confort y tener la posibilidad de aprender cada día y en cada detalle de una cultura y una forma de vida completamente distintas y al mismo tiempo muy parecidas.
Es difícil describir con palabras una experiencia así pero yo la recomendaría a cualquier persona que tenga inquietud por descubrir otras perspectivas del mundo en que vivimos.
Hola a todos! Soy Eva y este año me fui a Uganda de voluntariado con Cooperating Volunteers. Participé en varios programas; enseñanza, orfanato… Pero lo más importante para mi fue participar en su vida, vivir como ellos el día a día. No hay ni un solo día que no me acuerde de Fort Portal, de Uganda, África. Ni un sólo día pasa sin que piense cuándo será la próxima vez que vea a mis niños, a toda la gente y familia que dejas cuando te vas. La distancia cuando no hay posibilidad apenas de mantener contacto es muy dura, todos los días me gustaría saber como están todas las personas que hicieron que el voluntariado en Uganda fuera la mejor experiencia de mi vida por ahora.
Recomiendo a absolutamente todo el mundo que le apetezca ser un poco más feliz y humilde que viaje de voluntariado, que vaya a África , que vaya con Cooperating porque te dan un apoyo enorme y son gente maravillosa, Albert esta siempre aportando el grano de arena muy gigante, Mayra… Mayra es el amor de mujer más genial, y luego la gente que conoces allí, voluntarios con los que acabas siendo como hermanos. El trato es increíble, el coordinador de Uganda , Sam, la niña de la casa… Todo. Todo es maravilloso. Yo baje del avión y ya estaba enamorada de todo aquello. Es cierto que cada persona lo vive de un modo diferente, pero mi opinión puede abrirte, a ti que estas leyendo esto, la posibilidad de ver las cosas de otro modo y de llegar a vivir esto con tanta felicidad como yo. Vas a ayudar y acaban ayudándote ellos a ti. La pobreza de allí se vuelve riqueza con toda su gente. Alegría y amor. Pronto volveré, muy pronto.
Fui a Uganda el verano pasado, y sin duda ha sido la experiencia más bonita que he vivido.
Uganda es un país maravilloso, con paisajes increíbles muy verdes, y con gente increíble. Y el pueblo en el que nos encontrábamos, Fort portal, era increíble. Si te gusta la naturaleza, las montañas, Uganda es el destino perfecto.
Recomiendo esta experiencia a cualquier persona con ganas de viajar, conocer diferente culturas y sobre todo ayudar. Estuve 3 semanas y me apunté al programa de educación, el cual consistía en ir al colegio a dar clases a alumnos de diferentes edades, y distintas asignaturas ( con ayuda de profesores locales). Por las tardes, íbamos a otros programas como el de orfanato o deportes o bien, nos íbamos a hacer excursiones por los alrededores: visitas a cráteres, escapadas a un lago cerca de Fort portal o cualquier otra actividad entretenida. No cabía la idea de aburrirse, siempre había cosas que hacer o visitar.
Ha sido una experiencia inmejorable, ver como sin prácticamente “hacer nada” puedes ayudar y hacer felices a tanta gente es muy gratificante. Sin duda recomiendo esta experiencia, este destino y esta organización a cualquier persona!
WEBALE MUNO UGANDA, AND COOPERATING VOLUNTEERS
Hola a todos , hace mucho tiempo que deseaba trabajar como voluntaria en un programa.
Gracias a Cooperating Volunteers he podido realizar y vivir esta experiencia tan gratificante para mi.
He realizado mi voluntariado en Perú , en el centro Comunitario de Atención en Huanchaquito-Perú .
Durante mi estancia allí ayude a realizar las revisiones a los niños, en la administración de las vacunas correspondientes a madres, niños y en todas las diferentes actividades que como enfermera podía aportar.
Decir que me sentí muy bien recibida por toda la gente que hicieron que mi estancia fuera muy agradable.
Me sorprendió la actitud y las ganas que ponían todos en su trabajo , teniendo pocos medios y material.
No quiero dejar de mencionar a cooperating volunteers que han hecho posible vivir esta experiencia y que en todo momento estuvieron pendientes de nosotras .
Me llevo una vivencia maravillosa que recomiendo a todos y que espero tener la oportunidad de repetir el año próximo.
Dicen que Africa es inexplicable porque es un país de sensaciones, colores y olores. Un paraíso en el que hay exprimir cada gota de la experiencia que te ofrece para poder entender la fuerza y la esperanza de la mirada y la sonrisa de los ciudadanos.
Ser voluntaria me ha enseñado que, pese a no poder cambiar el sistema político o mejorar la economía del país, sí podemos ayudar a la sociedad. Con la mínima aportación de caridad podemos hacer de su día a día una vida llena de felicidad, bienestar, seguridad y sobre todo, esperanza por el futuro de la próxima generación.
Recomiendo esta experiencia a todo aquel que este dispuesto a entregarse a la ayuda de una sociedad con derecho a vivir.
Fui a Ghana 3 semanas con Cooperating Volunteers, con la intención de vivir una experiencia nueva y diferente. Llegué allí con la intención de ayudar en todo lo que pudiese, y me encontré con gente dispuesta a ayudarme en todo lo que necesitara, siempre con una sonrisa sincera y una mirada limpia. Vi la importancia de las pequeñas cosas y los pequeños gestos, hecho que a veces se nos olvida. Todo tan diferente a nuestro mundo… Vi situaciones que nunca voy a olvidar. Fue un viaje increíble donde me sentí segura y acompañada en todo momento. Los niños, lo mejor que me llevo. Me acuerdo de ese momento. Cuando llegábamos al orfanato y venían todos los niños corriendo a abrazarnos. Me encantaba ver la ilusión en sus ojos, era el mejor momento del día. Recomiendo a todo el mundo que quiera vivir una experiencia como esta que no dude en hacerlo, yo personalmente voy a repetir.
Me llamo Ada, y después de haber pasado 6 semanas en Uganda (Fort Portal) puedo decir que ha sido una de las mejores experiencias que he vivido hasta el momento.
La decisión fue de un día para otro, ya que un día mirando videos de niños decidí que yo quería ir a aportar mi granito y ver con mis propios ojos cómo se vive en otro país subdesarrollado, fue entonces que empecé a buscar por internet posibles maneras de realizar un voluntariado, en la web de Cooperating Volunteers todo era muy claro y al ponerme en contacto con ellos me respondieron inmediatamente con lo cual tuvimos un contacto regular, eso me inspiró confianza y tiré adelante la idea de irme.
Yo estuve en el programa de la escuela por las mañanas y en el del orfanato y en otra escuela por las tardes.
En la escuela al principio me costó, ya que nunca había sido profesora y por otro lado a nivel de material, de funcionamiento todo es muy diferente a lo que aquí estamos acostumbrados, pero al cabo de unos días ya fui cogiendo la dinámica para disfrutar de las clases, los profesores y los niños. La verdad que me encantó, al llevarles material o el solo hecho de hacer cosas diferentes les encantaba, y verlos contentos y con ganas de participar en todo, llenaba muchísimo. Se me quedó grabada la energía, alegría y admiración que estos niños me transmitían en cada momento.
En el orfanato solo iba dos días a la semana por las tardes y estaba con los más grandecitos (4 años), al principio por el tema del idioma ya que ellos no hablan inglés se me hizo difícil, pero al final intentas sacar recursos de donde no sabes que los tienes y acabé jugando con ellos con material o sin material para aprovechar el poquito tiempo que tenia con ellos.
Es difícil expresar con palabras todo lo que uno vive allí… ya sea a nivel de cultura, de la gente, la forma de vivir, la sociedad, la educación… es una experiencia que recomiendo a todo el mundo que tenga ganas de sentir-se útil y motivado para aportar alegría y cosas nuevas en los proyectos y por otro lado que tenga la mente abierta para adaptarse y saber disfrutar de todas las pequeñas cosas y diferencias que te presenta un lugar completamente distinto al que estamos acostumbrados.
Yo al cabo de un mes y medio puedo decir que Uganda está en una parte de mi corazón, ya que de la cabeza nunca se me va olvidar.
Es difícil describir cómo se siente uno al hacer algo que toda la vida ha deseado hacer…. Muchas veces tomamos decisiones sin estar convencidos. Pero cuando de verdad estás decidido a hacer algo, las emociones que vives se convierten en únicas.
Hacía tiempo que quería hacer un voluntariado con niños. La idea rondaba por mi cabeza y finalmente un día se dieron las circunstancias perfectas para hacerlo. Adiós trabajo y bienvenido paréntesis existencial xD.
La primera cuestión fue elegir un país. Me encanta viajar y cuanto más lejos mejor. Costa Rica era ya un destino que recurrentemente mencionaba en mis triquiñuelas para convencer a alguna amiga…. Hasta el momento sin éxito. Pero un día el destino decidió concederme la oportunidad de cumplir mi sueño. Di con la persona adecuada en el momento adecuado. Me dió el empujoncito que necesitaba y decidimos enfrascarnos en esta aventura. Y así es como empecé a buscar información sobre el voluntariado en Costa Rica!
Contacté con Cooperating Volunteers y directamente fui en persona a hablar con ellos. Y ahí me acabaron de convencer. Cuando alguien adora lo que hace, lo ha vivido y está convencido de ello, te transmite su entusiasmo desde el principio. Muchas gracias Mayra!!! Allí contigo ya lo vi todo clarísimo…..
Y por fin llegó el día de empezar. He estado trabajando en el hogarcito de San Ramón. Un mes en el orfanato, que evidentemente se me ha quedado corto. Todo lo que he vivido allí se quedará conmigo para siempre.
Desde ese primer día en el que dudas de todo y te entran los miedos…. Ves a los niños y te sientes tan frágil que tu confianza empieza a flaquear. ¿Estarán bien conmigo? ¿Querrán jugar conmigo? Incluso…. ¿me aceptarán? Parece increíble, pero el vínculo que tienes que crear con ellos se basa solamente en la conexión humana que surja. No hay un interés o una necesidad detrás. Así que todo depende de la química que exista en el momento y que se cree con el paso del tiempo. Y eso al principio da un poco de vértigo….. Problemas del primer mundo, claramente!!!
Pero el tiempo pasa y la ilusión siempre vence a los miedos. Cuando llega ese día en que te das cuenta que adoras a todos y cada uno de esos niños, que no querrías estar en otro lugar en ese momento, que les darías la luna a cada uno de ellos si pudieras, ahí es cuando sabes que no te has equivocado.
En el hogarcito son una gran familia. Están las tías, que son quienes cuidan a los niños y acogen a los voluntarios como si fuesen uno más. Y luego los niños que son como hermanos… te dejan sin palabras. Mi día a día consistía en jugar con ellos y ayudar a las tías. Cuando mis amigos me preguntaban qué hacía allí siempre respondía lo mismo: jugar. Y que algo tan básico te pueda llenar de felicidad!!! Pues sí, si tuviera que describir cómo me he sentido diría eso: he sido muy feliz.
Jugar un rato al balón, hacer aviones de papel, construir un castillo, jugar a cocinitas, dibujar, jugar a congelados y a landa…. Todo eso a cambio de una gran sonrisa. Y todo eso a cambio de un gran abrazo cada mañana cuando te ven entrar por la puerta. Solo es cuestión de hacerles saber que estás ahí por y para ellos. Si eres capaz de eso no tienes nada que temer, porque son más sabios que nosotros y encontrarán la forma de demostrarte su aprecio y agradecimiento.
He tenido además la gran suerte de vivir algo único para todos ellos…. El primer día que vieron el mar!!!! Ese ha sido mi mejor momento, sin duda. Ver sus caras cuando llegábamos a la playa, ver la ilusión es sus ojos por tocar el agua y verlos disfrutar al bañarse en el mar. Compartir eso con la que ha sido mi familia este tiempo ha sido inigualable. No puedo decir más!!
Ahora, ya en casa, solo puedo decir que echo de menos a todos y cada uno de ellos. Que escribo y hablo de ellos y siempre me emociono. Porque por más que intente dar aquí mi testimonio, todo lo que llegas a sentir es indescriptible. Son niños que no tienen nada propio, que están totalmente a merced de la sociedad, pero que disfrutan cada día solo con la compañía de los demás y aún así sonríen continuamente. Te hace plantearte muchas cosas….
Me llevo muchas cosas buenas de esta experiencia, pero sin duda, la lección más importante que he aprendido es que el foco siempre tiene que estar en nuestra calidad humana. Eso es lo que nos da valor…. y eso es lo que crea raíces y alas.
Siempre había querido hacer un voluntariado y este pasado verano di por causlidad con la página Web de Cooperating Volunteers y en pocos minutos tuve claro que esas serían mis vacaciones.
Llamé a sus oficinas y al cabo de un par de semanas estaba en Fort Portal (Uganda).
Es imposible resumir esta experiencia, porque en muy pocos días vives muchísimo. Estando allí es como si el tiempo se parara y pierdes totalmente la noción del tiempo.
Yo fui originairamente para participar en el programa de orfanato, pero una vez allí pude también colaborar en más programas; como el de eseñanza y también visitando la sección de pediatría del hospital, donde algunas compañeras voluntarias estaban ayudando, para repartir globos, cuadernos y lápices a los niños que estaban allí.
Me encantó poder participar en varios programas y experimentar directamente y en primera persona la repercusión del trabajo y las pequeñas acciones realizadas.
La atención y organización por parte de todas y cada una de las personas de la organización de Cooperating Volunteers es inmejorable y al llegar allí enseguida te sientes parte de la pequeña pero muy gran familia que se forma en la casa de los voluntarios; junto con los otros voluntarios así como también con los empleados de Cooperating Volunteers de allí, que más que empleados son como una familia para ti, dispuestos en todo momento a ayudarte y a conocer nuevas cosas sobre ti y tu cultura y que tú conozcas de ellos.
Esta experiencia, además de permitirte aportar mucho con muy poco, te aporta algo a nivel personal impagable. En definitiva, una experiencia 100% recomendable que deberíamos vivir todos nosotros para darnos cuenta de muchas cosas que en nuestro mundo quedan a un segundo plano.
Al día siguiente de irme ya estaba pesando en volver y no dejo de pensar en las cosas vividas, que seguro recordaré toda mi vida con muchísimo cariño 🙂
Mi voluntariado este verano en Uganda fue, por así decirlo, un señal del destino. Yo ya había hecho un voluntariado en ese mismo país un año antes, y este verano no tenía ningún plan, y de repente un día, vi los vuelos, llamé a cooperating y una semana más tarde estaba en Fort Portal, Uganda.
Yo desde siempre he sabido que quería hacer voluntariado, porque me gusta viajar, ayudar, y me gusta conocer nuevas culturas, a su gente y su forma de vida. Y el estudiar medicina, la verdad es que me abre más opciones de voluntariado, y muchas cosas se miran desde otro punto de vista.
Yo estuve tanto en el hospital como en el orfanato, y aunque sean voluntariados muy diferentes, estoy igual de contenta con los dos.
En el hospital, yo estuve principalmente en la parte de pediatría, curando a niños, pero mi voluntariado no era solo “médico”, intentado ayudar en lo posible por mi carrera, también jugaba con los niños, los sacabamos a dar paseos por allií, les llevabamos globos, libros de colores, caramelos… y la verdad es que después de 3 semanas en pediatría, aquello pasó de ser un lugar triste y negro, a un lugar donde los niños estaban felices y, sonrientes pese a tener que estar en un hospital, y todo estaba lleno de color: sus dibujos en las paredes, los globos colgados en las mosquiteras, entre ellos jugando… INCREIBLE
El orfanato, tantos niños, todos tan adorables, y tan contentos de que jugaras con ellos, les sonrías, les hagas caso, que era imposible no salir de alli con una sonrisa. Además pese a lo pequeños que son, son niños muy listos, todo lo que les dices lo repiten, se aprenden las canciones que les pones. Yo recuerdo con especial cariño que después de 2 días diciéndoles “a comeer” cuando les teníamos que llevar, y enseñarles a que tienen que lavar las manos, el 3º día, eran ellos los que me decian “a cumeer!”, y me cogían de la mano para que viera como se lavaban las manos antes de comer.
Hacer voluntariado es algo increíble, y cooperating se encarga de que no tengas ningún problema y que puedas aprovechar el tiempo al máximo, y que te sientas como en casa. Todos y cada uno de ellos son excepcionales y hacen que estar allí sea de lo bueno, lo mejor, y yo solo tengo palabras de agradecimiento para Jacob, Florence, Rogers, Amooti, Sam y por supuesto Albert.
Yo se lo recomiendo a todo el mundo, y sobretodo a aquellos que no tienen claro el irse porque les da un poco de miedo que se van a encontrar alli. Aquello es felicidad, amor, es INCREIBLE, y es algo que te cambia. Y lo puede hacer cualquiera que tenga ganas, y le apetezca vivir algo inolvidable.
Uganda este verano ha cumplido mas que mis expectativas. Mi sueño siempre había sido hacer un voluntariado en otro país.
Porque hacer un voluntariado? En mi caso porque me encanta ayudar y viajar, además soy estudiante de enfermería y quería estar en un hospital para ver como se trabaja fuera de España.
No encontraba ninguna ONG que cumpliera lo que yo buscaba y Cooperating Volunteers me ofreció la oportunidad de vivir esta experiencia.
Estuve en Uganda, en una ciudad a 4 horas de la capital llamada Fort Portal. En principio me iba a quedar un mes y medio, pero de tanto que me gustó, acabé alargando el viaje, y finalmente me quedé dos meses, todo Julio y Agosto de 2015.
Siendo sincera me gustó todo: la casa es muy acogedora, la comida que prepara la cocinera es estupenda y en ningún momento sentí que me faltara nada, los trabajadores de la casa están pendientes en todo momento de las necesidades de los voluntarios, la gente en general es encantadora, los proyectos aportan mucho a todos los que queremos ayudar y queremos intentar dar lo mejor de nosotros.
Que hacía yo alli? Iba al hospital y al orfanato. En el hospital hice muchas cosas variadas, dado mi carrera, estuve ayudando a mujeres embarazadas durante el parto y el postparto, curando quemaduras en niños y adultos y atendiendo a personas operadas las cuales tenian de heridas de leves a mas importantes. También tuve la oportunidad de estar en la planta de psiquiatría, una planta de mujeres y de hombres con diferentes patologías, y en el ala de neonatales.
Que decir del orfanato..honestamente los niños te dan mas que tu a ellos. El objetivo es hacerles felices, sacarles sonrisas y jugar con ellos. A parte, como voluntaria también podía ayudar en todo lo que los trabajadores de allí necesitaran. Además, tuve la oportunidad de pintar las barandillas del jardín del orfanato y sacarlos algunos días a la calle ya que casi nunca tienen la suerte de que los saquen.
Estando allí también pude hacer otras actividades, como donar ropa y fármacos y visitar colegios.
En cuanto al país, me enamoró! Es todo verde y la gente al pasear por la calle te saludan y en pocos minutos te hacen sentir como en casa. Los africanos te acogen muy bien y te enseñan su filosofía de vida, su cultura y tradiciones. Y no me quiero olvidar de la música y el ritmo de vida africana que tanto tiene que enseñarnos!
A parte de los proyectos, Cooperating te da la oportunidad de visitar el país. Los fines de semana podíamos ir a excursiones a ver animales, hacer safaris, a visitar otros pueblos,..
Quería destacar que toda la gente con la que había hablado me comentaban que un voluntariado te cambia la forma de ser y de pensar, yo trataba de imaginármelo, pero debo decir que hasta que no se vive no se puede explicar. Impresionante.
Finalmente, me gustaría dar las gracias a toda la organización tanto de España como de Uganda, porque en todo momento han seguido mis pasos desde la inscripción hasta la vuelta a casa, me han ayudado a que esta experiencia sea increíble y sobretodo a que quiera repetirla!
WEBALE MUNO!
Como describir mi experiencia en Uganda?… Por empezar diría que un voluntariado allí es una experiencia única que toda persona debería realizar una vez en la vida al menos. Llena el espíritu, renueva el alma y enriquece como persona. No fue fácil definir el lugar. Yo sabía que quería hacer un voluntariado y que tenía que ser en África, luego muchas señales se me fueron presentando para que mi lugar de destino fuese Uganda y emprendí este viaje que marcaría mi vida. La vida allá acontece de otra manera, lejos de los hábitos que tenemos en nuestro día a día y la rutina que a veces enloquece. En África se respira otro aire, los tiempos para todo transcurren más lento, la vida es más relajada, simplemente “la vida es algo que sucede…”. En nuestra sociedad vivimos planificando tanto que a veces olvidamos que estamos viviendo, allá es diferente. La gente se caracteriza por una amabilidad asombrosa, los colores y aromas son tan particulares que con el pasar de los días uno los va incorporando y se hacen propios. Aun extraño las noches estrelladas y los atardeceres viendo el sol ponerse tras las montañas que limitan con el Congo.
Mi voluntariado consistió en ir al Hospital Buhinga en Fort Portal , al sector de pediatría, y al orfanato Toro´s Babies Home. Dos lugares muy diferentes, cada uno con sus particularidades. En el hospital uno se encuentra que ante el sufrimiento y la adversidad, siempre es posible mirar las cosas de otra manera, siempre y cuando estemos dispuestos. No hay un día que no mire fotos de los niños a los que iba a visitar, Nelson, Anatol, Denise, Anuk, etc… y que esas fotos no me saquen una sonrisa. Si bien antes pensaba que una mirada, una sonrisa o un gesto valen más que mil palabras, luego de esta experiencia puedo confirmarlo. Que sí, que una simple caricia transmite mucho más que lo que las palabras a veces intentan llenar y no lo logran. Hay momentos en que ni el hablar un diferente idioma importa. Si tuviera que describir en pocas palabras el Buhinga Hospital, diría: Resiliencia, fortaleza y lucha…
El trabajo en el orfanato es diferente, los niños son pura alegría y siempre tienen ganas de jugar, cada uno con su historia y sus mañas, poco a poco van ganándose el corazón de cada uno de los voluntarios que pasan por allí. Junto con mis compañeros de voluntariado no había día que volvamos sin anécdotas!!! Aun recuerdo las caras de los niños y la voz tan particular de cada uno de ellos. Es más lo que ellos dan que lo que podemos dar nosotros. Y a todo esto no puede faltar mi agradecimiento a la gente de Cooperating Volunteers por todo su apoyo, compañía y aguante en esta aventura que empieza como una simple idea de voluntariado de 20 días y termina siendo una experiencia mas allá de lo que uno se imaginó. Luego de vivir Uganda al 100x 100, se empieza a ver la vida de otra manera, se encuentran más tonalidades a las situaciones y se saborea más cada momento.
Hola, soy Júlia y estuve casi un mes en la ciudad de Begnas en Nepal, a unas horas de Katmandú en el programa de enseñanza con niños.
Siempre había querido ir de voluntaria a una ONG, pero hasta los dieciocho lo veía imposible… Así que sólo cumplirlos empecé a ahorrar para mi viaje. No sabía dónde sería, pero yo sólo quería conocer y ayudar en cualquier parte del mundo en que pudiera hacerlo. Y entonces, buscando, me enamoré de Nepal y decidí que ese sería el sitio. Con Cooperating Volunteers en una semana estaba todo listo… Y me fui.
Es como viajar a otro mundo y aprenderlo otra vez. Cuando llegué a Nepal no podía parar de mirar a todos lados, era un país precioso con gente increíblemente amable y respetuosa. En mi aldea, en Begnas, pasé unos 20 días con mis niños de 2 a 3 años en un centro de día, y, aunque primero me miraban extrañados, al cabo de poco cuando entraba en la guardería todos se ponían contentos y venían a saludarme con su “Namaste” y su sonrisita. Nunca sabes cómo de importante es el lenguaje no verbal hasta que estás con niños pequeños y tú no sabes una palabra de nepalí.
Pero no hace falta saber de eso, porque esas tres semanas nos unieron aunque sólo supiera unas cuantas frases y palabras: les daba de comer, les hacía cosquillas, les enseñaba el alfabeto, les daba abrazos y besos y jugaba con ellos (o al final creo que ellos jugaban conmigo…). Cuidar de niños y darles cariño es una experiencia maravillosa, conoces su cultura, su forma de ser y ves lo espabilados que son (¡que lo son mucho!). Hace meses que volví y sigo pensando en ellos a menudo, en sus madres y padres con los que hablé, en mi familia y en la gente de allí. Su alegría te llena y al final te olvidas de dónde vienes y te entran ganas de quedarte en esa pequeña aldea. La familia con la que estaba fue increíble y me hizo sentir como si fuera mi propia casa. Me han dado las gracias por haber ido allí a aportar mi granito de arena, pero soy yo la que doy las gracias, porque ellos han aportado mucho más en mí de lo que podría creer. Así que… Si dudas de irte lejos por miedo… Deja de dudarlo, vete y empápate de lo desconocido, porque cuando vuelves, vuelves distinto.
Soy Matías Despontin, y estuve dos semanas y media en el proyecto de los Andes, en Cariacu.
Al momento en que llegue, desde el primer día, Isabel, Gabriel, Sumak y Kate junto a Guillermo y Helen (otros voluntarios) me hicieron sentir parte de la familia. Con los días fui aprendiendo mucho de ellos y de todo lo que hacen cada día desde que se levantan, muy temprano, hasta la hora de dormir.
Yo no tenía ningún plan armado para cuando estuviese allí solo iba a “ayudar en lo que haga falta” y justo en ese momento estaban empezando la construcción de una Cuyera (lugar donde seguir con la crianza de Cuyes) así que fue en eso en lo que me centré por el tiempo que estuve allí. Pero además de ayudar en eso y otras actividades, algunos días de la semana y los fines de semana organizamos salidas junto con Isabel, la familia y los otros chicos a diferentes sitios que “teníamos que conocer!”, hasta hicimos una cabalgata juntos a los otros dos voluntarios, salimos una mañana temprano y subimos hasta la cima de una montaña con vistas increíbles de toda la comunidad y el pueblo vecino.
Al final de mis días pudimos terminar la construcción con mi “jefe de obra” Manuelito y Gabriel.
La pase excelente estos días y me sentí uno más de la familia. La verdad tenía ganas de quedarme por un tiempo más pero debía continuar mi viaje por Ecuador.
Me fui prometiendo volver algún día..
Para mí hay un antes y un después de mi experiencia de voluntariado en Uganda… África.
De la noche a la mañana decidí que quería ir a África, sentía que tenía que ir, quería conocer la gente, como vivían, su cultura, su lengua etc. y casualmente encontré la web de Cooperating Volunteers. Ha sido una de las mejores casualidades que me han pasado. Primero porque gracias a ellos he tenido la oportunidad de vivir una experiencia única y que no voy a olvidar. Y segundo porque conocí a Albert que me enseñó a conocer África desde su esencia.
Dicen que África enamora… des del primer día que pisé África sentí que quería volver… y cada día que estoy en Barcelona me acuerdo de alguna anécdota, situación o me viene alguna imagen a la cabeza de África… ya quiero volver.
Solo deciros 3 cosas que para mi África significan: Vida, Conexión y Humanidad
Des de que he vuelto que siento que una parte de mi esta allí, y cuando hablo de África siempre me aparece una sonrisa y deseos de volver. Creo que la mejor manera de conocer África es ir allí y vivirlo! Adentrándose a su cultura colaborando en un programa de voluntariado.
Yo estuve en dos programas de voluntariado; por la mañana en un orfanato y por la tarde entrenando a un equipo femenino de voleibol del Instituto Nyakasura School. Fueron solo dos semanas, pero no sé cómo, fueron las dos semanas más intensas de mi vida y a la vez las más relajadas…todo fluía. Aunque los dos programas de voluntariados eran totalmente diferentes, los dos eran totalmente increíbles, de los cuales aprendí muchísimo. Del orfanato me llevo muchas experiencias, muchas sonrisas y muchas imágenes. Para mí se han quedado gravados las caras y sonrisas de Nabasa, Anette, Salomon, Christine, Daphne, Nyongoma, Jon, Katherine, Hillary, Twini, Rose… sus ganas de aprender, de vivir, de abrazar y de ser abrazados…. De las chicas de Nyakasura school me llevo su simpatía, su inicial timidez, sus ganas de entrenar y de aprender y su motivación para mejorar. Eran increíbles y me hicieron reír y aprender mucho de los valores esenciales del deporte.
Uganda tiene una energía especial… una comida súper buena… unas miradas que no olvidas, una olor súper típica de allí, unas calles rurales, unos valores, una música increíble, un paisaje de contrastes, unas costumbres curiosas, unos valores de los que aprender, y una gente y una calidad humana que vale la pena pasarte más de 10 horas de vuelo para llegar allí y conocerla. Creo que he aprendido yo más de ellos que ellos de mí….
Agradecer a Cooperating Volunteers por hacer las cosas tan fáciles y darme la oportunidad de vivir esta experiencia en África.
Alba
Bueno lo mío fue de un día para otro, empecé a ver videos en youtube de niños en Uganda bailando y me dije tengo que ir allí para ver como viven, por qué sonríen tanto, por qué se lo pasan tan bien aún en sus condiones de pobreza y de país subdesarrollado. Y así lo hice, buscando por internet me encontré con esta ONG y nada más llamar Albert me atendió y me lo explicó todo tan bien y tan claro que no dudé en comprarme el billete para Uganda. Y después de un viaje de 35 horas por hacer una escala en Estambul de 24h, aterrice en Entebbe a las 3 a.m. el día 05/04/2015 donde estaba esperándome Sam, el coordinador de la Cooperating aquí en Uganda. Bueno pues llevo aquí cuatro días y está siendo una experiencia increible, más que cualquier cosa que puedas hacer en tu vida, por aquí hay que pasar. En estos días ya he ido a un orfanato donde los niños te adoran porque estés con ellos y juegues y les des amor. Y así mismo, también hemos ido a una escuela rural en el programa de enseñanza. Bueno, después de estos días tan llenos de emociones solo me queda animar a todo el mundo que viva esta experiencia, que desde luego es única y está llena de adrenalina. Y yo no me he equivocado en elegir a Cooperating, todo está bien organizado y aquí vivimos como en familia en la casa de voluntarios
Sin pensarlo demasiado, en cuestión de días tenía los billetes para Ghana. Ésta ha sido mi primera experiencia de voluntariado internacional, algo que más de una vez me había pasado por la cabeza pero parece que no ves el momento en el que hacerlo realidad, y en verdad sólo nos falta ese empujón para creernos nosotros mismos que lo podemos hacer real.
La estancia fue corta, desafortunadamente mis vacaciones sólo me permitian disfrutar de éste país durante 18 días, pero 18 días de vivencias varias que cuentas con mucho impetu e ilusión y que se recibe por pare de tu entorno con el mismo impetu e ilusión, pero con la particularidad que las sensaciones, opiniones, emociones solo las puede experienciar uno mismo únicamente, siendo esta la esencia de un voluntariado.
El programa que escogí fue el de orfanato; jugar, leer, perseguir, hacer cosquillas, conversar,… la máxima aspiración de mi tiempo en Ghana consistia en hacer a esos niños durante dos semanas lo más felices posibles. Mi sensación al irme era de satisfacción, pero una vez pisas África… te enamoras y te enamoran.
Deseando volver pronto… 🙂
Uno de los sueños de mi vida era hacer un voluntariado en África. Este año, lo he podido cumplir de la mano de Cooperating Volunteers.
He pasado 2 semanas de voluntariado en Arusha, una pequeña gran ciudad en el norte de Tanzania. En esta ciudad hay bastantes proyectos en los que se puede colaborar, y yo elegí Pipi House, una casa de acogida de mujeres sin recursos. En total viven unas 30 mujeres, algunas con hijos pequeños.
Estas mujeres han empezado a ir al colegio. Muchas de ellas estudian en primaria; otras, ya han llegado a secundaria. Todas tienen la ilusión de aprender una profesion y labrarse un futuro de mayores.
Nosotros, los voluntarios, ayudamos a las chicas a hacer los deberes y les enseñamos inglés; también jugamos y entretenemos a los niños para que ellas puedan hacer las tareas del hogar o estudiar.
Puedo asegurar que ha sido una de las experiencias más increíbles de mi vida. Es gente que no tiene nada, pero te lo da todo. Y más que enseñarles yo a ellos, son ellos los que me han enseñado a mi una gran lección de vida. Animo a todo el mundo a que vaya y aporte su ayuda, porque a su vez, se llevará una gran experiencia vital que nunca olvidará.
Elegir a Cooperating Volunteers para hacer este viaje ha sido un gran acierto. Les quiero dar las gracias por su gran organización, involucración y atención hasta el último momento 🙂
Llegar a Costa Rica no fue una casualidad. Cuántas horas delante del ordenador divagando, mirando mapas, con el cuerpo alli, en mi escritorio, y la mente viajando por el mundo. Un día decidí hacer mi sueño realidad; ahora comprendo que todo ocurre por algo y que a veces, las malas experiencias solo te están dando oportunidades y abriendo las puertas hacia algo mejor, así fue en mi caso.
Con muchas ganas, ilusión y energía empecé mi proyecto de voluntariado de la mano de Cooperating volunteers en la Escuela de Educación Especial de San Ramón, en principio para 3 semanas, que al final se han convertido en 5 y que se podrían convertir en 1000. Durante más de un mes he trabajado con niños de kinder con problemas de autismo, síndrome de down, retraso mental y otras patologías. Vienes dispuesto a dar lo mejor de ti y al final son ellos los que te lo dan todo; te llenan el corazón y te hacen mejor persona. Te enseñan y te dan lecciones, así que al final en el aula, todos aprendemos. Estos niños requieren casi de atención personalizada para realizar actividades de la vida diaria tales como la alimentación, la higiene, procesos de aprendizaje y conductuales. Mi trabajo ha consistido en apoyar a las maestras y personalizar la atención y los cuidados. Trabajar con estos niños requiere sensibilidad para diferenciar a cada uno de ellos, mirarles a los ojos e indagar en su mubdo interior, algo que deríamos aplicar a todas las personas siempre! Terminas por conocerlos, inevitablemente por quererlos!
El día que Gaby me pidió que hiciera el reporte final, supe que no me quería ir. Me puse a reflexionar sobre este tiempo, que ha pasado tan rápido, y supe que un trozo de mi se queda aquí para siempre y que conmigo, también vendrá un trozo de este país y de sus gentes; somos lo que vivimos y con quien lo compartimos y así vamos cambiando y evolucionando a lo largo de nuestra vida pero hay marcas y huellas dactilares de personas que nos tocan que jamás se podrán borrar.
La vida paralela al voluntariado, transcurría en “el dorm”. La convivencia con el resto de voluntarios, el intercambio de experiencias acerca de los diferentes proyectos así como el propio intercambio cultural y personal, hace todavía aún más enriquecedora la experiencia. Los voluntarios y La organización se convierten en amigos, familia; compartir los “breakfasts” de los lunes, las “dinners” de los miércoles, los viajes…Ellos te enseñan, de primera mano, el estilo de vida tico; buenos profesionales pero sobre todo buenas personas… Nadie puede ser el mismo después de una experiencia así!!
Estrella García S.
Mi voluntariado ha sido en la India y cuando escribo estas líneas, aún estoy allí.
Las palabras para describir mi experiencia parece que sean de un cuento de hadas o de algo irreal, pero lo que viví es bien real.
Gracias a Cooperating Volunteers me fuí a la India a trabajar en un orfanato en medio de Jaipur. El choque inicial si nunca has visitado el país es muy grande. Se podría resumir en que es un caos delicioso.
En el orfanato en cuestión hay unos 25-30 niños, desde 6 a 15 años. La complicidad que establecí con ellos es algo que no se puede expresar en ningún idioma. Cada uno de ellos es un auténtico héroe y sus armas son las sonrisas permanentes que dibujan sus labios, unas sonrisas que te sacuden el corazón como nunca antes había sentido. Todos llegan al orfanato de multitud de diferentes problemas, problemas que darían para películas de mil horas y no cómicas precisamente. Es por eso que cualquier ser humano no podría sino sentir admiración al conocerles. Como me pasó a mi, claro.
El día a día es muy senzillo, iba al orfanato por las mañanas y les intentaba ensenyar un poco de inglés y algo de matemáticas. A veces era el abecedario o a veces algo mas complicado, hay que tener en cuenta que había niños que con 15 años nunca habían ido al colegio, imaginaros. Además todos estaban dispuestos a aprender nuevos juegos, reír o compartir momentos contigo.
La verdad más grande de esta aventura es que yo he aprendido muchísimo más de ellos que al revés, eso seguro.
En la India se te rompen todos los esquemas y todo se pone patas arriba y tu, que te sientes muy pequeño, lo intentas volver a construir todo de nuevo. Y así aprendes y así viví todas mis semanas en ese increíble país, intentando encontrar la explicación al porqué esos niños tenían que vivir lo que habían vivido. Sólo por nacer en el lugar equivocado.
Quién lea esto puede pensar que todo es negativo pero al contrario, esta experiencia te da una fuerza y una convicción imparable y el contacto diario con los niños y el país es realmente mágico.
Vivir una aventura como esta debería ser obligatorio. No espereis más, adelante!
Mi voluntariado de Cooperating volunteers fue en encuador en un centro de rehabilitación y cuidado de animales , situado en un pequeño pueblo llamado tarqui que pertenece a la provincia de Pastaza , mi voluntariado consistia en ayudar a cuidar animales de Fauna Silvestre de la Amazonia ,en este voluntariado he aprendido muchas cosas sobre la gente de Ecuador y los animales.
Ha sido una experencia inolvidable he conocido gente indigena , y sobre sus costumbres.
Hay muchos lugares por visitar en Ecuador. Os invito a todos a vivir esta experiencia inolvidable.
Yo tuve la gran oportunidad de pasar un mes en Uganda con Cooperating Volunteers en Agosto del 2013.
Me quedaba un año para terminar medicina, así que participé en el proyecto sanitario, aprendiendo y colaborando con los otros medicos del hospital de Fort Portal.
Fue una experiencia increible! Desde el primer momento te sientes acogida no, adoptada! Por todas y cada una de las personas que vas conociendo a lo largo de la aventura. Desde los colaboradores de Cooperating Volunteers, médicos y enfermeros del hospital, la gente de la ciudad…
Lo único malo fue que se me hizo demasiado corto.. Me quedé con muchas ganas de volver y poder ayudar más, porque realmente hay MUCHAS cosas que hacer, aunq sea cm simple mano de obra, aunq sea devolviendo una sonrisa a la niña que te mira enferma desde su cama soprendida por el color de tu piel..
Lo recomiendo infitinitamente! Por lo que podeis ayudar, pero sobre todo, por cuánto ns ayudan ellos a nosotros. La leccion de humildad que aprendes allí no la olvidas nunca.
Este verano, durante la última quincena de agosto, dediqué mis vacaciones a algo diferente y especial. Soy Enfermera y siempre había deseado hacer un voluntariado en un lugar de África. Contacté con esta ONG sin otro conocimiento de su existencia que por internet, y desde el primer momento en que recibí respuesta, me animé a esta aventura.
El resultado ha sido realmente positivo. Elegí Ghana por el idioma y por ser un país al que llaman la antesala de África. Lo recomiendo a quien quiera tener una experiencia y a la vez echar una mano con sus conocimientos, sean cuales sean.
Sólo el hecho de conocer y experimentar el modo de vida, sus costumbres, compartir sus recursos y sentir que pudieras vivir así siempre, vale la pena.
Elegí el programa médico por mi profesión y estuve en un hospital público, de los más prestigiosos de Ghana y cuando llego a mi trabajo diario, al de mi ciudad de siempre, sólo con entrar al vestuario, recuerdo una imagen imborrable que no puedo describir.
Hay que vivirlo.
Este verano he hecho un voluntariado en Ghana con Cooperating Volunteers, en el proyecto de Orfanato durante 3 semanas.
Durante la semana ibamos al orfanato a jugar con los niños y los finas de semana los dedicábamos a hacer un poco de turismo por la zona. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y emocionante ya que hemos podido aprender mucho de otra cultura, formas de hacer y valores.
Lo recomiendo a todo el que tenga ganas ya que realmente vale la pena.
Creo que no puedo explicar mucho más ya que hasta que no lo vives, no se pueden entender las sensaciones que he tenido, así que os animo a hacerlo!
Gracias a toda la organización que siempre han estado pendientes que no nos faltara nada y estuviéramos bien.
Tras varios años deseandolo, éste verano he podido dedicar 3 semanas de voluntariado en Arusha, Tanzania con Cooperating Volunteers.
Me alojaba en un hostel con unos 25 voluntarios de todo el mundo, cada uno trabajabamos en diferentes proyectos y durante la cena nos contábamos nuestro día.
El primer día hicimos un tour por los diferentes proyectos disponibles para poder elegir en cuál trabajar. Elegí East Africa school and orphanage (en facebook: Eaorphanc Arusha), un colegio de unos 60-70 niños de 3-17 años donde había mucho por hacer (una huerta para auto-abastecerse de alimentos, clases de inglés, mate, biología, educación, etc).
Los fines de semana pude organizarme para hacer excursiones y safaris, y los últimos días me fuí a Zanzíbar a descansar!
Ha sido un experiencia increíble y muy completa de la que he aprendido mucho. Me alegro de haberla hecho a través de ésta organización que ha sido transparente y atenta antes, durante y después de la experiencia.
El año que viene, si puedo, repetiré con ellos! aunque puede que a otro País, que África es muy grande!
Mi voluntariado tuvo lugar en Tanzania, y durante cuatro semanas acudí al centro Rau Day Care con niños de dos a cinco años. Es un centro muy pequeñito, con cerca de 30 niños, dos profesoras y dos cocineras. Nadie hablaba inglés pero recibí clases de Suajili básico, y entre eso y un compañero de la organización que venía conmigo para hacer de traductor, no tuve ningún problema para comunicarme en el colegio. Fue mucho más fácil de lo que me imaginaba. Te reciben con los brazos abiertos y la verdad es que me sentí como en casa.
La cultura Africana es completamente diferente a la Europea por lo que hay que ir con la mente muy abierta. Yo fui con muchas ganas de conocer lo máximo posible, y la verdad es que me llevo conmigo una experiencia increíble en todos los aspectos, difícil de describir con palabras.
Recomiendo sin lugar a dudas viajar a Tanzania y hacer este programa de voluntariado.
Mi experiencia con Cooperating Volunteers fue una de las mejores de mi vida, sin lugar a duda.
Trabaje como voluntaria en el programa de cuidado de niños en Etiopia durante 4 semanas y sin duda esos niños han quedado grabados en mi corazon para toda la vida.
Al llegar, el personal local nos recogio en el aeropuerto y nos llevaron a la casa donde viviriamos , donde nos explicaron el funcionamiento del programa. Todo se nos hizo muy facil ya que tanto los coordinadores como la cuidadora de la casa se dejaban la piel en hacernos sentir comodos desde el primer momento. Tambien coincidimos con un grupo de voluntarios ingleses bellisimas personas.
En el proyecto pasabamos el dia con los niños. Algunos eran huerfanos y el resto los traian las familias para no tener que cuidar de ellos. Por muchas palabras que use no se puede explicar con palabras…. Una experiencia que volvere a repetir.!!
Este verano he estado colaborando un mes en Malawi con Cooperating Volunteers y ha sido una de las experiencias más significativas que he tenido. He sido testigo de una cultura nueva y completamente diferente a la mía, he hecho nuevas amistades de diferentes partes del mundo y he aprendido un montón, abriéndose mi mente y mi visión al mundo. Además, me lo he pasado súper bien y solo me llevo buenos recuerdos. Los miembros del staff que trabajan en la casa son encantadores y siempre están dispuestos a ayudar en caso de problema.
Durante el día, nuestro trabajo consistía en ayudar a niños en colegios, orfanatos, hospitales y actividades deportivas, además de construir y pintar nuevos orfanatos. Los niños son, a pesar de las condiciones, muy alegres y no dejan de sonreír, agradeciendo cada segundo que pasamos con ellos.
Los fines de semana no se trabaja y con el grupo de voluntarios aprovechamos para hacer viajes y conocer mejor el país. Nosotros hicimos diferentes planes, desde un safari hasta subir el plateau de Zomba o visitar las playas de Cape Maclear.
A todos aquellos que queráis vivir una experiencia inolvidable, os recomiendo al 100% este programa y organización.
Mi voluntariado con Cooperating Volunteers fue en Uganda en un Orfanato en Fort Portal, al oeste del país donde pase una de las mejores experiencias de mi vida. Al llegar al país todo parecía muy caótico resultando difícil adaptarse, algo que en unos días acabo pasando a un segundo plano. Una vez llegue al orfanato me di cuenta donde estaba la gran riqueza de este país, en su gente. Por una parte los 80 adorables niños que se abalanzaron sobre nosotros con gran curiosidad y entusiasmo y por otra parte el personal local que nos trato con gran hospitalidad. Durante este tiempo cuide de los niños en el orfanato y también hice por primera vez de carpintero haciendo pupitres para la escuela, algo que me permitió ver que les dejaba mi granito de arena a los futuros estudiantes que los utilizarán. Por otro lado también recuerdo el gran grupo de voluntarios que formemos que se convirtió en una gran familia de los cuales conservo gran amista, además también de los lugares paradisiacos que tuve la oportunidad de visitar como el safari que realice en Murchinson falls national park.
Finalmente decir que esta experiencia me aportó mucho incluso más de lo que yo pudiera aportarles a ellos, me hizo crecer valorando tantísimas cosas y aprendiendo mas sobre la realidad de estos países. Así que no dudaría en repetir!!